El rector espurio

 Fauna Política


Un rector espurio para la UDLAP

Por Rodolfo Herrera Charolet

Las declaraciones del gobernador Miguel Barbosa Huerta, del abogado Rodrigo Gurza Cárdenas y del político Armando Ríos Piter han puesto en evidencia las verdaderas razones por la cual efectivos de la policía estatal tomaron por la fuerza el campus universitario aquel martes negro del 29 de junio de 2021.

El pretexto o al menos eso se dice, todo inició con un presunto desfalco de la  Fundación Mary Street Jenkins (Fundación) por 720 millones de dólares. Información a medias, que, gracias a los gastos de comunicación social que realiza el gobierno, fue posible difundir ampliamente la versión de un desfalco, cuando entre contradicciones de las autoridades y actores, los tribunales federales fallaron a favor de los quejosos, la Fundación.

Si entre particulares las chicanas[1] son parte de los litigios, resulta inadmisible que un gobierno incurra en dichas malas prácticas, cuando debía de ser imparcial y no caer en complicidades, como podrá demostrarse al analizar los hechos y evidenciar los intereses particulares mesclados con los asuntos públicos.

Al indagar en los hechos y motivos, se encuentran las relaciones que existen entre el gobernador poblano, el rector espurio, el presidente de la Junta, así como el andamiaje legal anterior y modificado en el que se sustentan las actuaciones.

  Así tenemos que Miguel Barbosa Huerta y Armando Ríos Piter fueron compañeros senadores de la república en la  legislatura 2012-2018. Ambos de alguna forma abandonaron la bancada del PRD, el primero pasó del PRD a Morena el 13 de marzo de 2017, cuando presentó su renuncia y Ríos Piter abandonó el cargo y partido para buscar una candidatura independiente a la presidencia de la república, el 31 de octubre de 2017. Aspiración que no logró porque de 1 millón 765 mil 599 firmas de apoyo que presentó, el Instituto Nacional Electoral validó 242 mil y descartó el resto por irregularidades. Así que tras su fracaso, Ríos Piter decidió apoyar la candidatura de José Antonio Meade, postulado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), tras el fracaso del candidato presidencial, decidió intentar participar en otras trincheras.

Quizás el logro más importante de Ríos Piter, ante tribunales federales, fue en el 2018 cuando obtuvo un amparo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para poder consumir marihuana, de manera recreativa. Su autorización fue una de las cinco emitidas por la corte para establecer jurisprudencia y pedirle al Congreso de la Unión la legalización del consumo de marihuana.

Antes de figurar como académico y rector de la UDLAP, en el 2020 buscó la postulación a la alcaldía de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, por el partido Movimiento Ciudadano, tras no lograrlo el 12 de diciembre de 2020 se incorporó al naciente Partido Fuerza por México como secretario del partido en la Ciudad de México. Tras el fracaso del partido por mantener su registro, no obstante la aprobación presidencial que tenía, el 12 de julio de 2021 fue nombrado como rector de la Universidad de las Américas de Puebla (UDLAP) por un patronato establecido por la Junta para el Cuidado de las Instituciones de Beneficencia Privada dirigida por el gobernador de Puebla Miguel Barbosa. Duró en su cargo solo cuatro días siendo finalizada su gestión el 16 de julio del mismo año.

Tras ello se establecen las relaciones entre Miguel Barbosa Huerta, Armando Ríos Piter y el presidente de la Junta, José Daniel Vázquez Millán y su representante legal Rodrigo Gurza, por lo que las declaraciones vertidas en algunos casos inconsistentes, desinforman a la opinión pública.

Aun cuando la complicidad y el interés político están sobre la excelencia académica y el interés en la ciencia, lo más relevante que se ha evidenciado es el desaseo político y la carencia de un buen juicio.

                                                                                                  ¿O no lo cree usted?

 



[1] Este es un término que viene del francés y es usado en el ámbito legal para referirse a usar artimañas de mala fe en los procedimientos de dicho medio.