Entre caudillos, líderes cristeros y gran depresión

Fundación del Partido Nacional Revolucionario
5 de Enero de 1929
Capítulo II
Almazanismo, entre caudillos, líderes cristeros y gran depresión
1929-1933
La complejidad del entorno político llevó a que en cierto momento que el estado de Puebla tuviera simultáneamente tres Gobernadores y además tres Legislaturas, que representaban cada una de ellas a un grupo político con referentes nacionales.
La sucesión continua de Gobernadores daba cuenta de la inestabilidad política, como la de algunos grupos rebeldes que seguían azotando zonas estratégicas del Estado, como el General Gabriel Barrios en la sierra norte quien en franca reveldía no aceptó la candidatura de Almazán.

Partido Nacional Revolucionario:
Durante la presidencia de Emilio Portes Gil al frente de la República, tuvo efecto uno de los acontecimientos políticos con mayor trascendencia nacional: la fundación de un partido oficial que institucionalizó la participación política de los líderes revolucionarios.

El primero de septiembre de 1928, Plutarco Elías Calles leyó su último informe presidencial ante el Congreso de la Unión, en el que proclamó el fin del caudillismo para dar paso a las instituciones. Uno de los objetivos principales de crear un partido nacional fue la de fusionar a la mayoría de los jefes y elementos revolucionarios que se disputaban el poder en las diversas regiones nacionales. Así como la de disciplinar las tendencias de los pequeños grupos organizados con intereses locales o provincianos, quienes creían enarbolar los principios revolucionarios por los cuales habían luchado.
El comité Directivo del Partido Nacional Revolucionario (PNR) convocó el 5 de enero de 1929 a la gran convención que se realizó en la ciudad de Querétaro, a fin de discutir el programa y estatutos de dicha organización y designar al candidato presidencial, elección que fue encomendada a la Secretaría de Gobernación. Concluye su gobierno Emilio Portes Gil (1928-1930) y asume la presidencia de la República Pascual Ortiz Rubio para el periodo 1930-1932, quien sufre un atentado al finalizar su toma de protesta. Las instituciones seguían bajo el control e influencia de jefe máximo de la Revolución Mexicana y presidente nacional del PNR, Plutarlo Elías Calles.

Los Cristeros:
Guerra Cristera
El 21 de junio de 1929 el gobierno federal acordó la amnistía general para todos los levantados en armas que quisieran rendirse. Se acordó devolver las casas curales y episcopales, y evitar mayores confrontaciones en lo sucesivo, aún cuando para ese entonces existía una profunda división hacia el interior de la Iglesia en México. La fractura afectaba desde la cúpula episcopal hasta los laicos. Entre los obispos, la mayoría estaba a favor de un acuerdo con el gobierno, pero había algunos muy combativos aún mantenían resistencia.
Oficialmente llegó a su fin los enfrentamientos provocados por la Guerra Cristera, también llamada Guerra de los Cristeros o Cristiada, conflicto armado que se prolongó por tres años, iniciado en el año de 1926, entre el gobierno y las milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que se opusieron a la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir la participación de la Iglesia católica sobre los bienes de la nación así como en procedimientos civiles.

Guerra Cristera
El general Manuel Ávila Camacho Ávila Camacho combatió a los rebeldes en el Bajío, Colima y Jalisco, sin embargo, consciente del carácter fratricida de lo que consideraba una lucha inútil, no fusilaba ni colgaba a los prisioneros y procuraba otorgar amnistía y rendir a los alzados, así llegó a una tolerancia moderada con los cristeros para evitar las muertes y el saqueo. Por este carácter afable y sereno, al asumir el Poder Ejecutivo, le llamarían el “presidente caballero”.

Al término de la cristiada durante la rebelión escobarista, Ávila Camacho participó con el Cuerpo de Ejército del Noroeste en la campaña de Sonora y Sinaloa, al mando del general Lázaro Cárdenas, por lo que fue ascendido en septiembre del mismo año, a general de brigada.

Aún cuando oficialmente la Guerra Cristera se había decretado como concluida; posiblemente el aislamiento geográfico, la ignorancia, el abuso del poder, la manipulación ideológica, los engaños a la gente, las diferencias por la posesión de las tierras o los efectos tardíos del enfrentamiento cristero, fueron los elementos básicos en diversas regiones de Puebla y Veracruz en donde seguían las provocaciones entre fanáticos y autoridades civiles, como la ocurrida el 20 de junio de 1931:

Un tremendo zafarrancho entre una multitud conformada por el pueblo católico que acompañaba el cadáver del párroco José de Jesús Camo, sacerdote de Zentla, Chavaxtla, fueron  agredidos por fanáticos agraristas que se dice eran comandados por Jesús Castelán. En el enfrentamiento fue asesinado el comandante de la policía municipal y otros tres uniformados que fueron masacrados por una multitud católica en el atrio del templo de la Trinidad, también fueron asesinados varios miembros del sindicato de panaderos. Tras el linchamiento colectivo recorrieron la población lanzando gritos de Viva Cristo Rey. El cura presbítero que oficiaba la misa de cuerpo presente y alentó a los fieles a realizar la masacre, abandonó la ciudad con rumbo al estado de Puebla. (Lara de la Fraga, 2009)

 Los agraristas vivieron grandes campañas de desprestigio, una de ellas fue la satanización del comunismo por los fanáticos religiosos. La entidad veracruzana era gobernada por el Teniente Coronel Adalberto Tejeda y aún cuando Pascual Ortiz Rubio era el presidente de la República, el jefe máximo seguía siendo Plutarco Elías Calles. El 25 de julio el gobernador Adalberto Tejeda resultó ileso de un atentado organizado por fanáticos religiosos locales ante las leyes anticlericales expedidas por el gobierno federal en ese año

La Gran Depresión:

El 29 de octubre de 1929 se inició a nivel mundial la Gran Depresión, también conocida como crisis del 29, la cual produjo  un grave deterioro de la economía a escala mundial. Originada en Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa, conocido como crac del 29 o Martes Negro, rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. La depresión tuvo efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres, donde la inseguridad y la miseria se propagaron como una epidemia, la crísis mundial propició la aparición del nacional-socialismo y la llegada de Adolf Hitler al poder.












Fuente: Los Patrones // Rodolfo Herrera Charolet // México 2016.