No tienen perdón de Dios


Primero le dio veneno a su hijo de 5 años, como no se moría lo remató con una pala, luego lo sepultó en una barranca y fingió que había desaparecido, la madre del niño lo vio todo y se quedó callada, ambos fueron detenidos.

Alfonso Ponce de León

Manuel Rivera Pérez, campesino de 26 años de edad, el martes 22 de septiembre confesó a elementos de la Policía Ministerial del Estado (PME) y al Ministerio Público de Zacatlán, la saña con la que asesinó a su hijo de 5 años de edad, a quien no quería y cómo lo sepultó en la barranca de la población de Ixtepec, para luego fingir que se había desaparecido.

El viernes 18 de septiembre, a las 18:30 horas, Manuel llegó a su domicilio, ya tenía en mente asesinar a su hijo, Adolfo Rivera Guzmán de 5 años y 9 meses de edad, colocó en cinco granos de maíz un polvo conocido como Axfil, que es veneno para topos, obligó al niño a que se los comiera y esperó pacientemente que el pequeño cayera muerto, sin embargo el pequeño se resistió.

Molesto Manuel comenzó a ofender y después a golpear a su concubina, María Guzmán Vázquez, de 31 años de edad, a quien no dejó de agredir hasta que la vio caer al piso, fue cuando Adolfo intentó defender a su madre y Manuel lo golpeó con el puño en el cráneo, después utilizó un bote, aún así el niño se levantó corriendo y se salió de su vivienda.

Manuel ya no siguió a su hijo, espero a que este cayera muerto en alguna de las calles de la comunidad de Ixtepec. Al día siguiente salió a buscarlo y lo encontró tirado a unos 50 metros de su domicilio, se dio cuenta que aún respiraba y con una pala lo comenzó a golpear en la cabeza y en diferentes partes del cuerpo, hasta cerciorarse que ya no vivía.

Con la misma frialdad que utilizó para darle el veneno y luego para asesinarlo a golpes, Manuel comenzó a echarle tierra al pequeño cuerpo —unos 80 centímetros de escombro sirvieron para taparlo por completo—, luego siguió con su plan para evitar ser responsable del artero crimen.

El lunes 21 de septiembre, Manuel y su concubina María Guzmán Vázquez, acudieron a la agencia del Ministerio Público de Zacatlán, para denunciar la desaparición de su hijo Adolfo Rivera Guzmán, de 5 años de edad, quedando registrada su declaración dentro de la constancia de hechos 784/2009/ZAC.

Lo sepultó a 50 metros de su casa
Las investigaciones del caso las tomó directamente el comandante de la PME, Alejandro Macuitl Tlahuelt, conjuntamente con la agente del Ministerio Público, Margarita Sánchez González, se dirigieron a la casa de Manuel y de María, ya que en su declaración habían caído en diversas contradicciones.

Al llegar a la población de Ixtepec los investigadores entrevistaron a los vecinos de la pareja de marras, estos dijeron que el lunes habían escuchado que Manuel primero le había pegado a su hijo y luego a su mujer, este al verse descubierto ofreció 5 mil pesos a los investigadores para que no siguieran preguntando.

Los ministeriales no tardaron en notar que a 50 metros de la casa de Manuel y de María había un montón de tierra y de escombros y que de este sobresalía una pequeña mano, fue así como encontraron al menor y exhumaron su cuerpo, siendo detenidos sus padres.

María intentó salvar a su pareja, dijo que él no había asesinado a su hijo, que sólo le había dado una cachetada y que este se había salido corriendo, luego ya no volvieron a verlo.

La necropcia practicada por la Semefo, dejó entrever que el cuerpo de Adolfo Rivera Guzmán, presentaba huellas de maltratado; luego los padres del niño confesaron que lo golpeaban seguido, por alguna razón que ninguno de los dos ha querido decir, no querían a su hijo y decidieron asesinarlo, ambos están detenidos y en las próximas horas van a ser consignados ante las autoridades penales correspondientes.