Almazanismo

Almazanismo:
La complejidad del entorno político llevó a que en cierto momento que el estado de Puebla tuviera simultáneamente tres Gobernadores y además tres Legislaturas, que representaban cada una de ellas a un grupo político con referentes nacionales. La sucesión continua de Gobernadores daba cuenta de la inestabilidad política, como la de algunos grupos rebeldes que seguían azotando zonas estratégicas del Estado, como el General Gabriel Barrios en la sierra norte quien en franca rebeldía no aceptó la candidatura de Almazán.

Partido Nacional Revolucionario:
Durante la presidencia de Emilio Portes Gil al frente de la República, tuvo efecto uno de los acontecimientos políticos con mayor trascendencia nacional: la fundación de un partido oficial que institucionalizó la participación política de los líderes revolucionarios. 


El primero de septiembre de 1928, Plutarco Elías Calles leyó su último informe presidencial ante el Congreso de la Unión, en el que proclamó el fin del caudillismo para dar paso a las instituciones. Uno de los objetivos principales de crear un partido nacional fue la de fusionar a la mayoría de los jefes y elementos revolucionarios que se disputaban el poder en las diversas regiones nacionales. Así como la de disciplinar las tendencias de los pequeños grupos organizados con intereses locales o provincianos, quienes creían enarbolar los principios revolucionarios por los cuales habían luchado. 

El comité Directivo del Partido Nacional Revolucionario (PNR) convocó el 5 de enero de 1929 a la gran convención que se realizó en la ciudad de Querétaro, a fin de discutir el programa y estatutos de dicha organización y designar al candidato presidencial, elección que fue encomendada a la Secretaría de Gobernación. Concluye su gobierno Emilio Portes Gil (1928-1930) y asume la presidencia de la República Pascual Ortiz Rubio para el periodo 1930-1932, quien sufre un atentado al finalizar su toma de protesta. Las instituciones seguían bajo el control e influencia de jefe máximo de la Revolución Mexicana y presidente nacional del PNR, Plutarco Elías Calles.

Los Cristeros:
El 21 de junio de 1929 el gobierno federal acordó la amnistía general para todos los levantados en armas que quisieran rendirse. Se acordó devolver las casas curales y episcopales, y evitar mayores confrontaciones en lo sucesivo, aun cuando para ese entonces existía una profunda división hacia el interior de la Iglesia en México. La fractura afectaba desde la cúpula episcopal hasta los laicos. Entre los obispos, la mayoría estaba a favor de un acuerdo con el gobierno, pero había algunos muy combativos aún mantenían resistencia.

Oficialmente llegó a su fin los enfrentamientos provocados por la Guerra Cristera, también llamada Guerra de los Cristeros o Cristiada, conflicto armado que se prolongó por tres años, iniciado en el año de 1926, entre el gobierno y las milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que se opusieron a la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir la participación de la Iglesia católica sobre los bienes de la nación así como en procedimientos civiles. 

El general Manuel Ávila Camacho Ávila Camacho combatió a los rebeldes en el Bajío, Colima y Jalisco, sin embargo, consciente del carácter fratricida de lo que consideraba una lucha inútil, no fusilaba ni colgaba a los prisioneros y procuraba otorgar amnistía y rendir a los alzados, así llegó a una tolerancia moderada con los cristeros para evitar las muertes y el saqueo. Por este carácter afable y sereno, al asumir el Poder Ejecutivo, le llamarían el “presidente caballero”. 

Al término de la cristiada durante la rebelión escobarista, Ávila Camacho participó con el Cuerpo de Ejército del Noroeste en la campaña de Sonora y Sinaloa, al mando del general Lázaro Cárdenas, por lo que fue ascendido en septiembre del mismo año, a general de brigada. 

