En la cárcel de Cholula, la historia oscura se repite

El trienio trágico de Alejandro Oaxaca está a punto de revivir. Tres años después, los demonios del abuso del poder, de la corrupción y de la impunidad están de nuevo de regreso, pero vienen corregidos y aumentados


A lo largo de la vida, las historias se repiten una y otra vez, aún cuando éstas hayan sido en su momento terribles pesadillas. Conocer el pasado permite a los hombres del poder anticipar lo que puede ocurrir y de esa forma hacer todo lo posible por evitarlo, o si así conviene a los intereses de su gobierno, simplemente dejar que vuelvan a ocurrir.

Tal es el caso del Centro de Readaptación Social de San Pedro Cholula, que en el último trienio se mantuvo en calma, casi en el olvido, al margen de los hechos, buenos y malos que se tejieron todos los días a su alrededor.

Tres años después, los demonios del abuso del poder, de la corrupción y de la impunidad están de nuevo de regreso, pero vienen corregidos y aumentados. Dichos espectros están de vuelta gracias al conjuro del sumo sacerdote de la brujería en Santa Bárbara Almoloya: Rubén Lozano Aca Cinco directores en tres añosCorría el mes de febrero de 2002 y Alejandro Oaxaca tomaba posesión de su cargo como presidente municipal de San Pedro Cholula, recayendo en Héctor Leonel Lechuga el nombramiento como su primer director del Cereso.

No tuvo que pasar mucho tiempo para que el tráfico de estupefacientes en el interior del penal llegara a niveles insostenibles y se convirtiera incluso en una fuente de abastecimiento para las bandas de “narcomenudistas” que operaban en la capital del estado, razón por la cual se tuvo que solicitar la remoción de este primer funcionario.

En su oportunidad, Héctor Leonel Lechuga Corte fue cobijado por la Dirección General de Ceresos y reasignado como subdirector de Seguridad en el Cereso de San Miguel en la ciudad de Puebla, donde permaneció aún varios años. Hoy se encuentra separado del sistema penitenciario poblano.

El segundo director fue el abogado Miguel Barona, quien llegó con la encomienda de “limpiar” de drogas el Cereso de San Pedro y lo cumplió con eficacia, pero descubrió una nueva veta de negocios tras los muros de la prisión: la prostitución y el cobro de favores por la visita íntima a los internos, según él moviéndose en el ámbito de la legalidad, pero el hecho es que a través del cobro de estos servicios pudo amasar una considerable fortuna en muy poco tiempo.

El ocaso de este funcionario llegó cuando cometió el error de consentir la fuga de tres secuestradores, hecho que desató una serie de críticas muy fuertes para el presidente municipal Alejandro Oaxaca, quien no tuvo otro remedio que exigirle su renuncia.
Sin embargo el tiempo que Miguel Barona fungió como alcalde de esta prisión, le permitió reunir un pequeño capital con el que se estrenó como empresario de centros nocturnos y hasta el día de hoy funge como dueño de un conocido table dance denominado Relax que se localiza a unos pasos de las oficinas donde funcionan la agencia del Ministerio Público, la Comandancia de la Policía Judicial y Tránsito del estado en Cholula.

Vino entonces el tercero de esta zaga, recayendo la responsabilidad de nuevo alcaide de esta prisión en el licenciado Rafael Cielo Cuautle, quien descartó el tráfico de drogas y la prostitución como fuente de ingresos, pero encontró en la venta de concesiones comerciales una verdadera mina de oro.

A partir de su llegada, la cárcel municipal se convirtió en un verdadero tianguis, en donde a todo se le puso precio y los permisos para comercializar toda clase de productos eran extendidos desde la oficina del director Rafael Cielo.Pero su voracidad no terminó en el penal sino que sus sospechosos negocios abarcaron hasta su familia, específicamente un primo de nombre Raúl Cielo, quien en ese entonces fungía como presidente de la junta auxiliar de Santa María Acuexcomac, que llegó al extremo de presentar denuncia penal por el delito de robo y abuso de autoridad.

Sin embargo en lugar de negociar el caso con su primo, el enfermo de poder Rafael Cielo Cuatle, amenazó con hundirlo, dada su cercanía con el presidente municipal Alejandro Oaxaca, lo que originó exacerbar el enojo de su familiar, quien a la callada empezó a integrar la averiguación previa correspondiente, hasta que el juez penal en Cholula, libró la orden de aprehensión respectiva.

Sin embargo, gracias a los buenos oficios del entonces presidente municipal Alejandro Oaxaca, la Procuraduría puso sobre aviso a Rafael Cielo, quien un buen día ya no se presentó a laborar como director del Cereso, a sabiendas de que en cualquier momento podría ser detenido por la judicial.

En este caso no hubo necesidad de removerlo de sus funciones, porque Rafael Cielo se corrió solito, abandonó la chamba. Como las chachas, un día no regresó y no se volvió a saber más de él.Hasta el día de hoy, Rafael Cielo sigue prófugo de la justicia y nadie lo ha visto, se rumora que radica en los Estados Unidos, en donde se dedica a la compra venta de vehículos usados.

