Sin control de desechos opera mayoría de rastros
Elizabeth Cervantes / foto Imelda Medina/Síntesis


Apenas catorce de más de 2 mil establecimientos en el estado están controlados
203 municipios ofrecen su carne sin la mínima inspección y sin las medidas de sanidad correspondientes

La salud de cientos de miles de poblanos se mantiene bajo riesgo toda vez que apenas catorce de los más de 2 mil rastros municipales operan en estricto control de las autoridades sanitarias.
La contaminación que generan estos mataderos clandestinos es grave pues los desechos van a dar a barrancas y ríos e incluso son arrojados a las calles.

Pese a que los rastros oficiales son supervisados por las propias autoridades sanitarias para evitar que estalle un problema de salud pública, la realidad es que la mayoría de ellos sigue manejando desechos sin la menor cautela.

Tan sólo el rastro de la capital poblana, hasta febrero de este año, descargaba en la barranca Del Conde, por lo que se hizo acreedor a multas de hasta 300 mil pesos mensuales por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

Víctor Martínez Witting, director de salud animal e inocuidad de la Secretaria de Desarrollo Rural (SDR), indicó que los establecimiento para el sacrificio de animales se rigen por tres normas: dos dependen de la instancia federal, 008 y 009, y en ellas se especifica tamaños, dimensiones de las áreas de los corrales, el sacrificio humanitario, procedimientos de inspección y las medidas de seguridad que deben tener los rastros.

Esta última parte se refiere a los desechos orgánicos, el tratamiento de estos a través de plantas de tratamientos o el uso de diodigestores como una alternativa más, o las compostas para el abono orgánico.

Pese a que la ley obliga a los ayuntamientos a prestar el servicio de rastros, no todos cuentan con uno, es decir 203 municipios ofrecen su carne sin la mínima inspección de las autoridades y sin las medidas de sanidad correspondientes.