La casa de los gritos de niño

Historias perras
Mató a su hijo por mirón
Uno de los dioses romanos, Saturno, compartía muchas de las características del dios griego Cronos quien con ayuda de su madre atacó y castró con una hoz a su déspota padre para gobernar en el universo.

Saturno no era un dios cruel y tempestuoso, como Cronos, así que tan pronto fue destronado por Júpiter, el titán caído se fue a Roma bajo la invitación del dios Janus. Allí, Saturno estableció una sociedad que dirigió con mano dura y a veces caprichosa junto a OPS, su esposa y hermana.

Sirva lo anterior para narrar en parte la vida muy parecida de Saturnino, quien acostumbraba bañarse en el patio de su casa, metido en una tina y con una jícara tirarse el agua sobre su cabeza, cuando apenas era calentada por los rayos del sol de mediodía. No obstante que era poseedor de una gran riqueza, vivía con notoria mezquindad. Decían que estaba loco, pero la locura que sufría no se sabía si era cierta o fingida, porque su mal carácter parecía venir de familia.

Saturnino un día sorprendió al hermano de su hija observando a su madre desnuda, por un agujero en la puerta del baño. Fue tan brutal el golpe que le dio al chiquillo que lo mató al instante. Se dice hermano de su hija porque el hombre loco dudaba de la paternidad del pequeño.

Por ese incidente Saturnino no pisó la cárcel como tampoco mermó su mal carácter. Ahora se sabe que tan poderoso es don dinero.

En otra ocasión, antes de que decidiera suicidarse, por enésima ocasión golpeó a su esposa, pero en esta ocasión la empujó desde la planta alta por las escaleras. La infortunada mujer murió cuando llegó al piso de abajo. De esto fue testigo el nieto, hijo de su hija al que llamaremos Jacinto.

Jacinto también atestiguó el fatal destino de su abuelo, Saturnino, cuando por propia man
o con una pistola se voló la tapa de los sesos. Desde entonces dicen que entre pasillos de esa casa se escuchan los gritos de niño y mujer, como el chasquido de una pistola que revienta, algo así como una calabaza.