Aun cuando oficialmente la Guerra Cristera se había decretado como concluida; posiblemente el aislamiento geográfico, la ignorancia, el abuso del poder, la manipulación ideológica, los engaños a la gente, las diferencias por la posesión de las tierras o los efectos tardíos del enfrentamiento cristero, fueron los elementos básicos en diversas regiones de Puebla y Veracruz en donde seguían las provocaciones entre fanáticos y autoridades civiles, como la ocurrida el 20 de junio de 1931:

Un tremendo zafarrancho entre una multitud conformada por el pueblo católico que acompañaba el cadáver del párroco José de Jesús Camo, sacerdote de Zentla, Chavaxtla, fueron  agredidos por fanáticos agraristas que se dice eran comandados por Jesús Castelán. En el enfrentamiento fue asesinado el comandante de la policía municipal y otros tres uniformados que fueron masacrados por una multitud católica en el atrio del templo de la Trinidad, también fueron asesinados varios miembros del sindicato de panaderos. Tras el linchamiento colectivo recorrieron la población lanzando gritos de Viva Cristo Rey. El cura presbítero que oficiaba la misa de cuerpo presente y alentó a los fieles a realizar la masacre, abandonó la ciudad con rumbo al estado de Puebla. (Lara de la Fraga, 2009)

 Los agraristas vivieron grandes campañas de desprestigio, una de ellas fue la satanización del comunismo por los fanáticos religiosos. La entidad veracruzana era gobernada por el Teniente Coronel Adalberto Tejeda y aun cuando Pascual Ortiz Rubio era el presidente de la República, el jefe máximo seguía siendo Plutarco Elías Calles. El 25 de julio el gobernador Adalberto Tejeda resultó ileso de un atentado organizado por fanáticos religiosos locales ante las leyes anticlericales expedidas por el gobierno federal en ese año

La Gran Depresión:
El 29 de octubre de 1929 se inició a nivel mundial la Gran Depresión, también conocida como crisis del 29, la cual produjo  un grave deterioro de la economía a escala mundial. Originada en Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa, conocido como crac del 29 o Martes Negro, rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. La depresión tuvo efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres, donde la inseguridad y la miseria se propagaron como una epidemia, la crisis mundial propició la aparición del nacional-socialismo y la llegada de Adolf Hitler al poder. 

Almazanismo:
El doctor Leonides Andrew Almazán fue ratificado en el año de 1928 como candidato por el Partido Reconstructor Estudiantil (GPRE), apoyado por un numeroso grupos de líderes y organizaciones políticas estatales, regionales y  municipales, entre ellos los de Cholula; el Partido “Plutarco Elías Calles”, club “Aquiles Serdán”, El Gran Partido Socialista “Plutarco Elías Calles”, Partido “Vicente Guerrero”, el Gran Partido Independiente de Cholula y el Partido “Benito Juárez”. Para el cargo de diputado al H. Congreso del Estado fue designado José Rodríguez por el distrito de Cholula, quien fue recomendado por el gobernador del Estado Donato Bravo Izquierdo. Tras las elecciones constitucionales fue electo como gobernador del Estado, el doctor Leonides Andrew Almazán.

La lucha por el control y poder en el Estado, llevó al enfrentamiento constante entre diputados Almazanistas agrupados en el llamado Bloque Institucional Revolucionario, aliados con los laboristas y algunos diputados beneficiados por el gobernador en turno, siendo mayoría procedieron a deshacerse institucionalmente de los elementos contrarios, solicitando el desafuero de Gilberto Huerta, diputado por Tepexi, acusado de haber cometido un peculado de 12 mil pesos, el de José Rodríguez, diputado por Cholula y el de Ezequiel García Pajares, diputado por Acatlán, ambos acusados de haber injuriado al poder ejecutivo y mantener una conducta de boicot a las iniciativas que presentaba a esa soberanía el doctor Leonides Andrew Almazán.

