Fauna Política
Se acaba el negocio de los partidos
Por Rodolfo Herrera Charolet
El
terremoto que sacudió territorio nacional el pasado 19 de Septiembre de 2017,
cimbró también las estructuras políticas del país, en donde el dispendio
presupuestal había sentado sus reales. Este día (25 de septiembre) el Partido
Revolucionario Institucional presentó una iniciativa de reforma Constitucional
para acabar con el financiamiento público de los partidos políticos y en su
lugar permitir el financiamiento privado, auditado y transparente. La noticia
causó conmoción, pero fue bien recibida por la ciudadanía, lo que sigue será presentarla a votación del
Pleno que requiere la aprobación de las dos terceras partes de los diputados
federales.
La
exposición de motivos del PRI para proponer que los institutos políticos de
todo color y doctrina renuncien al financiamiento del dinero público, es que en
este momento de emergencia nacional los
seis mil millones de pesos que reciben los partidos políticos se utilicen para
la reconstrucción nacional. Por su parte la Secretaria General del Comité
Ejecutivo Nacional del PRI, Claudia Ruíz Massieu, informó que el partido renuncia
a la última partida de financiamiento de dinero público a que tiene derecho con
las prerrogativas del año 2018, que suman 250 millones de pesos, los cuales
serán regresados a la tesorería de la Federación para que los deposite en una
cuenta para la ayuda de la reconstrucción de Chiapas, Oaxaca, Morreos, Puebla,
y la Ciudad de México.
En el
año 2017 el presupuesto federal asignado a los partidos fue superior a los 4
mil millones de pesos, sin contar los presupuestos estatales asignados. Esta
cifra asignada, que resulta ofensiva para la ciudadanía, es una prerrogativa
Constitucional que tienen como entes de interés público y medio legítimo para
acceder al poder. Sin embargo en los temas de los partidos políticos, se
incluyen como elementos imprescindibles; el poder, el dinero, las elecciones y la
interdependencia estratégica.
El
tema de financiamiento en momentos de crisis nacional, es visto por la
ciudadanía como un desperdicio de dinero público, cuando existen otras
necesidades prioritarias que no se realizan o postergan. El simple anuncio de
que los partidos no recibirán dinero público, presentado por el partido en el
poder público federal, revierte la tendencia negativa que llevaba, tras asumir
Enrique Peña Nieto la presidencia de la República. Sea estrategia o genuino
reclamo ciudadano que hace suyo el PRI, sin duda abre posibilidades de mejor
aceptación en materia electoral, porque se acaba el negocio de los partidos.
¿O
no lo cree usted?
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