Lalo Rivera y sus tres cochinitos

 


Rodolfo Herrera Charolet

Rivera y sus tres cochinitos

Los actos de corrupción merecen ser investigados

Cualquier conductor que circule por las calles de Puebla podrá encontrar avisos, lonas y otros indicadores de que no puede continuar su marcha, por obras municipales que se realizan con la lentitud de una tortuga. Sin embargo las encuestas dicen que están a gusto con su presidente municipal. Lo que no se dice, es el carísimo gasto que realiza Eduardo Rivera Pérez en Comunicación Social, los despilfarros en rubros de gasto público, que no necesariamente se requieren y de los actos de corrupción que se derivan de los presuntos moches, tras la autorización de sobrecostos o adjudicación directa de contratos.

La lona que anuncia el desvió de la circulación, sin duda es necesaria, lo malo es que los oficiales de vialidad están más dedicados a la extorsión que al auxilio de los conductores. Apenas hace un año, el once de agosto de 2022, alrededor de 20 policías municipales de Puebla fueron investigados por actos de corrupción, así como por denigrar la imagen de la corporación, informó la titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), Consuelo Cruz Galindo. En dicha entrevista precisó que del número total 11 fueron removidos y nueve separados del cargo. Afortunadamente únicamente seis corresponden a la administración 2021-2024 y los demás a la anterior administración (como era de esperarse).

Los tres cochinitos

En cuanto a los tres cochinitos, no me refiero a personas sino a alcancías o cajones de ahorro, son precisamente; los presuntos acuerdos, los moches y los ingresos por giros negros, recursos que se dice, llenan dichas alcancías, cuya contabilidad es registrada por la “Licenciada”. Los encargados de hacer posible esta realidad, se afirma, son tres funcionarios públicos y todo indica que lo hacen eficientemente; Pablo, Quique y Adán, quienes tienen a su cargo importantes cargos dentro del Ayuntamiento. Sin embargo, debemos de ser precisos, de cómo se realizan dichos ingresos, en su caso, evidenciarlos o tratar de encontrar la forma de comprobarlos. En esa tarea, hemos enfrentado algunas dificultades, sin embargo siempre se sabe la mano que gasta el dinero, aunque no la mano que roba.

Los personajes de la trama

Pablo es el encargado de las relaciones políticas y de los asuntos económicos relacionados con ellos. Quique, por supuesto, de los giros negros y regulación comercial (la tarea más difícil porque incluye el asunto de las chicas del tubo) y finalmente Adán quien es el encargado de las empresas y contratos. La licenciada lleva lo contable o registro y que está en mente del presidente municipal para el 2024.

Evidencias:

No se necesita revisar basureros de las dependencias o pagar a infieles para que suelten la sopa. Simplemente observando y analizando los datos que publican en transparencia y la observación diaria de los gobernantes, desde luego de la acumulación de su riqueza, los viajes al extranjero, las comidas en restaurantes caros, la ropa que usan, los autos que compran, entre otros indicios de que lo honestamente ganado como servidor público les sirve para dar propinas.

Otro claro ejemplo de impunidad y corrupción son la contratación de empresas sin domicilio fiscal real o más bien, el que proporcionan es simulado. Más de la mitad de los entes privados contratados señalaron un domicilio simulado en donde no existe la empresa o no se encontraron activos que evidencien la capacidad técnica ni financiera que dicen tener.

Denuncia y complicidad:

Sin embargo uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos los periodistas o investigadores, es la falta de denuncia o en su caso la complicidad de autoridades y poderes públicos que permiten estos atropellos.

Es por ello que la denuncia debe ser constante e inteligentemente realizada, agotar los espacios y en su caso señalar a los posibles culpables. Los datos ya se conocen o al menos parcialmente los órganos fiscalizadores dan cuenta de ello.

Ante los hechos, no existe duda de que Lalo Rivera está inmerso en un mar de corrupción que tolera o simplemente es cómplice. Afirmaciones que deberán de ser probadas, ese será el reto. Por lo pronto ya tenemos identificados los tres cochinitos y a quien lleva las cuentas.

¿O no lo cree usted?