Gilberto Huerta el 16 de enero de 1930, ex-diputado del distrito de Tepeji que fue desaforado por el delito de peculado por la cantidad de doce mil pesos de que dispuso hace dos años, cuando era administrador de mercados municipales (según sus acusadores), desmintió el cargo, alegando de que en caso de haberse comprobado el delito era a otras autoridades y no a la legislatura a quien tocaba sancionarle y se hace solidario a las declaraciones de los también desaforados José Rodríguez, representante de Cholula, y Ezequiel García Pajares, por Acatlán, en el sentido de que el régimen del doctor Almazán es autocrático y anticonstitucional, como lo prueba el hecho de que, por haber externado su opinión contraria a los intereses del gobernador, se ha ejercido venganza.” (Huerta, 1930)

El afán de controlar la vida política en el Estado de Puebla y el desmantelamiento de las organizaciones políticas regionales y municipales, provocaron que en el año de 1929, el primero del almazanismo, el Congreso local se viera obligado a anular la elección en todos los municipios, dejando en el gobernador la responsabilidad de designar los Consejos Municipales.

La lucha por el poder no era la excepción y como una muestra de afinidad política en el municipio de Cuautlancingo, el 6 de diciembre de 1929 una familia fue masacrada en el pueblo de San Lorenzo Almecatla, por el grave delito de no estar de acuerdo con la política del pueblo. Al defenderse las víctimas lograron matar a un regidor y al comandante de la policía. 

En Cholula el poder era disputado entre los patrones, quienes siguieron con su costumbre de adquirir las llamadas casas grandes y apropiarse de las que no tenían dueño o en donde los herederos no se había puesto de acuerdo, en otros casos, tras la pobreza y crisis en la que vivía la mayoría de la población, la usura fue una forma de adquisición “legítima” de las propiedades. 

Los agraristas y aliados del Partido Socialista de Oriente (PSO) dominado por el Dr. Leónides Andrew Almazán, ejercieron control en varios municipios y regiones del Estado; Cholula, Atlixco y Acatzingo entre otros, en donde sus principales promotores controlaron la política municipal, destacando Remedios Ocotoxtle en San Andrés Cholula y Tomás Covarrubias en San Pedro Cholula quien promovió como hombre de confianza a Macedonio Navarro Vieyra para desempeñarse como presidente municipal por el periodo1930-1931.

En el distrito de Tepeaca se conformó el Partido Agrarista Independiente, en donde el General Manuel P. Montes fue designado Presidente ad Perpetuam y Antonio Montes presidente Honorario. 

Aun cuando los líderes regionales de la Sierra Norte, Ricardo Márquez Galindo y Gabriel Barrios, no aceptaban la subordinación al grupo de Almazán, seguían teniendo influencia, dueños de tierras y vidas, vieron declinar su influencia pero seguían teniendo el control de los diputados de los distritos serranos, a pesar de la denuncia de los laboristas quienes afirmaban la existencia de un “cacicazgo vergonzoso”. 

Los integrantes del Bloque Institucional Revolucionario acusaron al jefe del sector militar de la Sierra Norte, Gabriel Barrios, de imponer un ayuntamiento en el municipio de Teziutlán; denuncia que fue recibida por la Secretaría de Guerra y Marina, así como por el Secretario de Gobernación, de tal forma que el 18 de febrero de 1930, giró órdenes terminantes que fueron apoyadas por el Secretario de Gobernación, Emilio Portes Gil, quien advirtió a Barrios que se mantuviera al margen de la política y se dedicara solamente a sus responsabilidades asignadas dentro del cuerpo armado. Instrucciones que fueron acompañadas con el despliegue de tropas federales del 45° Batallón de Línea, al mando del mayor Luis J. Calvo, quienes se asentaron en las poblaciones de Teziutlán, Zacatlán y Libres. En mayo le fue encomendada a Barrios una misión militar en el norte de México. (Sánchez López, 1992)

La remoción de Barrios en la Sierra Norte paralizó a sus seguidores y facilitaron a los almazanistas su incursión y remoción en los ayuntamientos de Zapotitlán, Tuzapan y algunos del distrito de Tetela, el de Xiutetelco y el de Teziutlán. 

Ante la pérdida del control político de los campesinos y de los gobiernos municipales en la Sierra Norte, por la influencia que aún ejercía Barrios a pesar de sus nuevas órdenes, seguían sus seguidores operando en su nombre aun cuando no con la misma eficacia, de igual forma otros líderes y caciques en diversas regiones del estado. La estrategia almazanista se dirigió hacia una reestructuración del mapa político.

