Restos de Luz Clarita llegan a Tehuacán tras tragedia en la Cuacnopalan-Oaxaca; su hermana lucha por sobrevivir
Por José Herrera
15 de mayo de 2025
Tehuacán, Puebla.– En medio de una creciente indignación social por las condiciones de inseguridad vial en la Cuacnopalan-Oaxaca —carretera federal que ha cobrado decenas de vidas en los últimos años—, la comunidad de San Pedro Acoquiaco recibió anoche los restos de Luz Clarita Ramos Núñez, una de las víctimas mortales del choque entre una pipa de agua y una combi de transporte público ocurrido el pasado miércoles.
Clarita, de apenas 24 años, falleció tras el brutal impacto que partió en dos la unidad en la que viajaba rumbo a Puebla. Era originaria de Tehuacán y acompañaba a su hermana Alma Lucero, quien se dirigía a completar trámites para obtener una plaza como docente. La tragedia truncó ese destino.
La joven fue la primera de las tres víctimas fatales en ser entregada por el Servicio Médico Forense. Su cuerpo arribó cerca de las 22:00 horas del jueves a la junta auxiliar de San Pedro Acoquiaco, donde familiares, amigos y vecinos iniciaron el velorio en medio del dolor y la impotencia.
La otra mitad: Alma Lucero entre la vida y la muerte
Alma Lucero, hermana gemela de Clarita, permanece hospitalizada en estado crítico en la clínica Sagrado Corazón. Presenta múltiples fracturas en la columna vertebral y requiere una intervención quirúrgica urgente, además de una considerable cantidad de sangre donada para sobrevivir.
Su madre, devastada por la pérdida de una hija y la lucha agónica de la otra, hizo un llamado público a la ciudadanía para donar sangre, como único recurso inmediato para salvarle la vida.
Carretera mortal, omisiones institucionales
El siniestro tuvo lugar en un tramo de la Cuacnopalan-Oaxaca que ha sido repetidamente señalado por especialistas y transportistas como uno de los más peligrosos del sur del país, debido al mal estado del asfalto, la alta velocidad permitida y la falta de regulación de unidades pesadas como la pipa involucrada en este accidente.
En lo que va del año, organizaciones de transporte han denunciado ante la SCT y el gobierno del estado al menos nueve accidentes graves en la misma ruta. Sin embargo, las autoridades no han tomado medidas estructurales para garantizar seguridad vial en esta vía estratégica que conecta Puebla con Oaxaca y Veracruz.
La historia de Clarita y Alma, más allá de su tragedia individual, revela nuevamente la negligencia sistemática de los gobiernos locales y federales frente a un problema estructural que se cobra vidas con una regularidad escalofriante.
Mientras en Acoquiaco se despide a una joven con sueños truncos, en una cama de hospital su hermana resiste. Y en la Cuacnopalan-Oaxaca, la supercarretera de la muerte, la vida sigue jugándose entre baches, exceso de velocidad y omisiones institucionales.
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