Capturan a dealer cercano a los Silvetti

Detienen a “El Delfín”,empleado de los Silvetti
Edmundo Velázquez/Cambio


Conocido por ser un dealer cercano a narcomenudistas como Óscar Silvetti y Luisa Hernández, alias “La Morena”, ayer fue detenido Carlos Loaiza Arizpe, mejor conocido como “El Delfín”.

Loaiza Arizpe era ya buscado por la Agencia Federal de Investigación y la Procuraduría General de la República, pero ayer, elementos del Grupo Táctico de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal lo encontraron en la zona de San José Xilotzingo cuando abordaba un vehículo Tsuru con sellos de una empresa de Seguridad Privada —placas XUJ5406 de Tlaxcala—.

En un recorrido de rutina a “El Delfín” se le revisó y le fueron encontradas 60 grapas de cocaína en piedra. Según admitió, repartía su mercancía en zonas como San Manuel, Xilotzingo y Ciudad Universitaria.

Al ser detenido se presentó el guardia de seguridad al que pertenecía la unidad abordada por “El Delfín”. Dijo llamarse Javier Enrique Juárez Jiménez e quien intentó liberar al narcomenudista, por lo que también fue detenido.

Tras ser detenido, “El Delfín” dio positivo en el examen toxicológico. Se notó en su sangre el consumo de cocaína. El otro detenido no registró positivo en el uso de ningún estupefaciente. Por el delito ambos serán presentados ante el Ministerio Público Federal.

Según fue recordado en la Secretaría de Seguridad Pública, Carlos Loaiza Arizpe ya había sido detenido en una ocasión, por lo que estuvo en prisión alguna vez acusado por cometer delitos contra la salud en el año 2005.

Se disfrazó de policía privado para dedicarse al narcomenudo
Alfonso Ponce de León Salgado/Intolerancia

Elementos del grupo Halcón de la Policía Municipal Preventiva (PMP) lo detuvieron en las inmediaciones de la unidad habitacional Xilotzingo, en poder de 60 “grapas” de cocaína en piedra para fumar, además de que detuvieron a otro sujeto que trató de rescatarlo, bajo el argumento de que era su compañero de trabajo.
Y es que Loaiza Arizpe, sabedor de que tenía cuentas pendientes con la Procuraduría General de la República (PGR), decidió ocultarse donde sabía que nunca lo iban a buscar: se metió a trabajar en una empresa de seguridad privada y mientras por un lado supervisaba la seguridad en tiendas como Electra, por otro se dedicaba a la venta de alcaloides, sin que por el momento se pueda precisar si Enrique Juárez Jiménez, el segundo de los detenidos, sabía de sus actividades ilícitas o incluso si participaba en ellas.

“El Delfín” o “El Calladito”, como se le conocía en la Dirección de Estrategias de la Policía Estatal Preventiva (PEP), donde fue elemento en activo, al verse nuevamente detenido y en posesión de alcaloides ofreció a los uniformados una fuerte suma de dinero para que lo dejaran en libertad, sin embargo fue presentado de inmediato a disposición del Ministerio Público de la Federación, por lo que antes de ser trasladado dijo a los uniformados que su “padrino”, obviamente ligado con alguna corporación policiaca o de persecución y administración de justicia, lo iba a poner en libertad y entonces se iba a vengar.

Carlos Loaiza Arizpe tiene antecedentes penales por delitos contra la salud. Estuvo recluido durante un año en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de San Miguel, luego de que en el mes de febrero de 2005 fue detenido por elementos de la Policía Judicial del Estado (PJE), en los momentos en que comercializaba con alcaloides en el barrio de El Alto.


Por alguna razón que hasta el momento se desconoce, el expolicía no fue sentenciado y siguió sus actividades en la venta de drogas en el mercado Unión, donde después tuvo que escapar, sabedor de la persecución policiaca que había en su contra, por lo que decidió refugiarse en actividades que le perdieran seguir comercializando con drogas y a la vez permanecer oculto de la policía y se metió en una corporación de seguridad privada, identificada como Grupo Integral Fidegoz.


Mientras se mantenía oculto en la empresa de vigilancia, la Delegación Estatal Puebla de la Procuraduría General de la República (PGR) consignó varios expedientes a juzgados de Distrito para solicitar la orden de búsqueda y captura en su contra, lo mismo hizo la General de Justicia del Estado (PGJE), luego de que fuera acusado por su esposa de haberla despojado de una casa que se ubica al oriente de la ciudad de Puebla, que sirvió de presunta madriguera a quienes salían de prisión y seguían dedicándose al “narcomenudeo”.