Así que el gobierno de Almazán, apoyado principalmente por los “patrones” en los municipios y sus gentes de confianza en la legislatura, propuso una nueva división política que redujera de 24 a 16 diputados, la cual fue aprobada el 12 de septiembre de 1930 y publicada en el Periódico Oficial del Estado el 19 de septiembre. Lo que desmanteló el control regional de los caciques para fortalecer los liderazgos de los almazanistas.

Aun cuando Tomás Covarrubias con apoyo de los “patrones” de Calpan y Cholula operaba a favor de Almazán, tenía dificultades para la movilización y control de los campesinos, así que el antiguo distrito de Cholula fue dividido para integrar sus municipios, pueblos y rancherías al distrito tercero y cuarto con cabeceras en Huejotzingo y Atlixco, respectivamente.

El distrito de Tecali fue integrado totalmente al de Tecamachalco. En Ajalpan, que era reducto de Barbosa se integró al de Tehuacán y en Acatlán, región de influencia de Reyes Márquez fue dividido entre los distritos sexto y octavo con cabeceras en Chiautla de Tapia e Izúcar de Matamoros. Tepexi que también era región de influencia de Márquez fue dividido para integrarlo a Matamoros y Tecamachalco. 

La nueva división política electoral permitió durante el mandato de los almazanistas, tener un control mayor en zonas de influencia que aún se disputaban el control con los caciques, quienes se replegaron de las actividades políticas para concentrarse en las económicas, tras la pobreza y hambruna que sufría la población. 

Si la intención de los almazanistas era propiciar una guerra fratricida entre caciques regionales al romperse sus fronteras tradicionales y naturales, la realidad es que si bien lograron eficacia en los comicios del primero de noviembre de 1930, también lo es que la recomposición política no afectó la influencia directa de los liderazgos municipales y regionales, quienes siguieren respetando sus antiguos límites. 

Contrario a lo que esperaba Tomás Covarrubias la diputación del nuevo distrito fue asignada a Francisco Moctezuma por Huejotzingo, que integró en la redistritación a Cholula. 

Como parte de la cuota de poder a los laboralistas se les asignó una diputación, correspondiendo a Pedro Bernardino Limón, militante de la CROM / PLM por el distrito de Tehuacán. El grupo laboralista de Cholula fue relegado de las decisiones políticas en su lugar fue privilegiada la participación de los agraristas.

El gobierno de Almazán en Puebla, a pesar de la redistritación seguía enfrentando serios problemas de control político de las regiones y municipios, 180 de los 214 requirieron su intromisión y se presentaron conflictos en 10 de los 16 distritos. La nueva redistritación electoral provocaba pérdida de control de los laboralistas y caciques regionales, lo cual era aprovechada por los agraristas y grupos emergentes, en algunos de los casos los patrones aliados al clero quienes aprovechando el apoyo del gobernador en mantener a raya a los laboralistas y caciques, pretendían ocupar el espacio que consideraban perdido. 

La obstinación del grupo de Almazán de ser los únicos con el poder de decisión en Puebla, reavivó la inconformidad de sus enemigos, quienes difundieron diversos rumores, como la de que abandonaría su responsabilidad para cumplir otra en el gobierno federal. Para Almazán esos rumores eran difundidos por los “Partidos de la Sierra Norte” en otras palabras las afirmaciones provenían de Gabriel Barrios. 

Los primeros días de octubre de 1931 en el kilómetro 52 de la carretera nacional. El gobernador Almazán y otros sufrieron un atentado. El autor intelectual, capataz del rancho propiedad del diputado de Chalco, Estado de México, Manuel Riva Palacio, hermano del ex gobernador y ex Secretario de Gobernación de Emilio Portes Gil, incondicional de Plutarco Elías Calles. 

