Invitación a sesión cultural en Hospital Betania

 Christus Muguerza Hospital Betania y Amigos de la Ópera invitan a la sesión cultural “Ennio Morricone de Película”


Sábado 4 de Junio 2022 a partir de las 17 horas

Auditorio del Hospital 20 sur 705, primer piso

Cupo limitado 40 personas

Vino de cortesía durante la sesión

Coordina Dr. José Ayala Rodríguez


(Roma, 1928-2020) Compositor italiano. Considerado uno de los más grandes autores de música para el cine de todos los tiempos, compuso la banda sonora de más de 400 películas. Siempre centro de polémicas, objeto de amores y de odios. 

Hijo de un trompetista y de una ama de casa, Ennio Morricone fue el mayor de cinco hermanos. Su familia, de clase media y afincada en el barrio del Trastevere. Curiosamente, en la escuela coincidió con Sergio Leone.

Con sólo diez años, y tras foguearse en la orquestina aficionada de Constantino Ferri, Morricone se matriculó en el Conservatorio de Santa Cecilia para estudiar trompeta bajo la égida de Umberto Semproni, y tres años más tarde fue escogido entre otros estudiantes jóvenes para formar parte de la orquesta de la institución, con la que realizó una gira por el Véneto bajo la dirección de Carlo Zecchi.

La creciente actividad cinematográfica le haría abandonar a finales de la década la faceta “culta” de su producción, sobre todo a raíz del estruendoso éxito de la música para El bueno, el feo y el malo (1966), de Sergio Leone. La fórmula de Morricone era tan sencilla como efectiva: orquestaciones poco densas, pero con un sonido seco y transparente, temas que se clavaban inmediatamente en la memoria del oyente, y un enorme respeto por la trama y los personajes del filme. Morricone dejaba “hablar a la historia”. No olvidemos que una curiosa teoría de Morricone es la de que la música no pertenece al compositor, sino al filme: “Lo que prima es la necesidad de la historia que cuenta la película”.

En 1986 fue nominado por la banda sonora de La misión, de Azahara Seller, pero sorprendentemente tampoco se llevó el Oscar, una decisión incomprensible. Dos años más tarde volvió a quedarse a las puertas de la gloria con una tercera nominación por Los intocables de Elliot Ness, de Brian de Palma. Aún volvería a ser nominado en otras dos ocasiones: en 1992, por Bugsy, de Barry Levinson y en 2001, por Malena, de Giuseppe Tornatore. Esta reticencia siempre se ha interpretado como un voto de castigo de la crítica estadounidense por la actitud de un artista de reconocida militancia europeísta.

Sorprendentemente, en la edición de los Oscar de 2007, Ennio Morricone recibió por fin una estatuilla por parte de la Academia, en reconocimiento a su inmensa carrera. Un premio que llegó cuando Morricone ya no lo necesitaba, pero que, según reconoció, “finalmente me lo quedaré”.