RITUALES Y MITOS EN TORNO A LA MUERTE EN MÉXICO

 

Por  Julián Romero Tehuitzil


 

 Con la llegada de los españoles a nuestro país, en el siglo XVI se hace manifiesto el terror a la muerte dentro de un proceso de transculturación impuesto por los conquistadores, el sentimiento de culpa se puso de manifiesto entre los antiguos mexicanos en pro de los procesos religiosos a los que serían sometidos, según fray Bartolomé en sus descripciones de viajes por las Indias, los españoles cometieron atrocidades y masacres contra los indígenas de esa época y grandes etnocidios en países del Caribe antes de llegar a México.

 

Los antiguos pobladores de nuestro país no conocían el término ‘infierno’, pero los misioneros españoles astutamente y con base en las costumbres politeístas de los mexicanos, transculturaron las creencias religiosas, hasta imponer el catolicismo a los pobladores de esta nación, prueba de ello se puede apreciar hoy en día en algunas iglesias que fueron construidas en la parte alta de algunas pirámides, (existe en el pueblo de Amatlán, en el Estado de Morelos, una iglesia en cuya entrada principal se pueden apreciar dos columnas de serpientes emplumadas) tal vez, como símbolo de rechazo a la conquista.

 

Como una forma de favorecer el cristianismo, los cráneos que adornaban el Tzompántli en México Tenochtitlan o los altares de Tlatelolco, desaparecieron para más tarde reaparecer al pie de los altares y cruces atriales; el Mictlán prácticamente había desaparecido para convertirse ahora en ‘Campo Santo’, generalmente instalados junto a los templos.

 

La mano de obra que en años construyó pirámides, era la misma que sacrificaba su fuerza a la construcción de iglesias durante la época colonial y en donde la muerte es representada por un esqueleto en diferentes posturas, portando en la diestra una guadaña.

 

Una obra pictórica destacada de este tiempo es la llamada ‘El Triunfo de la Muerte’, el personaje principal es la propia muerte y tiene en la mano izquierda una vela a punto de extinguirse.

 

El significado simbólico es variado, la podemos apreciar hoy en día en el Museo del Virreinato en Tepotzotlán, Estado de México, este significado de la muerte se fue acrecentando en miedo y respeto hacia ella. En el siglo XVIII dejó de ser algo terrorífico y su imagen fue representada como personaje amable (como figura de ballet) y estaba cada día más ligada a la vida cotidiana de los humanos, fue la época de las piras funerarias, arte popular de aquel tiempo.

 

Los días uno y dos de noviembre, la gran mayoría de los habitantes del país, tiene la obligación moral de ofrecer ofrenda a los muertos, ya sea en casa o en panteones. Estos días se aprovechan para pasarla bien con los espíritus de los muertos, compartir con ellos los alimentos que más gustaban en vida, adornar las tumbas, quemar copal y, por qué no, echarse alguna que otra copita y brindar por ellos.

 

Desde los últimos días de octubre, en algunas poblaciones se llevan a cabo preparativos para celebrar, ‘como Dios manda’ a quienes se adelantaron en el camino.

 

La muerte en México es la de siempre, aquella que mata y acecha a la persona que está llegando a su destino final.

 

A raíz de la participación de los medios de comunicación y la proliferación de centros comerciales dentro de la vida social del mexicano, esta se ha transculturado de alguna u otra forma, por un lado, nos apresuramos a transformarnos en brujas, diablos o vampiros para salir ‘disparados’ a festejar la noche de brujas o ‘jalouin’ en la casa o departamento de un amigo y por otro, tratamos de mantener nuestra identidad nacional viviendo nuestras tradiciones, colocando ofrendas y altares a nuestros muertos y protocolizar este proceso después de darnos ‘golpes de pecho nacionalistas’

 

Es ahí donde nuestra esquizofrenia cultural y nuestro malinchismo se hacen evidentes; para muchos, este rito es hoy un mitote compartido entre miembros de una comunidad cuestionándose lo incuestionable.

 

 

Esto es el principio de cambio de actitud de algunos mexicanos ante la muerte cuando siente que llega al final de la vida, desafortunadamente, muestra en la práctica mayor afinidad con  “Nuestro México Lindo y querido, “y sus ánimas del medioevo que con la ‘Catrina’, sagaz, inclemente y pispireta muerte indoamericana.

 

 

 

Por su parte, los niños y algunos ya no tanto, aprovechan los días 1 y 2 de noviembre (algunos desde los últimos días de octubre) para salir a recorrer la mayor cantidad de calles posibles para solicitar a los adultos golosinas o dinero, diciéndoles: ¿Me da para mi calavera?, que es una réplica de la costumbre estadunidense de solicitar dulce o broma, que se lleva a cabo el 31 de octubre de cada año, para celebrar ‘el día de brujas’, estas también, muy ligadas a la muerte.

 

 

     

 

Dicho popular mexicano.

 

Sin embargo y a pesar de las circunstancias actuales, el carácter del mexicano nos lleva a enfrentarnos a la muerte con reto, audacia y humor, eso si, siempre pintando nuestra raya,

 (‘hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre’), porque eso si, de que da miedo, da miedo ¡ y mucho !.

 

En otras ocasiones nos referimos a la muerte como lo marca nuestra sociedad y decimos: ‘Se lo cargó la huesuda’, ‘Estiró la pata’, ‘Colgó los tenis’ ‘Ya se piró’,  ‘falleció’, ‘dejó de existir’, ‘Se lo llevó la flaca’ y en el mejor de los casos ‘Pasó a mejor vida’. Sin embargo, los que vemos la muerte desde la barrera, creemos que a nosotros no nos va a llegar, por lo menos por ahora; es decir, nos consideramos a nosotros mismos como seres infinitos y es sólo en momentos específicos cuando verdaderamente creemos que vamos a morir, recordemos esa estampa pintada con una calavera que dice: ‘Como te ves me vi, como me ves te verás, los mexicanos  nos reímos de la muerte, tratamos de olvidarnos de ella, somos esqueletos forrados pero tarde o temprano vamos a ser así’.

 

La idea y el concepto de que el mexicano se ríe de la muerte, es muy relativa, en la época actual, son pocos los que piensan en el sacrificio de morir, si bien es cierto y parodiando un poco a la muerte como tal, nos atrevemos a mencionar frases como: “sin ti moriría de amor” o “soy capaz de dar mi vida por ti”, pero en realidad ¿somos conscientes de que en algún momento dejaremos de existir?,

 

Quién dijo miedo a la muerte, si para morir nacimos.

“Si no morimos como vivimos es porque realmente no fue nuestra la vida que vivimos: no nos pertenecía como no nos pertenece la mala muerte que nos mata.

Dime cómo mueres y te diré quién eres. ” Octavio Paz

 

VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

La dignidad de la persona humana exige un sentido de trascendencia, la muerte es trascendente, por ella, el hombre trasciende.

En la religión cristianas, solamente existen tres posibilidades de vida después de la muerte, infierno, purgatorio y paraíso .