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Omar Muñoz arranca brigadas para “sanear” el Atoyac

Omar Muñoz arranca brigadas para “sanear” el Atoyac mientras persisten descargas industriales y omisiones municipales

José Herrera
26 de mayo de 2025

CUAUTLANCINGO, PUE.— En un acto que mezcla buenas intenciones con omisiones acumuladas, el presidente municipal de Cuautlancingo, Omar Muñoz, encabezó el arranque de brigadas ciudadanas que participarán en el diagnóstico para el saneamiento del Río Atoyac, uno de los afluentes más contaminados del país.

Acompañado por la directora local de la CONAGUA, Beatriz Torres Trucios, y el comisionado estatal del Plan Hídrico, Raymundo Atanasio Luna, Muñoz reiteró su adhesión al proyecto federal de la “cuarta transformación hídrica” promovido por la presidenta Claudia Sheinbaum, asegurando que “ya se están gestionando plantas de tratamiento, limpiando el río y regulando las descargas empresariales”.

Discurso esperanzador, pero realidad más compleja

Aunque el discurso oficial habló de un compromiso “de los tres sectores” —gobierno, iniciativa privada y sociedad civil—, persisten dudas sobre la capacidad del ayuntamiento para frenar efectivamente las descargas contaminantes que, durante décadas, han convertido al Atoyac en una cloaca industrial, tolerada por sucesivas administraciones municipales y estatales.

Muñoz declaró que se regularán las empresas que “por muchos años se permitieron” verter desechos en el río. No obstante, evitó mencionar nombres, fechas o mecanismos concretos de inspección o sanción, lo cual deja en el aire si estas acciones serán más simbólicas que estructurales.

Además, las plantas de tratamiento aún están en etapa de “gestión”, lo que sugiere que, por ahora, el saneamiento sigue siendo más promesa que realidad.

La narrativa del “segundo piso” de la 4T

En su intervención, el edil agradeció que los programas federales “volteen a ver” a Cuautlancingo como parte de lo que llamó el “segundo piso de la cuarta transformación”, y aseguró que sanear los 8 kilómetros de río en la demarcación beneficiará principalmente a San Lorenzo Almecatla y Sanctorum, juntas auxiliares severamente impactadas por la contaminación hídrica.

Sin embargo, habitantes y colectivos ambientalistas locales han denunciado que las acciones previas en torno al Atoyac se han quedado en jornadas esporádicas de limpieza superficial, sin intervención de fondo en la infraestructura industrial que rodea al río.

Elogios federales... y recursos pendientes

Por su parte, Beatriz Torres Trucios (CONAGUA) elogió al alcalde como “el único” que se ha acercado a la dependencia para ordenar las concesiones de agua. En el mismo tono, Atanasio Luna prometió recursos adicionales para el municipio, incluyendo paneles solares en escuelas y pozos comunitarios.

Ambas declaraciones contrastan con la falta de claridad sobre presupuestos asignados, calendario de ejecución o mecanismos de rendición de cuentas, lo que ha caracterizado otras etapas del Plan Hídrico en el estado.

¿Cambio de fondo o simulación ambiental?

Aunque la retórica institucional apunta a una “nueva era” de responsabilidad ecológica, el municipio de Cuautlancingo aún carece de un sistema robusto de monitoreo y sanción ambiental, y no existen datos públicos verificables sobre las empresas que siguen contaminando el Atoyac en su tramo local.

Si bien los esfuerzos del ayuntamiento podrían marcar un punto de inflexión, la ausencia de autocrítica, el uso recurrente del lenguaje político y la opacidad presupuestaria alimentan el escepticismo de quienes viven a diario con los efectos de un río envenenado.

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