Lucra con niños, los vende al mejor postor.

Macabra confesión de niñera de prostitutas
Bertha Alicia, apodada “La Sonia”, instaló una guardería para hijos de mujeres que en Libres ejercían la prostitución, les cobraba 70 pesos el día

Alfonso Ponce de León Salgado / Intolerancia


Bertha Alicia Cruz Cristóbal, quien se hace llamar “Sonia”, desde la tarde del miércoles es otra interna del área femenil del Centro de Readaptación Social (Cereso) de San Miguel. La Procuraduría General de Justicia (PGJ), a través de la DIEDO (Dirección de Investigaciones Especializadas en Delincuencia Organizada), la acusó por tres casos de robo de infantes, es decir, los tres hijos de mujeres que ejercen el oficio más antiguo del mundo y que se los dejaban a su cuidado, tras el pago de 70 pesos diarios, mientras se iban a trabajar.
Pero “Sonia” no está sola en esta felonía, existe un abogado de apellido Vidal y una enfermera de la clínica del Seguro Social de Libres, identificada como Viky, quienes la ayudaron para la venta de los niños, a través de documentos ilegales de adopción y bajo el argumento de que los niños habían sido abandonados por sus madres y que ellas mismas habían aceptado regalarlos, estos personajes aún no han sido detenidos, pero figuran en las investigaciones de la PGJ.
Uno de los niños que figura en la lista de robo de infantes se encuentra en el Estado de México, su madre adoptiva se llama Alma Delfina Castellanos Jiménez, ella pagó 10 mil pesos por el menor, cuando éste tenía 10 meses de edad; actualmente este niño está a punto de cumplir 2 y de un momento a otro puede ser asegurado por los agentes de la DIEDO y detenidos todos los que participaron en una adopción ilícita.
La tarde del miércoles Rodolfo Igor Archundia Sierra, el subprocurador General de Justicia, informó de la detención de Bertha Alicia Cruz, alias “Sonia”, una mujer que se dedicó a la prostitución y que después instaló una guardería especializada en atención de hijos de meretrices, para que éstas pudieran “fichar” y los recogieran al término de su trabajo, pero se dieron casos de que por lo menos tres de estas mujeres dejaron abandonados a sus hijos, quienes después terminaron vendidos a otras familias, mediante trucados documentos de donación, donde “Sonia” afirma, “no los vendí, sólo los entregué tras el pago de mis gastos”.
La sospechosa del delito de robo de infantes fue trasladada al Cereso de San Miguel la misma tarde del miércoles; a las 18:00 horas subió a la reja de prácticas del Juzgado Tercero de Defensa Social y ante el titular Carlos Guillermo Ramírez Rodríguez; el agente del Ministerio Público Adscrito, Jesús Guarneros Jiménez, y el defensor social, adscrito a la Procuraduría del Ciudadano, rindió su declaración preparatoria, donde negó que los niños los haya vendido; dijo que los entregó a quienes le pagaron los gastos que desembolsó para cuidarlos.
Ya con su uniforme de color caqui, Bertha Alicia aceptó responder, por dos horas, preguntas por parte del juez de lo Penal, donde narró cómo entregó a los menores a otras mujeres que no eran sus madres, lo hizo llevada, según ella, porque sus verdaderas progenitoras los habían abandonado con ella, que ya no llegaron a pagarle sus cuidados y que al final decidieron regalarlos, todo esto bajo la supervisión de un abogado de apellido Vidal, quien por alguna razón aun desconocida no advirtió a la exmeretriz convertida en “niñera”, que lo que estaba haciendo era un delito, es más, colaboró con ella al elaborar documentos de adopción, que nunca fueron autorizados por una autoridad competente.
Esta es parte de la entrevista …
Yo estoy declarando mi realidad: Bertha Alicia Juez Tercero de lo Penal
(JTP): ¿Cuánto te dieron por el menor?
Bertha Alicia Cruz Cristóbal (BACC): Lo de mis gastos.
JTP: ¿Cuánto?
