Plantas, piedras y rabia: los pueblos revientan la Cholula-Calpan

 Plantas, piedras y rabia: los pueblos revientan la Cholula-Calpan

Por Carlos Charis (y por todos los que ya están hasta la madre)

La carretera estatal entre Calpan y Cholula amaneció cerrada. No por un accidente, no por obras. Cerrada a patadas. Cerrada con piedras, con fuego, con llantas desolladas a medio camino y el grito de los que ya no tienen nada que perder.

Los Pueblos Originarios están hartos. Y cuando un pueblo se harta, no hay gobierno ni patrulla ni secretario que lo detenga. Ayer marcharon, hoy bloquearon. Mañana, quién sabe.

Se plantaron en el ex relleno sanitario intermunicipal. Ese basurero que durante años tragó mierda de todos los municipios mientras escupía veneno al aire, al suelo y al agua. Lo clausuraron hace un año, sí. Pero los problemas, como los fantasmas, siguen saliendo por la noche.

Santa María Zacatepec, San Francisco Cuapan, Nealtican. Nombres que no salen en los noticiarios, pero que hoy rugen como un motor sin frenos. Porque esta vez no piden permiso. Esta vez no quieren diálogo. Quieren que se les escuche a la fuerza. Quieren que dejen de tratarlos como si fueran la basura del municipio.

Ayer hicieron una asamblea, como si eso importara. Luego caminaron. Luego bailaron. Disfrazados como en el carnaval de Huejotzingo, pero con el rostro torcido por la rabia. Porque esta no es fiesta. Esta es una procesión de furia.

Y mientras tanto, los automovilistas se pudren en el tráfico. Las noticias hablan de caos. De “desquiciar” la vía. Como si lo realmente desquiciante no fuera respirar el aire podrido que dejó ese maldito relleno. Como si lo anormal fuera la protesta y no la costumbre de tragar veneno con resignación.

Hasta ahora, sigue el bloqueo. Nadie pasa. Nadie cede.

Y en medio de todo eso, ahí están los pueblos. Resistiendo. Gritando. Bailando entre la mugre de un país que los olvida cada vez que apaga el noticiero.