Dicho intento de homicidio fue motivo para asegurar que Almazán abandonaría su cargo de gobernador para integrarse a las tareas del gobierno federal, rumores que fueron desmentidas y exigió averiguaciones judiciales para esclarecer el asunto. Una comisión instructora integrada del Gran Jurado integrada por diputados federales, apoyados por elementos del ejército, desencarcelaron a los presuntos culpables del atentado y los pusieron bajo su custodia, lo que provocó críticas de los diputados locales almazanistas, tras la violación a la soberanía del Estado y exceso de facultades otorgadas a la Comisión de Diputados Federales.  Ante estas acusaciones los diputados federales desestimaron la queja, al asegurar que, en su caso, debían ser los reos los que se inconformaran y que en su concepto era el juez del Estado de México, el indicado para conducir las averiguaciones previas del caso ya que los responsables habían cometido un delito de orden federal. Tras el proceso legislativo y judicial que involucró al diputado Riva Palacio, la legislatura determinó que no existían elementos suficientes para proceder al desafuero ya que a todos los involucrados y acusados del atentado se les había arrancado su declaración mediante tortura, así como que, el juez 3° de lo penal de la ciudad de Puebla y el gobernador del Estado no acudieron a comparecer. 

Tras la resolución, Bernardo Chávez y Gonzalo Bautista hicieron cargos en contra de la labor administrativa del gobernador de Puebla. Las organizaciones sociales aliadas al gobierno de Almazán convocaron a una movilización “en defensa del gobernador del Estado”. Ni las acusaciones ni la defensa al gobierno del Estado provocaron cambios en las decisiones de la soberanía de diputados federales callistas. Así que los cálculos de Almazán no estaban equivocados, seguía ejerciendo su autoridad y forma de gobierno en Puebla, incapaz el gobierno federal de arrebatar el control o desarticular sus redes de poder regional y municipal que había tejido toscamente. Lo que no sabía es que el gobierno federal y los callistas esperaban el momento oportuno para derrotarlo y en su caso aniquilarlo políticamente.

Mientras Almazán se enfrentaba con el diputado de Chalco, en su territorio la oleada de violencia era propiciada por sus autoridades, muchas de ellas impuestas. Los diputados del Congreso de la Unión recibieron la queja por abusos de autoridades tanto de Cholula como de Puebla. El telegrama procedente de: Puebla, Pue., fechado el 21 de diciembre de 1931 y registrado en el diario de debates el 30 de diciembre de 1931 refiere:

"Ante atropellos salvajes comete policía Cholula, igualmente que la de Puebla, protestamos enérgicamente y pedimos intervención Representación Nacional fin evítense flagrantes violaciones Constitución General de la República. Policías aludidos llegaron jurisdicción Municipio Tecuanipán, aprehendiendo en Presidencia Municipal Acuexconac Presidente Auxiliar y Presidente Comité Agrario, desarmaron Cuerpo de Seguridad Pública, catearon casas arbitrariamente con objeto entregáranse responsables homicidio perpretado persona Rosa Ocelotl, cuyos culpables fueron protegidos efecto fugáranse camino, mientras nuestros esposos encuéntranse incomunicados aplicándoles tormentos seguramente acostúmbrandose esta Entidad, dadas tolerancias y facilidades permite el Gobierno integrado por advenedizos. Tenemos pruebas bastantes manifiestan culpabilidad esbirros, temiendo por la vida de nuestros esposos que no han cometido ningún delito más que propugnar conforme ley efecto no entregar asesinos antes practicar diligencias. Por conducto ustedes pedimos representantes efectivamente poblanos, otorguen esfuerzos efecto termine situación caótica es intolerable. - Respetuosamente. - Salvadora T. de Bujanos. - Porfiria T. de Tiro." (Legislatura Federal, 1931) 

Siguiendo el ejemplo del uso del poder a discreción, sin probanza alguna y por el simple hecho de ser opositores al régimen local, los diputados almazanistas continuaron con su arbitrarios procedimientos y el 13 de mayo de 1932 el diputado almazanista, Pérez Peña presentó y apoyó la propuesta de pedir el desconocimiento de las autoridades electas del municipio de Tlacotepec, afirmando:

… en el cual la masa campesina es muy numerosa y que manifiestamente se puso del lado de una planilla (que) desgraciadamente (estaba formada) por determinados elementos que allí revolucionan de continuo. Ustedes saben que esos elementos clericales se van apoderando de las fuerzas (…) Lo único que hay aquí, concluía, es que por salud revolucionaria deben nulificarse las elecciones y que así se haga constar.” (Sánchez López, 1992)

Lo cual evidencia que bastaban razones políticas almazanistas, como factor determinante para descalificar al enemigo. Aun cuando los esfuerzos de los almazanistas de consolidarse como el grupo que marcara el ritmo de la política en el Estado, los esfuerzos nacionales apuntaban en el sentido que había determinado la revolución mexicana, de conformar espacios permanentes y dinámica movilidad política, en donde todo los revolucionarios institucionales podían participar en las decisiones políticas.

