Amenazas en Pahuatlán

Acelerarán los trabajos de corrección del talud que sigue amenazando a Pahuatlán
Martín Hernández Alcántara / Foto: Aurelio Fernández /La Jornada de Oriente


Luego de algunas semanas en las que se detuvo el trabajo que realizaba la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (Seduop) para retirar el suelo fragmentado y los escombros de un par de casas derribadas por el derrumbe ocurrido el 28 de octubre pasado en la cabecera municipal de Pahuatlán, ayer se logró un acuerdo para proseguir cuanto antes con las tareas de corrección del talud en dicha zona.

Por la mañana, en Casa Aguayo, sede del Poder Ejecutivo local, hubo una reunión en la que participaron representantes de la Secretaría de Gobernación, de la Seduop, del Sistema Estatal de Protección Civil, del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales de al Universidad Autónoma de Puebla (Cupreder) y de TGC, la empresa dirigida por Enrique Santoyo Villa, que fue sugerida por la máxima casa de estudios para hacer las labores de intervención en la fase crítica del deslizamiento.

Entrevistado al final del encuentro, Vicente Nolasco, investigador del Cupreder, dijo que es imprescindible iniciar cuanto antes los trabajos, pues el talud está a menos de 20 metros de la calle principal de Pahuatlán, la 5 de Mayo, y amenaza con desplazarse en dirección a la plaza pública de esta localidad habitada por cuatro mil personas.Nolasco pronosticó que si no se interviene en este momento en el área, en un trienio la plaza principal de Pahuatlán se derrumbará.
El investigador explicó que las tareas de corrección están divididas en tres etapas. La primera, hasta ahora inconclusa, será completada en un periodo de tres semanas y consiste en apuntalar la docena de inmuebles que resultaron afectados por el siniestro.
En el caso de los edificios perjudicados totalmente y de los pedazos de superficie fracturados, serán retirados por completo. La segunda parte de la rehabilitación consiste en la colocación de 30 drenes de alivio que disminuirán la presión interna de la masa de tierra producida por los derrumbes. La tercera etapa considera un sistema definitivo de estabilización del talud, a través de anclajes horizontales y mallas de cadenas de concreto armado.
La segunda etapa debió estar terminada antes de las lluvias, comentó Nolasco, pero hubo retrasos por las negociaciones con los vecinos afectados y con las constructoras contratadas por la Seduop que no actuaron.
A pregunta expresa, el investigador admitió que la temporada de precipitaciones pluviales supone un riesgo en la zona, pero aseveró que es necesario empezar de inmediato los trabajos, porque de permanecer la situación como en lo meses recientes, las consecuencias pueden ser fatales.