Edil de Atlixco denuncia conspiración en su contra

  • Acusa alcalde de Atlixco conspiración en su contra para quedarse con su cargo
  • El choque mediático y político entre el alcalde de Atlixco Eleazar Pérez Sánchez, y su ex coordinador de directores, Jorge Rogelio Pineda Ramírez, aún no termina; esto luego de que hace dos semana el primero despidiera de forma irrevocable al segundo por una pelea en una taberna de la zona de tolerancia en esta ciudad.

(Miguel Ángel Domínguez Ríos)

La Jornada de Oriente

Atlixco, Pue.

El siguiente capítulo tiene dos tintes totalmente opuestos: por un lado, el presidente municipal acusó a Pineda Ramírez de conspirar en su contra para que su “compadre, Hermenegildo Tlapanco (suplente de Pérez Sánchez) pueda quedarse con mi cargo”. En respuesta, el médico de profesión y ex burócrata denunció ante el agente del Ministerio Público (MP) una serie de amenazas a su teléfono celular y domiciliario “por declarar a la prensa cosas muy ciertas sobre el ayuntamiento”.

“Era mi amigo”

Entrevistado al respecto por este diario, Eleazar Pérez Sánchez mostró extrañeza por la postura de Jorge Pineda: “No sé porque sigue involucrando a mucha gente. Cuando tuvo la oportunidad de denunciar a sus agresores, no quiso hacerlo. Tiene libertad de expresión y puede decir una infinidad de cosas, el asunto es que logre probarlas”.

Según el alcalde de Atlixco, cuando su ex coordinador de directores “entró por la puerta de mi oficina cerca de las 11:30 de la noche, primero reconoció su error. Entonces pregunté: ¿qué haz hecho?, y su respuesta fue que la regó. Y apunté que con el salario que ganaba, y con la responsabilidad que tenía, era para que se emborrachara en otro lado, y no pelearse por una mujer en un bar. La determinación que usted tome, señor, es lo último que dijo”.

Pineda era, afirmó Pérez Sánchez, un “prepotente y un todologo”. No resultó nada “agradable”, añadió el edil priista, los comentarios de su “ex amigo” vertidos en la calles tras la medida de despedirlo. “Los puntos de vista de esa persona llegaron hasta la oficina del presidente municipal, y fueron en el sentido de que tenía pruebas para acabarme en cincominutos, y que el próximo edil sería su compadre Hermenegildo Tlapanco. ¿Qué significa eso?, ¿es un chantaje o una amenaza?, o ¿algo que está fraguando en mi contra?”.

La actitud de Jorge Pineda, enfatizó, son “niñerías y loqueras. Y por calificarlo de esa manera comenzó a llorar durante un encuentro que pactamos en un restaurante del libramiento Sur, en dónde le pedí que frente a frente terminara conmigo en cinco minutos como manifestó entre la clase política local. Aunque negó todo, tengo pruebas de que es así”.

Pérez Sánchez sostuvo, en franca referencia a Pineda, que la “lengua envenena y mata. Y el resultado de sus actos es que dejó ir de sus manos una excelente e irrepetible oportunidad de conseguir muchas de las cosas anheladas por ese personaje. Hoy el ambiente cambió radicalmente, sobre todo por sus amenazas de que me cuide porque no duraré mucho en el cargo”.

El sobre

El lunes 31 de enero por la noche, un sobre amarillo fue introducido en la rendija destinada al servicio postal de este reportero. En el interior había tres hojas correspondientes a un recurso legal emprendido por Pineda ese mismo día ante el agente del MP. Bajo la Averiguación Previa 338/ 2008/ ATL del segundo turno, el documento expone, entre otros aspectos, los siguientes:

“Rogelio Jorge Pineda Ramírez, por mi propio derecho comparezco y expongo: que por medio del presente escrito vengo a presentar denuncia y/o querella, según proceda, por el delito de lesiones dolosas, en contra de Antonio Salas Merlo y/o Antonio Cidronio Salinas Merlo; así como en contra de Manuel Toribio Campos, por las lesiones ocasionadas al suscrito”.

Enseguida Pineda destaca tres puntos. En el primero hace un recuento de los acontecimientos violentos (ver La Jornada de Oriente 27 de marzo de 2008) ocurridos la madrugada del 24 de marzo pasado en la Lonchería Vista Hermosa, y que motivaron su despido fulminante. “Tras eso, entraron elementos de la policía al bar y me recomendaron que era necesario que acudiera a las oficinas para que pudiera ir al MP a presentar la denuncia correspondiente, y me solicitaron que los acompañara. Ya en camino, como no me detenía el sangrado y me estaba mareando, les pedí que primero me llevarán al consultorio de mi amigo, el doctor Hermenegildo Tlapanco Paredes, para ser atendido y después ir al Ministerio Público”.

Dos: “Ese mismo día lunes 24 de marzo, pero ya por la noche, alrededor de las veintidós treinta horas (sic), vía nextel, la licenciada Erika Jiménez, directora de Comunicación Social, se comunicó (sic) conmigo para citarme frente a la Parroquia de la Natividad, sobre el zócalo de esta ciudad de Atlixco, a dónde acudí formalmente. Ya en dicho lugar, me informó que la habían obligado a firmar un comunicado de prensa en el cual se me exhibía y se me daba de baja del cargo como coordinador de director en el ayuntamiento de Atlixco, y que le dolía mucho tener que hacerlo, pero que la había obligado el señor Román Sánchez que es la persona que ocuparía mi lugar”.

En el tercer punto, Pineda describe que “pasados unos instantes, y al ver que las luces de la oficina del presidente Eleazar Pérez Sánchez se encontraban encendidas, decidí acudir a su presencia, solicitándole a su secretario particular, de nombre Israel Flores, la audiencia con el carácter de urgente. El alcalde me dijo: ‘¿qué pasó doctor?’, a lo que le contesté que acudía a rendir una explicación de lo acontecido en la madrugada del día anterior, lunes 24 de marzo de 2008, y saber los motivos por los que se dice se me ha destituido del cargo sin previo aviso”.

Según el ex funcionario, la postura del edil fue que “la decisión ya está tomada, y los errores se pagan; incluso ya le hice una declaración a Televisa Puebla, por lo cual no puedo dar marcha atrás. Te das cuenta que esto pudo haber traído consecuencias si hubiera resultado alguien muerto, además ya era hora; ya me habías hartado”. La replica de Pineda, dice el texto de la denuncia, es: “ni modo señor presidente, ya me estuvieran velando”.