BACC: Me dio 10 mil pesos que la mamá del niño me debía. “Alejandra —la mujer que la denuncia— me llevó a cuidar al niño, me lo llevó de 4 meses, al principio la muchacha iba y ‘se ponía’ con lo de los pañales y la leche, pero la última vez que me abonó me dio 140 pesos.”
JTP: ¿Esto cuándo fue?
BACC: La verdad no me acuerdo, como en enero del año pasado; el niño que me dio ya va a cumplir 2 años.
JTP: ¿O sea que desde la edad de 4 meses se quedó contigo?, porque estamos hablando del 2005 para el 2006, de diciembre o enero del 2006.
BACC: Ella iba a mi casa, lo frecuentaba, ella trabajaba en un bar, entonces la perdí.
JTP: Espérame, vamos a ubicarnos en tiempos, aproximadamente ¿cuándo fue cuando ella abandonó a su hijo?
BACC: Lo abandonó seis meses después de que me lo entregó.
JTP: Estamos hablando de entre mayo y junio del año pasado.
BACC: Sí, ni me pagaba los gastos ni visitaba al niño.
JTP: ¿Tú cuánto le estabas cobrando?
BACC: 70 pesos diarios, además de lo que el niño necesitara para leche y pañales. J
TP: A partir de esta fecha fue cuando te lo dejó abandonado.
BACC: Ya no me dio nada, casi me lo dejó abandonado.
JTP: ¿Por qué no avisaste a la autoridad?
BACC: No me vino a la cabeza, simplemente yo la fui a buscar a ella — a la madre del niño—. JTP: ¿Tú la buscaste?
BACC: Yo la busqué en el bar donde trabajaba.
JTP: ¿Qué bar?
BACC: En un bar de Libres, con una señora que se llama Lulú, yo la buscaba, ella salía y me decía que no tenía dinero.
JTP: ¿Y qué te decía de su hijo?
BACC: Me decía que lo iba a ir a ver y no iba, yo era quien la buscaba y ella no iba. J
TP ¿Cuántas veces la buscaste?
BACC: La busqué como… ¡uf! a veces hasta la chocaba, luego me la negaban, en una ocasión fui y la encontré, le dije “¿qué pasó, por qué no has ido a ver al niño?, ya me agarraste de tu tonta, de tu criada, yo allá batallando, desvelándome y tu dándote la gran vida aquí, no manches”.
JTP: Esa entrevista que tuviste tu con ella ¿Cuándo fue?
BACC: Cando ella ya no me llevaba el dinero.
JTP: No, no, yo lo que quiero es que te vayas ubicando en tiempo y espacio, aunque no me puedas decir “fue el lunes 5 de junio del año pasado”, pero sí un promedio.
BACC: La verdad no tengo idea de qué tiempo tiene.
JTP: Tú la entrevistaste afuera del bar y le reclamaste su actitud por lo del niño, ¿Qué te dijo ella?
BACC: “No tengo dinero, no me han pagado la ficha”, nada más así me dijo, luego me dijo que iba a regresar y no regresó, la fui de nuevo a buscar y me dijeron que ya no iba a venir, que se había ido para su casa, que se había juntado con un muchacho, entonces comencé a investigar para localizarla y gracias a Dios la encontré, estaba juntada con un muchacho. J
TP: ¿Cuándo fue de esto?
BACC: Ya no me acuerdo.
JTP: Tendrá dos meses, cuatro meses…
BACC: De eso que le estoy diciendo tiene tiempo, el niño ya va a cumplir 2 años.
JTP: Ya habla el niño.
BACC: Yo pienso que sí, entonces la encontré —se refiere a la mamá del niño—, fui a su casa, le toqué la puerta.
JTP: ¿En dónde la encontraste?
