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Una empresa recién nacida, con mil giros y acceso a obra pública: el caso de Toscana Universal

Una empresa recién nacida, con mil giros y acceso a obra pública: el caso de Toscana Universal

Por José Herrera – Investigación especial

En noviembre de 2023, en la ciudad de Puebla, fue constituida una empresa más del nutrido y creciente ecosistema de constructoras locales con vocación multiusos y objeto social expansivo. Se trata de Toscana Universal Construcciones y Acabados, S.A. de C.V., una sociedad anónima que, con apenas unos meses de existencia formal, ya se perfila como potencial proveedora de servicios para gobiernos municipales, estatales y organismos públicos descentralizados.

Los socios: dos mujeres, 100 mil pesos y control concentrado

La empresa quedó registrada con dos accionistas de nacionalidad mexicana: Daniela Reyes Garrido, quien ostenta el 70% de participación (70,000 pesos en acciones), y Silvia Camacho López, con el 30% restante (30,000 pesos). Ambas mujeres constituyen el total del capital social, que asciende a apenas 100 mil pesos, con un valor nominal de mil pesos por acción.

Este tipo de estructura es común entre sociedades utilizadas para obtener contratos públicos: capital mínimo, accionistas familiares o con vínculos personales, y un control concentrado en una o dos manos. No se advierte —hasta el momento— experiencia técnica documentada, licencias o certificaciones en obra pública, ni historial previo como proveedor gubernamental.

Un objeto social de 22 cláusulas, sin límites temáticos ni operativos

Uno de los principales focos de alerta que presenta Toscana Universal es la amplitud extrema de su objeto social. La sociedad se inscribió con más de veinte actividades, que van desde la construcción, planeación y supervisión de obras, hasta la adquisición de bienes inmuebles, préstamos, representación de terceros, servicios periciales, importación y exportación, emisión de certificados bursátiles, avales, maquila, asesoría técnica, y desarrollo de marcas y patentes.

Este tipo de redacción —excesivamente abierta y sin delimitar el giro— es habitual en empresas que buscan adaptarse rápidamente a cualquier proceso de contratación pública, sin necesidad de reformas estatutarias. Se trata de “actas comodín”, usadas para justificar contrataciones que van desde pavimentaciones hasta suministro de insumos de oficina o servicios de publicidad.

Registro reciente, pero con apoderados nombrados para 2025

Aunque la empresa fue inscrita el 8 de noviembre de 2023, ya en abril de 2025 realizó una asamblea formal para el nombramiento de apoderados, lo que sugiere una activación reciente de su operación. La inscripción fue realizada por ventanilla virtual de la Secretaría de Economía y refrendada en el Registro Público de la Propiedad en Puebla, bajo el folio 21863.

Este detalle temporal indica que la empresa permaneció sin movimientos públicos por al menos cinco meses y se activó justo en el año electoral, lo que puede coincidir con ciclos de gasto público extraordinario y asignación directa de contratos.

Sin página web, sin redes sociales y sin domicilio verificado

Toscana Universal reporta como domicilio únicamente “Puebla, Puebla”, sin detallar colonia, calle o número oficial. A la fecha, no cuenta con sitio web, perfil en plataformas de contratistas, ni huella digital en redes sociales o sistemas como Compranet. Esta opacidad operativa es otro de los rasgos frecuentes en constructoras creadas para licitaciones específicas.

Una estructura ideal para simular competencia

El patrón societario y el objeto social de Toscana Universal la convierten en un vehículo propicio para participar en licitaciones simuladas o adjudicaciones dirigidas. Su estructura permite competir en obras de cualquier tipo (desde drenaje hasta alumbrado), actuar como subcontratista o incluso ser utilizada como “empresa espejo” para justificar comparativos de mercado.

Además, el hecho de que su capital social esté dividido únicamente entre dos accionistas facilita la circulación de recursos entre entidades relacionadas o el traspaso de control sin demasiada vigilancia institucional.

Conclusión: Señales de alerta en el radar de la fiscalización

Aunque Toscana Universal Construcciones y Acabados, S.A. de C.V. aún no aparece en padrones públicos de proveedores ni en bases de datos de contrataciones estatales o federales, su perfil encaja con el patrón de constructoras fantasma o empresas de papel que han sido utilizadas en anteriores esquemas de desvío de recursos.

El historial de Puebla y sus municipios —marcado por contrataciones opacas, empresas sin experiencia y adjudicaciones amañadas— obliga a una vigilancia temprana sobre este tipo de sociedades. Las autoridades de fiscalización deberán prestar atención al momento en que Toscana Universal aparezca en alguna licitación o contrato: lo que hoy parece una empresa inactiva, mañana puede ser clave en una triangulación millonaria.

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