Los Ávila Camacho

Los Ávila Camacho:
El general Maximino Ávila Camacho formalizó legalmente en agosto de 1930 su relación que sostenía desde años atrás con doña Bárbara Margarita Richardi Romagnoli, con quien registró tres hijos; Antonieta Alicia, Gloria y Maximino Eulogio Ávila Ricahardi. Meses después fue nombrado jefe de las Operaciones Militares en el Estado de Aguascalientes. 

En 1931 “Las fuerzas vivas de Puebla” acudieron al estado de Aguascalientes para proponerle a Maximino Ávila Camacho aceptara la candidatura a gobernador del Estado de Puebla
La intención de Maximino Avila Camacho y su grupo se entorpeció debido a la inclusión del general José Mijares Palencia en el proceso interno del PNR, que con el apoyo de Calles, fue designado como candidato al gobierno del Estado de Puebla. El ánimo de Maximino se apagó por completo tras el asesinato de su hermano Eulogio, el 19 de febrero de 1932, uno de los nueve hijos del matrimonio Camacho Bello - Ávila Castillo. 


El homicidio de Eulogio:
Eulogio recibió cuatro balazos por la espalda, dos de ellos mortales. Uno de los homicidas, Tomás González miembro de la Congregación de Hidalgo y síndico del ayuntamiento de Tlapacoyan, estaba acusado de haber asesinado días atrás a Lino Cortés. El residente en Teziutlán, Agustín Peredo Danini, envió a Aguascalientes una carta a Maximino Ávila Camacho en la que le informó del asesinato de Eulogio "en el rancho Gentiles, de los González, por elementos agraristas". Acusa a las autoridades de Tlapacoyan de no querer entregar el cadáver y presume de complicidad con los asesinos "porque están obrando con demasiada negligencia… los victimarios aparecerán (como) inocentes palomitas… se le telegrafió al gobernador… sin que conteste". 

Adalberto Tejeda era compadre de Maximino, padrino de Hilda Ávila Cazasa, hija de Maximino y Felisa Cazasa. El 25 de febrero de 1932, seis días después del crimen, el gobernador transcribió un telegrama remitido por el procurador de justicia de Veracruz , quien lo había recibido del agente del Ministerio Público de Altotonga quien integraba la averiguación previa. No hay, en dicho comunicado, la mínima expresión del sentido pésame obligada, sobre todo cuando había amistad y compadrazgo. La tropa estacionada en Tlapacoyan realizó una incursión en la Congregación de Hidalgo, tras la búsqueda de los asesinos, pero fueron recibidos a balazos por integrantes de las guerrillas agraristas. El resultado fue de varios muertos. El capitán segundo, Francisco Cortés, comandante del Distrito de Tlapacoyan, interceptó una carta dirigida a uno de los curas de Tlapacoyan, del principal inculpado, Tomás González Bonilla, enviada desde Juchique de Ferrer. Por su contenido dedujeron que tanto Tomás como Nicasio Pérez eran los responsables directos del homicidio, quienes se encontraban bajo el amparo del presidente municipal, Otilio González, también diputado local y líder de las guerrillas agraristas. 

Francisco Cortés sobrino del general Cándido Aguilar, informó el 22 de julio de 1933, que Tomás González no fue capturado, en virtud de que el diputado federal Carolino Anaya lo ayudó a escapar llevándoselo a Puebla y luego a la Ciudad de México. En el mismo comunicado informa que Manuel Parra, administrador de la Hacienda de Almolonga, se había trasladado a Jalapa para avisar a su socio el general Pablo Quiroga Escamilla, secretario de Guerra y Marina en el gabinete de Lázaro Cárdenas, quien a su vez protegía y compartía con el gobernador Tejeda Olivares su lucha contra las guerrillas agraristas. 

Manuel Parra Mata era el jefe de la organización criminal conocida como “La Mano Negra” a quien se le atribuyen un sin número de homicidios. El crímen de Eulogio fue el resultado de las luchas que sostenían las guerrillas agraristas contra los patrones, terratenientes, auspiciado por la autoridades que protegían a los ejecutores. La complicidad del dejar hacer y la persecución feroz contra los curas, en parte desarticuló los intentos de Maximino de vengar la muerte de su hermano. Adalberto Tejeda Olivares, gobernador de Veracruz, quedó señalado como cómplice protector del homicidio, al igual que el diputado federal Carolino Anaya; el presidente municipal de Juchique de Ferrer, Otilio González; y el presidente de Tlapacoyan, Juan López. El homicidio selectivo prevalecía sobre las venganzas personales, entre los miembros del ejercito, dada la complicada trama de complicidades y favores. 

Así Tejeda Olivares ocupó el cargo de gobernador de Veracruz como premio al haber apoyado a Plutarco Elias Calles y Álvaro Obregon durante la persecución y muerte del presidente Venustiano Carranza, que terminó trágicamente con su asesinato en Tlaxcalantongo el 21 de mayo de 1920. La valoración de actuar en contra de los homicidas y enfrentarse hacia el interior de la red de complicidades, por el homicidio de su hermano menor, llevó a Maximino acatar la sugerencia de su hermano Manuel, de abandonar las investigaciones personales por conducto de sus hombres de confianza y en su lugar dejarlo a las autoridades competentes. 

Lo que Maximino acató. Los Ávila Camacho.- En lugar de continuar la venganza personal-familiar los Ávila Camacho fueron ratificados como parte de la élite militar del país; Manuel dejó el 38° regimiento para convertirse en el jefe de Operaciones Militares en Tabasco y Maximino en la de Jalisco. El presidente sustituto general Abelardo L. Rodríguez nombró como secretario de Guerra y Marina al general Lázaro Cárdenas del Río, quien solicitó al mandatario la designación de su amigo, Manuel como Oficial Mayor de la Secretaría, la cual fue realizada el primero de febrero de 1933. Este nombramiento permitió a los Ávila Camacho depurar los mandos militares y Maximino quedó al mando de la 26ª Zona Militar ubicada en Oaxaca, Oaxaca. 

En mayo de 1933 Cárdenas renuncia a su cargo para buscar la candidatura presidencial por el PNR, relevándolo en el cargo el general Pablo Quiroga quien se desempeñaba como subsecretario y su puesto es ocupado por Manuel Ávila Camacho. Mientras que Maximino es designado por acuerdo del presidente Rodríguez y Quiroga, como Subinspector general del Ejército. Rafael Ávila Camacho es designado ayudante del subsecretario –su hermano-. La carrera militar de los Ávila Camacho estaba en franco ascenso. 



Como medida cautelar el gobernador del Estado facilitó al comandante de la XIX Zona Militar, General Maximino Ávila Camacho, a realizar “desarmes” en la Entidad, como la realizada el 16 de Mayo de 1934 en la jurisdicción de Cholula y se informó que el número de crímenes es notablemente menor, porque quienes cometían toda clase de delitos eran los individuos a quien se les había confiado la seguridad y tranquilidad de los pueblos.