Fauna Política
El virus que llegó de China
Por Rodolfo Herrera Charolet
Un año después un nuevo coronavirus que fue detectado inicialmente en la
ciudad de Wuhan, provincia de Hubei en China, provocó una enfermedad
respiratoria aguda y causante de la muerte de más de 2 millones de seres
humanos. Además del contagió a más de 100 millones de personas en todo el
mundo.
Se dice que esta pandemia tiene su epicentro en la mencionada comunidad
de China, a partir de haberse encontrado el primer caso el 17 de noviembre 2019;
un varón de 55 años, según una investigación del South China Morning Post,
quienes tuvieron acceso a documentos confidenciales del Gobierno chino. País
que aún se resiste en confirmarlo y se opone a una investigación internacional
solicitada por los gobiernos de Estados unidos, Reino Unido o Alemania, quienes
le han reprochado su falta de apertura y transparencia.
Hasta enero de 2021 los científicos
chinos habían intentado dibujar el patrón de la transmisión del Covid-19, sin tener
certeza de quien fue el paciente cero y si el primer contagio fue de animal a
humano. Tras conocerse el primer caso se registraron de uno a cinco nuevos cada
día, pero los médicos no reconocieron en ese momento que estaban lidiando con
una nueva enfermedad. A finales de diciembre, un mes después, se habían
confirmado 60 casos y entonces se supo que la humanidad se enfrentaba a una
pandemia con crecimiento geométrico.
En enero 2020 se informó oficialmente del brote del virus que fue
designado “SARS-CoV2”[1],
y la enfermedad que causa “Coronavirus
de 2019” (Covid-19).
En febrero 2020, fuera de las fronteras
chinas con tres muertos confirmados y aún con la esperanza de que la enfermedad
pudiera ser contenida, expertos sanitarios de la OMS encabezados por el
director de emergencias, Michael Ryan, viajaron a Pekín para estudiar el origen del
brote y conocer la fuente animal.
“Si no conocemos la fuente, entonces seremos igualmente vulnerables en
el futuro a un brote similar. Comprender esa fuente es un paso muy importante”
Lejos de investigar el origen, los
expertos en esta misión afirman que acordaron no examinar ni la respuesta china
ni la fuente animal ni se aseguraron visitar Wuhan. La OMS justificó que enfocó
su investigación en conocer el brote “para ayudar a todos los países a preparar
y proteger a las poblaciones” y regresaron a Ginebra. Ni visitaron el mercado
de animales vivos de Wuhan, considerado la zona cero del brote, ni el hospital
donde estaban los contagiados.
En el mes de julio de 2020 una nueva
delegación de la OMS regresó a Pekín, para encontrarse con el hermetismo chino.
Pasaron dos semanas en cuarentena y entrevistaron a expertos telefónicamente,
pero nunca fueron a Wuhan.
Desde enero de 2020, el director de la
OMS, Dr. Tedros Adhanom, acordó con China compartir muestras biológicas, algo
que nunca ocurrió.
Estas y otras deficiencias provocaron
severos cuestionamientos en contra de la OMS, acusada de haber realizado
concesiones silenciosas al régimen chino, que presuntamente encubrieron fallas
en el manejo de la crisis.
Cuando el virus ya se había propagando
y suman más de 200 millones de contagios, según documentos obtenidos por The
New York Times, Pekín dio el visto bueno a un grupo de expertos de la OMS para
investigar, en un tercer intento, el origen real del Covid-19 y así prevenir
futuros brotes. Sin embargo el mal ya está hecho.
El informe preliminar de la OMS, ahora
con la colaboración china, admite que el SARS-CoV-2, encontrado en Wuhan, es
posible que comenzase en otro lugar y que, como la información es escasa, hay
hipótesis limitadas sobre cómo podría haber comenzado realmente el brote. Se cree que el virus se originó en los
murciélagos, pero se desconoce cómo pasó a las personas. La OMS apunta a que
puede haber más de 500 especies susceptibles de actuar como organismos
intermediarios, desde gatos a pangolines.
La rápida propagación del virus se
debió a los casos no detectados o asintomáticos, de acuerdo con las
investigaciones realizadas por la Universidad de Columbia, en Estados Unidos.
En dicho informe que fue publicado por
la revista Science, se informa que al 23 de enero de 2020, el 86% de todas las
infecciones no se habían detectado antes de cerrar los vuelos a Wuhan.
A un año de haberse confirmado la
letalidad y comportamiento del virus, cuando la enfermedad ha cobrado la vida a
más de 2 millones de seres humanos, no existe aún una investigación
transparente e independiente sobre el origen y motivo del virus.
El SARS-CoV-2 ha demostrado la capacidad de propagarse y multiplicarse
de forma geométrica, causando un impacto
significativo en los sistemas de atención médica y aumento de preocupaciones
sociales, además del daño que causa a las economías de las naciones.
Pasadas dos décadas del siglo XXI, en todo el mundo nadie es ajeno al
virus que llegó de China.
¿O no lo cree usted?
[1]
El virus que causa la pandemia actual es llamado SARS-CoV2. SARS del idioma
inglés “severe acute respiratory síndrome (síndrome respiratorio agudo grave)”.
CoV abreviatura científica de “coronavirus”, que en la nomenclatura
internacional hace referencia al género al que pertenece el microorganismo
(virus), del orden los “Nidovirales” y familia “Coronaviridae”. El dígito 2 se
refiere a que se trata de una segunda especie, hasta el momento catalogado, de
virus del género “Coronavirus” y que es causante del SARS en los seres humanos.
La enfermedad causada es llamada Covid-19, en donde “Covid” es acrónimo de
“Coronavirus” y 19 al año de 2019 cuando fue descubierto y catalogado.
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