Degüellan a estudiante secuestrado

La víctima era estudiante del sexto de primaria, tenía 12 años de edad, la DIEDO estaba enterada de su plagio. Lo encuentran en el predio de Quilotla, Tlaola, a orillas de la carretera federal que va a Tlapacoya.

Alfonso Ponce de León

Yeider Castillo Reyes, estudiante del sexto de secundaria, de 12 años de edad, secuestrado por sujetos hasta el momento no identificados, apareció muerto con el cuello cercenado en el predio de Quilotla, Tlaola, a orillas de la carretera federal que va a Tlapacoya, de acuerdo a reportes de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), a través de la agencia del Ministerio Público de Huauchinango.

Castillo Reyes, cuando fue encontrado por dos vecinos de la zona, Taurino Reyes Pérez y Mariano Picazo Reyes, al menos tendría 20 horas de ser asesinado. El o los homicidas le provocaron lesiones profundas en el cuello que le partieron la carótida y yugular, lado derecho, lo que le produjo un shock hipovolémico, datos que se encuentran asentados en la averiguación previa 647/2009/HUAU.

Las primeras investigaciones por el violento asesinato, como consecuencia de un secuestro, iniciaron el sábado a las 19:37 horas cuando los investigadores se trasladaron al lugar donde estaba el cuerpo sin vida del menor, que más tarde fue identificado por su padre, Abdias Castillo Castillo, quien dijo que su hijo había sido secuestrado y que estaba en negociaciones con los plagiarios, desconociendo por qué lo asesinaron.

Respecto al secuestro de su hijo, la PGJ ya estaba enterada, pues a través de la DIEDO (Dirección de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada), habían iniciado la averiguación previa PGJP/DIEDO/UIEDCS-1/AP53/2009.

El padre del estudiante asesinado no revelo detalles de cómo ocurrió el secuestro de su menor hijo, ni cuánto pedían los plagiarios para regresarlos con vida porque, dijo, todo esto lo había declarado a la DIEDO con la esperanza de recuperar a su hijo, pero no fue así; en medio de las negociaciones los secuestradores decidieron asesinarlo.

Abdias Castillo Castillo dijo que el sábado 26 de septiembre a las 19:00 horas, cuando se dirigía a su domicilio, recibió una llamada por parte de su compadre Victoriano Viveros Bonilla, quien le dijo que ya habían encontrado a su hijo sin vida en un punto denominado Quilotla, del municipio de Tlaola, sobre la carretera que va a Tlapacoya.

Tras la noticia, Abdias Castillo fue a su casa donde su esposa, enterada del hallazgo, estaba bajo un fuerte ataque de depresión, luego ambos se trasladaron a la Presidencia Municipal de Tlaola para que les permitieran ver el cadáver de su hijo, quien en esos momentos estaba en la parte trasera de una patrulla.

Ante el agente del Ministerio Público de Huauchinango fue reportada la desaparición de Blanca Estela Sánchez Zampayo, de 27 años de edad. La última vez que fue vista fue el viernes 25 de septiembre. José Gerardo Sánchez Zampayo, uno de sus hermanos, dice que su consanguínea le platicó que a las 16:00 horas se iba a entrevistar con Celestino Flores Cañada, con quien hacía negocios; luego, ya no la volvieron a ver y este sujeto tampoco aparece.

El mismo José Gerardo acudió ante el representante social para denunciar la desaparición de su hermana, quedando registrada su declaración con el número de averiguación previa 1003/2009/HUAU. Dijo que después de esta entrevista se iba a reunir con la familia en la iglesia de Huauchinango, porque se celebraría una misa en memoria de su abuelo, pero ya no llegó.

Lo siguiente lo que hicieron toda la familia fue buscar a Blanca Estela Sánchez Zampayo, lo hicieron con sus amistades, incluso en el antro de la zona pero no la encontraron.

Al día siguiente acudieron al poblado de Carmen Beristáin del municipio de Ahuzotepec, donde vive Celestino; hablaron con su mamá pero les dijo que no había llegado a su casa, luego se comunicaron con Emiliano Flores Quiquila, medio hermano de Celestino, pero éste tampoco les dio razón, pero les dijo que iba a pasar a las 20:00 horas para hablar con sus padres, lo que nunca ocurrió, por lo que decidieron acudir ante el fuero de lo común para denunciar la desaparición.

La última vez que fue vista por sus familiares, Blanca Estela vestía botas café claro, pantalón de mezclilla oscuro, blusa y chamarra café oscura con vivos en claro y vino.

Es una mujer de complexión delgada, de 1.55 metros de estatura, cabello al hombro color castaño, ojos medianos café oscuro, tez morena clara, ceja semipoblada, nariz aguileña, frente amplia, boca regular, labios medianos, y mentón oval; como seña particular