El helicóptero ardió en el cielo

Pedro Alonso/El Sol de Puebla

Raymundo Coyotécatl llegó molesto a su terreno y solicitaba que le dieran informes para saber quién le iba a pagar las afectaciones en su cultivo, ya que vehículos oficiales, particulares y de la prensa pasaron sobre las mazorcas en un área de 24 metros de ancho por 400 metros de largo.

Detalló que el lunes observó cómo la aeronave empezó a arder desde el cielo y que a los pocos segundos se escuchó una explosión, por lo cual varios pobladores empezaron a movilizarse para el punto en el que murieron la gobernadora Martha Erika Alonso y su esposo, el exgobernador y senador Rafael Moreno Valle, aunque en ese momento no se sabía mucho al respecto.

Aclaró que estaba trabajando, razón por la cual no pudo ir al sitio y que solo cuando llegó a casa se enteró de que la caída de la aeronave fue en su terreno.

“Ahora ya acordonaron mi propiedad… Es mi propiedad, nadie me puede prohibir que entre, ¿pues cómo? Miren, esta es mi propiedad, ya se murió, pues ya que… pero todos los daños que nos vino a hacer aquí en Coronango no fueron pocos”, declaró.

Recordó que fue el gobernador Rafael Moreno Valle quien retiró los mototaxis en este municipio, lo cual, enfatizó, les afectó en su vida diaria.

“Por eso lo odiamos acá, cuántas personas están en la cárcel sin deberla”, expresó.

Refirió que no era justo que por un accidente hubiera tanta seguridad en la zona cuando la calle Reforma, que conecta a los municipios de Coronango y Tlaltenango, es paso de “huachicoleros”, donde los campesinos son víctimas de los robos.

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