La SEP obliga al edil de Atempan a rechazar el convenio de alfabetización con la UAP

El fin de semana pasado, un grupo de alfabetizadores de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) llevó a cabo las últimas clausuras de cursos en Atempan, un municipio de la Sierra Norte.
Josué Mota Corro / Foto: ítalo Iván Nava/Intolerancia


Después de dicho acto se tuvieron que retirar del poblado, ya que no existe la posibilidad de continuar con esa labor como resultado de que el presidente municipal, Jorge Carmona, canceló un acuerdo previo que había para enseñar a leer y escribir a mil 500 personas en un periodo de tres años, ello como consecuencia de que el titular de la Secretaría de Educación Pública, Darío Carmona García, lo habría amenazado de que le recortaría las partidas correspondientes si seguía con el proyecto.

Trascendió que Carmona García habría amenazado al edil que si suscribía un acuerdo con el Centro Universitario de Participación Social (CUPS), que es la instancia encargada del proyecto de alfabetización, no se construiría un bachillerato y un conjunto de aulas que el gobierno del estado había prometido edificar en Atempan.


Mirta Figueroa, coordinadora del proyecto en esa entidad, declaró a este medio que hace tres meses que ella y otra compañera se fueron a vivir a la comunidad para coordinar el proyecto, y que tan sólo en mes y medio lograron alfabetizar a 170 personas, cifra nunca antes vista en ese lugar.


Señaló que es bien sabido en la comunidad que personalmente Darío Carmona amenazó al edil Jorge Carmona para que los integrantes del CUPS no desarrollaran el proyecto que ha sido exitoso en el municipio de Puebla y en otras partes del país. “El presidente municipal –comentó la entrevistada– se vio obligado a echar atrás el convenio porque de lo contrario la educación en su municipio sería perjudicada por las amenazas del titular de la SEP; es algo increíble. Esto explica que el munícipe se retractara de seguir con un proyecto, porque se había comprometido con entusiasmo con la comunidad entera”.


Las clausuras de los cursos de alfabetización estuvieron cargadas de emotividad, pues no sólo transcurrieron entre agradecimientos de los que aprendieron a leer y escribir, sino también de reclamos de éstos por la sorpresiva retirada de los universitarios.


“No entendemos por qué se tienen que ir, ahora que ya muchos se animaron a aprender; porque les dijimos que ahora sí es en serio, que nosotros ya aprendimos, ya no va haber quien nos cumpla y no nos quede mal”, dijo uno de los alfabetizados.


En otra clausura, el agradecimiento de un mujer fue el siguiente: “Antes decían que las mujeres no valíamos nada y nos humillaban por ser mujeres y no saber leer y escribir, ahora que ya sabemos leer y escribir puedo decir que todos valemos igual, aunque no sepamos de letras, pero además podemos decir que sí podemos aprender y que ya no existen pretextos para que nos humillen”.


“Queremos saber cuándo van a dar este apoyo otra vez, pero queremos la fecha, porque sino luego se nos olvida y ya no se hace nada”, dijo otra mujer durante otra de las ceremonias de entrega de certificados.


Mirta Figueroa comentó: “El mayor cuestionamiento sobre la retirada fue de parte de los alumnos, en su mayoría mujeres que se sintieron satisfechas por haber aprendido a leer y escribir, por el apoyo cotidiano que recibieron de las coordinadoras del programa y el haberse dado la oportunidad de dedicarse un tiempo para sí mismos y por su preocupación por el resto de sus conocidos que ya no contarán con el apoyo, compromiso y trabajo formal comprobado que siempre ha realizado la universidad en esta labor”.


Durante las clasuras, Jorge Pedrajo, director del CUPS, aseveró que se siente extrañado de la actitud que asumió Darío Carmona García, ya que el proyecto dio muy buenos resultados.


De hecho, la participación de los pobladores de Atempan superó las expectativas de los miembros del CUPS, quienes al iniciar el proyecto consideraron que se enseñaría a leer y escribir a cerca de mil 500 personas, pero cuando notaron el entusiasmo de la gente advirtieron que al menos se podría alfabetizar a 2 mil personas.


Denise Lucero, la otra coordinadora del CUPS en Atempan, comentó a La Jornada de Oriente que a partir de la visita de Carmona al municipio, en marzo, para promover el programa estatal “En Puebla primero la alfabetización”, los directores de algunas escuelas obligaron a los universitarios a dejar los salones en donde se impartía la alfabetización.


“Entre otras cosas, obligaron a las personas que estaban aprendiendo en el programa de la UAP a dejar de asistir, ya que estaban en las listas de analfabetos de la SEP, en caso de no hacerlo les advirtieron que sus hijos se atendrían a las consecuencias; en algunos otros casos nos sacaron de las instalaciones escolares donde dabamos clases con el pretexto de que ahora ellos los usarían para alfabetizar, nuestros grupos se cambiaron de sede y hasta la fecha no se inician clases en las instalaciones que usábamos”, dijo Lucero.


La actitud mostrada por el secretario contrasta con lo que declaró a este reportero el pasado 21 de abril, minutos después de que la UAP y el ayuntamiento de la capital poblana firmaran el convenio para realizar el programa Apúntate a tiempo.


“Tenemos ya firmados 61 convenios de alcaldes, todos asumieron el compromiso de aportar entre el 2 y el 5 por ciento de su ramo 33. Los ediles van a usar el dinero, ellos, no la INEA y no la SEP, ellos lo van a decidir cómo lo van a hacer”, dijo Carmona ese día.


En aquella ocasión, el secretario aseguró durante su discurso: “Tenemos que sumar esfuerzos en la misma dirección, sin ser los dueños de una forma o los dueños de un método. Hoy se vale, en estos tiempos, que si alguien quiere hacerlo con este proceso desarrollado por la universidad, o lo mismo tuviéramos que enseñarle a una persona a leer y escribir con el silabario de San Miguel o con el método expreso o con el que sea, son bienvenidas todas las intenciones”.

La Sedeso, cómplice de la amenaza


Contrario a lo que aseguró el secretario en aquella ocasión, buscó que la presión contra el edil de Atempan fuera más intensa y los universitarios por fin se fueran, y la Secretaría de Desarrollo Social, dirigida por Javier López Zavala, participó en las presiones.


Denise Lucero asegura que el edil de Atempan le dijo que días después de que recibió la amenaza del secretario de Educación Pública para que cancelara el programa universitario, funcionarios de la Secretaría de Desarrollo Social se negaron a atenderlo para gestionar algunas obras en su municipio.