BACC: En Libres, mi esposo me acompañó, le dije adelántate y toca, porque si me ve se va a esconder, que toca mi esposo y salió el muchacho, le dije “oye ¿y Alejandra?”, me dijo “¿cuál Alejandra?”, por lo que yo le dije “tu esposa, con la que vives, dile por favor que soy la señora que le cuida a su hijo”, me dijo “pues no, aquí no está”; le dije “mira no me engañes, yo sé que está contigo”, entonces que se mete el muchacho y yo me metí tras él, el muchacho le dijo “te hablan” y la vi que estaba sentadita en la cama viendo la tele, por lo que le dije “qué poca madre tienes, hasta dónde has llegado, yo buscándote, no manches, sino me quieres pagar cuando menos llévale pañales y leche”, ella no me dijo nada, entonces me senté en un silloncito que tienen ahí, le dije “¿qué piensas?, me agarraste de tu criada, ve por el niño; ella me dijo “bueno, ya mamá”, porque ella me decía mamá, “voy mañana por el niño”; “te espero” y me salí, mi esposo me esperaba afuera. “Al día siguiente Alejandra no llegó, no fui a buscarla, me había dicho que iba a esperar a que le pagaran a su esposo para que le llevara para pañales y leche, eso fue el domingo, no llegó el lunes, yo no fui a buscarla ni el lunes ni el martes, fui el miércoles; que me meto a su casa y le dije ‘¿qué paso, te estuve esperando?, me viste la cara de tonta’, y ella le dijo ‘no má, no fui porque no le pagaron a él’, le pregunté que entonces cuándo iba a ir, me contestó que nada más que le diera lo de su gasto y la iba a ver. El esposo de Alejandra estaba acostando oyendo todo, me dijo ‘el problema es de ella, yo no sé, que te pague ella’; no sé cómo se llama el muchacho, sólo sé que le decían ‘Güero’, ella me dijo ‘voy’, le conteste ‘te espero’, pero ya no me sigas viendo la cara de tonta. No fue ese día, llegó como al tercer día, fue con el muchacho, ella llevaba puesto un pantalón de mezclilla nuevo, llevaba una blusa no me acuerdo de qué color, yo le dije ‘mira, ¿estrenando?, para tus tenis sí tienes, pero no tienes para la leche del niño; me dijo ‘no, ma, es que me los compró él’. El muchacho me preguntó ‘¿cuánto te debe?’, le dije ‘mira a aquí tengo el papel, me debe 5 mil pesos’ y éste le dijo a Alejandra ‘¿le debes 5 mil pesos, no me dijiste que 500?’, entonces el muchacho que se sale y tras él salió Alejandra, luego ya no regresó”.
El niño que fue vendido en 10 mil pesos.
BACC: Volví a ir a buscarla a su casa, pero antes fui con un licenciado.
JTP: ¿Qué licenciado? BACC: Uno de Libres que se llama Vidal, no sé sus apellidos. J
TP: Le dije: “lic, traigo este problema”; le expliqué que la muchacha ya no frecuentaba al niño, le dije “¿qué hago?” y éste me dijo “vaya usted a hablar con ella”; que llego y que le digo Alejandra “ya viste cómo eres, ¿por qué no fuiste?”; se quedó callada, le dije, “no, no te voy a regañar, ni te voy a hacer nada, si ya no quieres al niño dámelo, hay personas que de verdad lo quieren, el niño va a tener cariño, va a tener mucha atención, yo no se la puedo dar, yo también estoy pobre, porque si yo tuviera a mi alcance yo me quedo con el niño, pero para que el niño sufra como ando sufriendo yo, no hay una persona que lo quiere, piénsalo y si me lo quieres dar pues dámelo”. “Al tercer día volví a ir, fui con un amiga que se llama Yadira, le dije a Alejandra ‘¿qué paso?, ya pensaste, ya dame las hojas, madre, ya te las voy a firmar. No te estoy presionando, simplemente te estoy preguntando qué pensaste o ve por el niño’”.
JTP: Yo te quiero hacer una pregunta, ¿si consultaste a un abogado como lo fue el licenciado Vidal, ¿él no te aconsejó que la madre estaba cometiendo un delito respecto a su hijo, como lo era el abandono de persona?
BACC: No me dijo eso, me dijo “si se lo da” —refiriéndose al niño— que venga a firmar aquí y si no quiere entonces vaya usted a verla y que le firme las hojas en blanco, y yo le hago donde dona al niño” y sí me las firmó, se las fui a dejar al licenciado, pero no las fui a recoger, ya de ahí no volví a ver a Alejandra para nada.