La indisciplina de los almazanistas a las orientaciones políticas del Partido Nacional Revolucionario de Calles agudizaron los conflictos entre los liderazgos políticos regionales. Las elecciones federales y locales de 1932 fue una coyuntura que permitía la intervención del gobierno federal en defensa del “voto popular”. De acuerdo a los estatutos del PNR debía conformarse un partido político exclusivo de la clase proletaria, en virtud de que “… una secta que se había colado dentro de la revolución, (hacía) de esta un medio propicio para llegar a los puestos públicos y entronizarse, por más de diez años, sin reportar al campesino y al obrero ventaja alguna.” (Sánchez López, 1992), razón por la cual fue creado el Partido Campesino y  Obrero del Estado de Puebla (PCOEP). 

La desbandada de los aliados del almazanismo no se hizo esperar y se colocaron al lado de Calles. La PCOEP canalizó sus esfuerzos en agrupar políticamente a los trabajadores de la industria textil en Puebla, que se mantenían, durante el almazanismo y por principios, alejados de las cuestiones políticas organizadas. Los callistas en Puebla apoyados por el CEN del PNR; Julián Cacho, Froylán C. Manjarrez y Gonzalo Bautista crearon el Centro Encauzador de la Opinión Pública Revolucionaria (CEOPR) quienes fungieron como Presidente, Secretario General y Secretario de Prensa y Propaganda, respectivamente, acusando al gobierno de Almazán de haber realizado un gran fraude electoral durante los comicios municipales, que habían provocados disturbios sociales en la entidad. 

Mientras en Puebla se disputaban el poder almazanistas y callistas, a nivel nacional se promovía la candidatura del general José Mijares Palencia por el gobierno del Estado de Puebla, quienes se habían mantenido alejados de las disputas locales y pretendieron aglutinar en torno a su candidato las diversas fuerzas, tanto vigentes como las que habían sido desplazadas de sus regiones y que con dificultad y enfrentamientos conservaban sus espacios, entre otros; José Luis Moreno, Gilberto Huerta, Miguel Barbosa y algunos amigos de Gabriel Barrios como el general Juan L. Cardona y Pompeyo Márquez. 

Sin embargo el control del aparato gubernamental y electoral, permitió a los diputados locales almazanistas reelegirse en el H. Congreso del Estado, legislatura reducida a siete diputados, colocando algunos personajes afines en la Cámara Federal y en el Senado.

La caída del almazanismo:

La caída del gobierno de Leonides Andrew Almazán a finales de 1932 no fue algo fulminante ni producto de un acontecimiento. 

Los grupos descontentos con la nominación-negociación de Almazán, continuaron organizándose y realizando sus propias acciones sin desafiarlo abiertamente, puesto que un enfrentamiento abierto sería desventajoso por su alianza coyuntural con Calles. Abandonados por la dirección nacional del partido de los revolucionarios, los almazanistas subieron de tono las confrontaciones entre las fuerzas políticas que se disputaban el control del Estado. 
En el proceso electoral de sucesión local en Puebla, cinco agrupaciones se disputaban el poder; Partido Socialista de Oriente (PSO), el Partido de Obreros y Campesinos del Estado de Puebla (POCEP), el Centro Encauzador de la Opinión Pública Revolucionaria (CEOPR), el Comité Pro Mijares Palencia y los seguidores de José María Sánchez.
En los plebiscitos realizados los primeros días de abril de 1932,  el PSO y el POCEP anunciaron que derivado de la copiosa información en su poder, su planilla había resultado con triunfo arrollador y por lo tanto deberían ser candidatos oficiales del PNR, entre otros los siguientes; Antonio Arellano – Distrito 1, Leobardo Coca – Distrito 2, Jesús Hidalgo – Distrito 3 (Tepeaca), León Vázquez – Distrito 4 (Cholula), Miguel Hidalgo – Distrito 5 (Atlixco), Daniel Salmorán – Distrito 6 (Acatlán), Matías Montiel – Distrito 7 (Tehuacán), Manuel Moreno – Distrito 8 (Chalchicomula), Manuel Rivera – Distrito 9 (Libres), Luis Ríos – Distrito 10 (Teziutlán) y Agustín Cravioto – Distrito 11 (Huauchinango). 