Cansado de tanto tropiezo en la dirección del penal, Alejandro Oaxaca experimentó con una mujer y designó a la abogada Águeda Cuevas en sustitución de Rafael Cielo Cuatle.Con las mejores intenciones del mundo, Águeda Cuevas carecía de algo esencial: experiencia o al menos nociones en materia penitenciaria, por lo que los problemas internos la rebasaron, nunca pudo poner en orden la seguridad y custodia y el penal se convirtió en un verdadero caos.Desgraciadamente los nervios la traicionaron y ella misma presentó su renuncia de manera voluntaria a este trabajo.

Ya a sabiendas de que no hay quinto malo, Alejandro Oaxaca nombró como alcaide a Sebastián Hernández, quien conociendo los antecedentes del penal se limitó a cuidar la figura, a no meterse con nadie, dejar hacer, dejar pasar, con el único propósito de hacer lo conducente para llegar a la meta: terminar la administración municipal.

En los corrillos policiacos a Sebastián Hernández se le conocía como “El Tecito”, porque si bien es cierto, no hacía ningún bien, tampoco hacía ningún mal.Eso le permitió ser el último director del Cereso de San Pedro Cholula, en lo que ya se le conoce como el trienio trágico.

Juan Pablo Jiménez
Conocedor profundo de las truculentas historias en este presidio, el presidente municipal Juan Pablo Jiménez rescató del ostracismo político en el que se encontraba al abogado Juan Carlos Cerón, con una formación profesional, posiblemente cuestionada, pero ligada por completo al ámbito penitenciario en los últimos quince años.

Con un colaborador, forjado en las lides de la seguridad pública y con trayectoria administrativa en los reclusorios, Juan Pablo Jiménez mantuvo en calma la cárcel municipal los tres años de su gobierno.De Juan Carlos Cerón se dijo todo, la verdad, nunca se le probó nada y aguantó toda la administración.

El retorno de los brujos
A 45 días del inicio de la administración municipal de Francisco Covarrubias se destapó “la caja de Pandora”, las fechorías de Rubén Lozano Aca se dieron a conocer ante la opinión pública.
Reveladoras cartas suscritas por familiares de internos de esta cárcel municipal circulan en las redacciones de diferentes medios de comunicación en la ciudad de Puebla.Con Rubén Lozano hasta el aire tiene precio, indican las misivas, en las que familias enteras lanzan un SOS a las autoridades municipales.
Curiosamente desde que empezó el escándalo, hasta el día de hoy, el presidente municipal Francisco Covarrubias ha guardado un sospechoso silencio. Existen un sin fin de versiones para explicar las razones por las que Rubén Lozano es intocable, no las transcribo por razones de espacio, una de las más comentadas es que es recomendado de Javier López Zavala.
Por lo tanto, como responsables de tender un círculo de protección entorno a Lozano Aca están no sólo Francisco Covarrubias sino Aldo Enrique Cruz director general de Ceresos y el general Mario Ayón, secretario de Seguridad Pública en el estado.Por todos estos vínculos políticos, Lozano Aca será defendido al precio que sea, sin importar que los demonios estén de regreso con más fuerza en la cárcel municipal.
Otra carta
“Has estado tocando temas acerca de la corrupción del Cereso de Cholula y en tu nota de hoy cuestionas por qué no hacen nada las autoridades, entre ellos el presidente municipal San Pedro Cholula FCP.”Pues ahí te va información de primera mano.”
Resulta que durante la campaña de Covarrubias a presidente municipal, como cualquier otro candidato, se valió de muchas personas para que lo apoyaran, entre quienes destaco Rubén Lozano Aca, quien fue su coordinador de promoción al voto el año pasado y con quien al ganar las elecciones Covarrubias obtuvo una deuda que tenía que pagar.”
Pues el premio de Lozano Aca por su gran trabajo en la campaña fue el Cereso, dirección que Lozano no quería pero no le quedaba de otra, cuando en diferentes medios empiezan a publicar los abusos de Lozano Aca, Covarrubias lo manda a llamar para que platiquen, Covarrubias cuestiona a Lozano sobre lo ocurrido y este último como buen mentiroso lo niega, pero no sólo lo niega sino que antes de terminar la plática Lozano Aca como no queriendo la cosa le recuerda al presidente que el fue su coordinador de promoción al voto.”
Covarrubias sabe que lo que pasa en la cárcel es cierto... le tiembla la mano, sabe que Lozano es tranza pero es discípulo de Pancho Castillo, sabe que está endeudado con Lozano... sólo lo castiga de la siguiente forma: le dice: ‘vamos a echarle ganas, aquí no ha pasado nada y empezamos de ceros’.”
¿No tendría el contralor Mancilla que haber iniciado una investigación por todo lo que pasó?”
¿Alguna autoridad fue al Cereso a entrevistar a los internos sólo como para saber si es cierto o no lo que se dice?”
¿Cuál es la función de la agencia del Ministerio Público especializada en anticorrupción?”
¿La PGR no debió de investigar si Lozano pasa la droga con los cigarros?”
¿Filiberto López Zavala...?”
¿Aldo Enrique Cruz...?”¿
Capitán Ayón...?
¿CEDH...?”.”
Respuesta:”Ahhhhhhhhhhh... pues ya Covarrubias apaciguó las aguas para que su director de promoción al voto dure los tres años y queden a mano por los favorcitos.”Ja, ja, Lozano es tan descarado que en la citada plática hasta un aumentito pidió de su compensación.”Suponemos que para invertirle al negocito”.