JTP: Vamos a remontarlos al hecho, cómo estuvo toda esa mecánica por la cual tú le entregas al menor a esta señora, Alma Delfina Castellanos Jiménez, nárrame desde cómo la contactaste, cómo tuviste acercamiento con ella para que se vieran en Tamiagua, Veracruz y se lo entregaras.
BACC: Yo fui a mi casa, como el 16 de febrero del año pasado, yo llevé al niño, ya tenía el niño 10 meses, me dijeron mis conocidos: “ay, qué bonito niño”; yo vivo en Tamiagua, en calle Alfonso Blanco sin número, de la colonia Rivera, una señora de nombre Mari me preguntó que si era mío y le dije que sí, ya después le dije que no era cierto, que su mamá se lo había dejado, fue cuando me dijo “fijate que yo tengo una comadre que se acaba de morir su niño”; me dijo: “si quieres yo le hablo”, y le dije que estaba bien. “Le comenté que no quería vender al niño, que si la señora me pagaba mis gastos se lo entregaba, así le platiqué a la señora”.
JTP: ¿Llegó la señora?
BACC: Yo me comunique por teléfono con Alma Delfina, al número 53 24 11 56, me comunicó la señora Mari, ahí entablé la primera comunicación, nos quedamos de ver en Tamiagua, llegó como al tercer día. “Alma Delfina vio al niño, dijo ‘ay, qué bonito está, estas madres que abandonan a sus hijos’; fue cuando me dijo ‘¿cuánto es de tus gastos?’, yo le dije yo ya había gastado en pañales, ‘ya me desvele con el niño, me dieron al niño de 4 meses y ya tiene 10 meses, mire, si yo me pongo a hacer cuentas de lo que ya gasté en pañales y leche, mejor dame 10 mil pesos’. ‘Esto que quede ante usted, que no le estoy vendiendo al niño, ya me dio 5 mil pesos ese día; me dijo ‘vamos a hacer un papel’; me regresé a Puebla y me sentí mal, a Tamiagua, me enfermé de tristeza, me dije: ‘Dios mío, hice bien o hice mal en haberle dado el niño a esta señora, yo sé bien que no le va a faltar nada’, y me regresé a Libres. Después me volví a encontrar a la mamá del menor, estaba embarazada, llevaba un pants rosa, nunca me preguntó por su hijo, me ignoró, yo tampoco le hablé, nunca regresó a la casa, jamás me imaginé que me fuera a denunciar”.
Al hijo de una adicta lo vendió en 4 mil pesos
“La muchacha se llama Emma, también me lo dejó abandonado, ella trabajaba en el bar El Roya, el niño se lo di a una señora en adopción, me pagó los gastos. Antes de ‘donar’ al bebé hablé con Lupita, son de Tlapacoya, pero no sé en dónde está, el niño tenía 4 meses, esto ocurrió hace cuatro años. Yo buscaba a su mamá en el bar, me decían: ‘ya viene a chingar la Sonia’. Emma se drogaba con Resistol, cuando la encontré le pregunte ‘¿qué paso con el niño?, ¿qué piensas?, lo voy a dar en adopción’, y ella me dijo ‘mira Sonia, si quieres véndelo, nada más me dar la mitad; yo le dije ‘cómo crees, yo nada más voy a cobrar mis gastos, las cuidadas, las desveladas, las lavadas’, para esto Lupita y su mamá Socorro me dejaron a Emma como quince días, yo le daba de comer. Una enfermera que se llama Viky, trabaja en el centro de salud, ella me vacunaba a los niños, ella me dijo ‘señora ya me di cuenta que le dejaron a los niños’, le dije que sí, que su mamá incluso me dijo que lo vendiera, ella me contesto ‘si lo va a dar hay me avisa, una de mis familiares quiere un niño, al niño no le va a faltar nada, va a estar bien’. La enferma Viky fue a verme a mi casa, le dijo que si su familiar me iba a pagar mis gastos que se lo llevara, le dije que 4 mil pesos, no sé cómo se llamaba la muchacha, pero sus datos están con el licenciado Vidal, él se encargó de la firma de los documentos de adopción. A los ocho días que llega Emma, me dijo: ‘Sonia, dame a mi hijo’, iba drogada, estaba llorando”.