Adolescente golpeado al salir de un antro en San Andrés Cholula

 El pasado 26 de febrero de 2023, un espeluznante episodio de violencia sacudió las calles de San Andrés Cholula. En ese día, varios individuos, identificados como Edgar Antonio Marín Formacio, Alan Toxtle Tomé y Heligio Zamora, llevaron a cabo un brutal ataque contra un adolescente de 17 años llamado Daniel N. 

13 de septiembre de 2023

Según relataron familiares los hechos ocurrieron a solo dos calles de la presidencia municipal. Daniel caminaba junto a un amigo y una amiga por la avenida Maximino Ávila Camacho, cuando iban a dejar a la joven en su casa después de celebrar su cumpleaños en la zona de la 14 Oriente.

La noche se convirtió en una pesadilla cuando, a unas pocas cuadras del domicilio de la amiga, un grupo de al menos cinco individuos arrojó un vehículo a la acera, forzando a los adolescentes a huir corriendo por temor. Sin embargo, los individuos, visiblemente bajo los efectos del alcohol, persiguieron al joven Daniel y le propinaron golpes brutales en el cuerpo y la cabeza, lo que resultó en convulsiones inmediatas.

Las heridas sufridas fueron graves, y Daniel tardó más de 15 días en recuperarse. Experimentó daños oculares, en la lengua, la cabeza y el cuerpo, además de enfrentar ansiedad y otros problemas psicológicos derivados del traumático incidente.

Desde el día del ataque, se presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado (FGE), con el número de carpeta FGEP/CDI/FMI/SACHOLULA-I/003780/2023. Sin embargo, hasta la fecha, la búsqueda de justicia ha sido desalentadoramente lenta.

Los agresores, que han sido identificados por la amiga de Daniel, siguen en libertad, a pesar de que se han proporcionado pruebas sólidas y testigos para respaldar el caso. Además, se acusa que algunos de los agresores tienen presuntamente vínculos laborales con dependencias del gobierno del estado de Puebla, lo que ha generado preocupaciones sobre posibles influencias indebidas.

Por lo tanto, la familia afectada hace un llamado a las autoridades para que se haga justicia. El caso de este adolescente es un recordatorio doloroso de que la violencia no tiene cabida en nuestra sociedad, y quienes la perpetúan deben asumir las consecuencias de sus acciones.