El Comité Estatal del PNR únicamente reconoció los triunfos de los distritos 1, 5 y 8. Al CEOPR se le adjudicaron los triunfos de Bernardo Bandala – Distrito 2, Bernardo Chávez – Distrito 3, Manuel Aradillas – Distrito 7, Víctor Ortiz – Distrito 10 y Paz Faz Riza – Distrito 11. Por anomalías no especificadas sin ganador los distritos de Cholula en donde el CEOPR postularon a Rafael Lara Grajales, el de Libres en donde postularon a Gonzalo Bautista y Acatlán en la que los mijaristas sostuvieron a Carlos Soto Guevara. 

Finalmente el CEOPR fue el grupo beneficiado con cinco triunfos y la adhesión de los Mijaristas que mantuvieron Acatlán, apoyando a la CEOPR retirando a sus candidatos en el 4 y 9. El gobierno de Almazán fue acusado de permitir irregularidades en los municipios, de anarquía y abuso de autoridad, como en el pueblo de El Seco en donde habían asesinado a 16 presidentes municipales. 

En el mes de marzo de 1932, el semanario del PSO dejó de circular y el vació que dejó fue cubierto por el periódico Consolidación, que en su número del 17 de abril se preguntaba: “¿Pueden ser revolucionarios los que están en contra de la Revolución? No. Es tiempo de que esos farsantes sean arrojados del templo de la ley a latigazos, ya es tiempo de poner a salvo los principios y que la revolución sea depurada”. 

Así las elecciones constitucionales realizadas el 3 de julio, compitieron básicamente los candidatos de la alianza PSO/PCOEP y el CEOPR, en donde las campañas políticas de ambos bandos fueron muy distintas a la preselección y los resultados electorales favorecieron a los enemigos de Almazán. El Congreso de la Unión aprobó los triunfos de Arellano, Paz Faz Riza, Bernardo Bandala, Gonzalo Bautista y Manuel Aradilla, así como a al mijarista Carlos Soto Guevara por Acatlán, la senaduría a Rubén Ortiz y anulados los comicios de Tepeca y Atlixco. Al realizarse los comicios extraordinarios en octubre, resultaron ganadores Froylán C. Manjarrez en Tepeaca y Eduardo Arrioja en Atlixco. 

El almazanismo en el Congreso de la Unión quedó convertida en minoría con dos diputados federales; Arellano y Moreno, frente a ocho diputados del CEOPR y uno seguidor del general Palencia. Los acontecimientos políticos en la caída del almazanismo en Puebla eran claros, el PSO se enfrentaba al fantasma de la eliminación. Ahora existía la esperanza para el almazanismo de mantener sus cuotas de poder local, tras la catástrofe federal y el H. Congreso del Estado no emitió la convocatoria el 27 de noviembre de 1932, como debería realizarse. 

El nombre de un posible candidato por el PNR que empezó a manejarse era el Maximino Ávila Camacho y que según el PSO “solo era conocido… en su casa y probablemente (por) sus amigos de mostrador…” y los promotores de la candidatura no eran otra cosa más que: “… los mendigos, los rastreros, los que siempre han traicionado al pueblo gastando el dinero de la nación para hacer ambiente político.”