El reporte de la actual detención de “El Delfín” indica que elementos del grupo Halcón, de la PMP, al realizar un recorrido por la unidad habitacional Xilotzingo, en la avenida de la Huerta, frente al número 110, localizaron el vehículo Nissan tipo Tsuru, placas XUJ5406, que pertenece a la empresa Fidegoz, que se ubica en el estado de Tlaxcala y en el interior a Carlos Loaiza Arizpe, quien intentó ocultarse, auque sólo llamó la atención de los uniformados.


Entre las pertenencias de Carlos Loaiza encontraron 60 “grapas” de cocaína en piedra, que dijo la comercializa con viciosos de Xilotzingo, San Manuel y las inmediaciones de Ciudad Universitaria, mientras que su trabajo como guardia privado las realiza al oriente de la ciudad.


En esas estaban cuando llegó Javier Enrique Juárez Jiménez, compañero de trabajo de “El Delfín”, quien intentó evitar la detención y como consecuencia también fue trasladado a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito municipal para que después fueran trasladados ante el Ministerio Público de la Federación Especializado en Delitos Contra la Salud, para que sigan con las investigaciones correspondientes.


Carlos Loaiza Arizpe, además de ser buscado por la PGR en Puebla, también sigue sus actividades en el estado de Tlaxcala, donde las autoridades federales como locales ya fueron alertadas para que se sigan las investigaciones correspondientes

“El Delfín”, “El Pescado”, los hermanos Silveti; los senderos se bifurcan

Antes de ser “narcomenudista” Carlos Loaiza, “El Delfín” o “El Calladito”, era elemento en activo de la Dirección de Estrategias de la PEP, su labor era la atención de casos de “narcomenudeo”, pero en lugar de esto vendía protección a los “narcomenudistas”, sobre todo a los hermanos Jesús y Óscar Marcelino Hernández Silveti, quienes, a través de Modesto Alejandro Gutiérrez Hernández, “El Pescado”, le entregaban diversas sumas de dinero para que no los molestara.

Las actividades ilícitas de “El Delfín” lo llevaron a ser suspendido de sus funciones y a que decidiera salir del clóset y dedicarse de lleno al negocio de la venta de alcaloides, por lo que se puso a trabajar bajo las órdenes de los Silveti, tocándole la tarea de vigilar que tanto elementos de la PEP como de la Policía Judicial del Estado (PJE) no los molestaran, tocándole la tarea de repartir sobornos, hecho que molesto a “El Pescado”, quien tenía asignada la tarea.

Cuando las actividades de los dos “narcomenudistas” más importantes en la ciudad de Puebla salieron al descubierto, toda la banda decidió separarse y formar nuevas organizaciones; “El Delfín” colocó su “narcotienda” en un local del mercado Morelos, disfrazándola como venta de discos “pirata”, mientras que “El Pescado” siguió con la tienda de la 18 Oriente y la 34 Norte. En ese lapso de tiempo la misma Dirección de Estrategias de la PEP, donde trabajó “El Delfín”, detuvo a Modesto Alejandro Gutiérrez Hernández —13 de julio del 2002— y éste sugirió que se había tratado de una trampa, luego —en el mes de febrero del 2005, la PJE detuvo a “El Delfín” y ambos se encontraron en los patios del Cereso de San Miguel, donde tras enfrentarse a golpes ambos juraron que se iban a matar.

El primero en salir de prisión fue Carlos Loaiza, lo hizo a un año de haber ingresado, luego, el 13 de julio pasado lo hizo Modesto Alejandro Gutiérrez, sólo que éste fue descubierto el mismo día que obtuvo su libertad, abasteciéndose de narcóticos para iniciar la venta y fue detenido, al momento de regresar a prisión dijo que tras su captura, efectuada por elementos del grupo Halcón, éste dijo que fue “El Delfín”, quien estaba atrás de todo lo que le ocurrió y juró vengarse, ahora en pocas horas ambos sospechosos de delitos de “narcomenudeo” se van a encontrar de frente y en el interior del Cereso.

Amenazas sin cumplir

Tanto Modesto Alejandro como Carlos Loaiza y otros presuntos “narcomenudistas” detenidos por la PMP, a través del grupo Halcón, han jurado vengarse de quien los detuvo y desde el interior del Penal de San Miguel fraguan un plan para atacar la comandancia de los Halcones, ya sea a mano armada o con otras artimañas, incluso estos mismos uniformados han recibido amenazas por escrito y por teléfono, tanto en sus domicilios como su en su trabajo.