opinión

EL “JJ” ¿QUIERE PERDÓN?

VALENTÍN VARILLAS 
@VALEVARILLAS

2015-05-14 | El pasado domingo, cerca de las 3 de la tarde, se reunieron en un local de Plaza Santa Fe, sobre la vía Atlixcáyotl, el presidente municipal de San Pedro Cholula, José Juan Espinosa, y el Secretario de Comunicaciones del CEN del PAN, el morenovallista Marcelo García Almaguer.


Testigos del encuentro fueron Gerardo Islas Maldonado, líder del PANAL en Puebla, y su secretario estatal de elecciones, Roberto Ruiz Esparza.

En la complicada coyuntura que existe actualmente en las relaciones entre el ayuntamiento cholulteca y el gobierno del estado, el encuentro sin duda mueve al morbo.

¿Quién convocó?

¿Para qué?

¿A quién de las partes le interesaría más, actualmente, restablecer una línea de comunicación?

García Almaguer no es un operador político, dista mucho de tener el talento y la capacidad para serlo, pero sin duda es quien todavía arma y orquesta las campañas mediáticas en contra de quienes son tachados como “enemigos del régimen”.

¿Querrá impunidad mediática el “valiente” edil, el que en teoría no se arruga con nada y se jacta de no ser afectado por contenidos mediáticos que no le favorecen?

Difícil ya a estas alturas.

¿Buscará blindar a sus candidatos a diputados?

¿Para qué?

En términos reales no representan una amenaza para los intereses electorales del gobernador de Puebla y en el caso de los 4 distritos de la capital, las encuestas serias reflejan que los abanderados naranjas con dificultad alcanzarán el 1% del total de los votos.

Tal vez algún tipo de amistad quede entre Marcelo y José Juan, recordando aquellos tiempos en donde trabajaron juntos en la Secretaría de Finanzas del gobierno de Melquiades Morales.

Posiblemente, los verdaderos operadores del mandatario poblano le han cerrado la puerta en la nariz y han hecho oídos sordos a sus constantes súplicas que reciben para salir lo mejor librado de la complicada situación que enfrenta.

Su fallida intentona de victimarse en la más reciente conferencia de prensa que dio, debe ser entendida como una muestra clara de que todavía “no lo pelan”.

Paralelamente, más allá de lo mediático o lo puramente anecdótico, en lo jurídico, el panorama cada vez se oscurece más.

Como castillo de naipes se han caído las primeras y mentirosas declaraciones hechas por el ex subdirector de seguridad pública municipal Jaid Mothe -nombrado directamente por el presidente Espinosa- en el sentido de que un accidente producto de un forcejeo detonó el arma que ultimó, por la espalda, al joven Ricardo Cadena, que se comprobó que no era grafitero y que al momento de su cobarde asesinato estaba siendo víctima de una extorsión policiaca.

Paralelamente, testimonios de víctimas del mismo delito y de otros uniformados de San Pedro, que por seguridad han optado por el anonimato, coinciden en que la extorsión es una práctica común en aquel municipio, que los mandos superiores imponen el pago de cuotas a sus subordinados y que buena parte de esos jugosos recursos, faltaba más, tienen como destino final las arcas personales del edil.

Todo esto ha conformado un explosivo cocktail que puede minar no solo el futuro político de José Juan Espinosa, sino su oprobioso presente.

Cada vez resuena con más fuerza en la tribuna legislativa del estado el término “destitución”.

La involuntaria tregua que representa la realización del próximo proceso electoral, se ha convertido en un auténtico respirador artificial para quien enarbola la bandera de la izquierda en el ejercicio de su gobierno.

Una izquierda, por cierto, muy sui géneris : la que mata por la espalda a quienes no permiten sus abusos.