El triunfo de Mijares y caída de Almazán, en parte se derivó de la oposición de grupos burocráticos irreductibles, agraviados en un momento por el gobierno quienes aspiraban y trabajaban por desplazarlos del poder, representados por tres tendencias: La primera conformada por actores políticos de la clase media, que el gobierno almazanista le canceló el acceso al servicio público. La segunda integrada por los caciques regionales o individuos ligados a ellos, en donde el caso más notable era Barrios en la Sierra Norte que fue derrotado pero no sus subalternos y fieles seguidores; Pompeyo Márquez, Silverio Trejo y Juan L. Cardona. Finalmente la tercera tendencia antialmazanista estaba integrada por los políticos que actuaban en la capital del país y que por lo tanto mantenían fuertes nexos con el grupo de Calles. 

La pérdida de control en los distritos, llevó al gobernador Almazán a realizar estratégicamente el reacomodo de sus leales, así el cholulteca Tomás Covarrubias fue registrado como candidato a diputado local por el distrito de Tepeaca, en donde Froylán C. Manjarrez había resultado triunfador en las elecciones federales extraordinarias. 

Los temores de los almazanistas se hicieron realidad el 17 de octubre, cuando el Comité Estatal declaró triunfantes a los candidatos propuestos por el Centro Directivo Pro Mijares. Así la resolución del PNR permitió que la triple alianza antialmazanista radicara en el acuerdo entre la distribución de poder de los espacios políticos, en donde al CEOPR se le dejó el derecho de participar en la “alta política” en el orden federal y a los mijaristas y sus aliados los caciques el cuidado de la “política provinciana”.

El almazanismo como estrategia negó el registro como candidato a gobernador del Estado a Mijares Palencia, en donde según la circular número 73 de fecha 31 de octubre de 1932, dirigida a los presidentes municipales, se informaba de la naturaleza extranjera de Mijares que impedía que la secretaría de gobernación le otorgara el registro respectivo como candidato al gobierno del Estado.

En contraofensiva el Comité Estatal del partido de los revolucionarios expulsaron de sus filas por indisciplinados a los diputados locales; Calixto Casillas, Jesús Duarte, Joaquín Ibarra y a los señores Modesto Priego, Calerino Toral, Fernando Fernández de Lara, Juan Aparicio, Luis Padilla, Rafael Saldaña, Juan Pérez Aquino, Ricardo Gutiérrez y Lauro M. Flores, así mismo se desconoció a la Confederación de Partidos Socialistas del Estado, que a partir de ese momento se consideró una agrupación antagónica al PNR y por lo tanto, igual suerte corrían todos los partidos, comités y ciudadanos adheridos a ella. Almazán perdía la batalla política en la entidad que gobernaba, nadie quería aparecer a su lado. En la ceremonia de aniversario de la muerte de Aquiles Serdán el 18 de septiembre, el gobernador llegó acompañado de su hermano el general y por Heriberto Jara. Aislado y hostigado, el gobernador aceptó la candidatura de Mijares y con ello la certeza de que su adversario político ganaría las elecciones constitucionales del 27 de noviembre, lo cual fue ratificado con 149,017 sufragios a su favor.

El 9 de enero de 1933 fue designado el licenciado Juan C. Bonilla como gobernador sustituto para cubrir el periodo restante del Dr. Almazán quien renunció al cargo por inconformidad ante el triunfo del General José Mijares Palencia. También el Presidente Municipal de Puebla, Eduardo Ávila Parra renunció a su cargo, siendo electo el 14 de febrero de ese año Delfino Arrioja. La carta dirigida por Almazán a la XXXIX Legislatura afirma:
“… desgraciadamente… dentro de las últimas cuarenta y ocho horas se han desarrollado gravísimos acontecimientos que vinieron a culminar con el inaudito atropello de que se ha hecho víctima a la soberanía de esa H. Legislatura, que es la soberanía del Estado que he tenido el honor de representar…” (Legislatura Local, 1933)
Tras la renuncia el desmantelamiento de los almazanistas fue contundente, en Cholula concluyó su mandato Tomás Covarrubias y fue electo Rafael S Rojas para el periodo 1933-1934, identificado plenamente con el nuevo gobierno del Estado.