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Cañas al aire: cine con raíz, identidad y futuro

 


Cañas al aire: cine con raíz, identidad y futuro

En una época donde el discurso público se ahoga entre escándalos y superficialidades, hay gestos institucionales que, aunque silenciosos, construyen país. Tal es el caso del respaldo que el gobierno del estado ha brindado a Cañas al aire, una producción cinematográfica que, más allá del celuloide, se planta con firmeza en la defensa de la identidad, la economía local y la democratización de la cultura.

Identidad en movimiento

El cine, más que entretenimiento, es un espejo colectivo. Cañas al aire no es solo una película: es un vehículo narrativo que recupera voces, costumbres y paisajes locales que de otro modo quedarían atrapados en el olvido. Como en su momento lo hizo el cine español con apoyo público, hoy Puebla apuesta por contar su historia desde dentro, con acentos propios y temas que resuenan en el corazón de sus comunidades.

Una inversión que devuelve más de lo que cuesta

Hablar de apoyo público al cine no es sinónimo de despilfarro, sino de visión estratégica. Según estudios de la industria audiovisual, por cada peso invertido se pueden generar entre tres y cuatro pesos en actividad económica secundaria: empleos temporales, servicios, hospedaje, alimentación, transporte y derrama local en municipios donde pocas veces llega la inversión pública. Cañas al aire se convierte así en catalizador económico en zonas que lo necesitan.

Fortalecimiento de una industria cultural emergente

Mientras Hollywood impone sus megaproducciones globales, el cine local necesita oxígeno para no asfixiarse. Y ese oxígeno, en países con vocación cultural, proviene del Estado. Apostar por Cañas al aire significa apostar por técnicos, actores, creativos, jóvenes talentos y una cadena de valor que dinamiza la economía creativa. Es invertir en soberanía narrativa.

Cultura que educa, une y reflexiona

Cuando una película logra conectar con los públicos desde la emoción y el pensamiento, el impacto trasciende la taquilla. Si Cañas al aire aborda temas sociales relevantes —como la migración, la desigualdad o la memoria comunitaria— su proyección no solo entretiene, sino que educa, interpela y cohesiona. La cultura es un antídoto contra la polarización, y el cine, su lenguaje más directo.

Proyección de Puebla al mundo

En los festivales internacionales, las películas son también embajadoras. Así como Volver de Pedro Almodóvar llevó la España profunda a las pantallas globales con ayuda del financiamiento público, Cañas al aire puede colocar a Puebla en el mapa cultural del mundo, atrayendo no solo prestigio, sino turismo, alianzas y atención mediática internacional.

El derecho a contar nuestras historias

En un mercado dominado por algoritmos y plataformas, muchas historias quedan sin contar porque no son “rentables”. Por eso el apoyo público no es una dádiva, sino un correctivo necesario: permite que proyectos arriesgados, diversos y comprometidos —como Cañas al aire— vean la luz. Es una apuesta por la pluralidad cultural frente al monocultivo de las narrativas.

Transparencia y resultados: la fórmula necesaria

Por supuesto, todo recurso público debe ir acompañado de reglas claras. Por ello, el respaldo a esta película se dio bajo mecanismos establecidos, con criterios de calidad, pertinencia y potencial de retorno social. El arte, cuando es gestionado con responsabilidad, no es lujo: es necesidad.


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