Sacerdote de Coronango acusado de acoso sexual


Luisa Tirzo periodista de Diario Cambio

Laura acusa de intento de violación a Álvaro Áca, sacerdote católico de la parroquia de la junta auxiliar de San Francisco Ocotlán, perteneciente al municipio de Coronango, cuyo lenguaje misógino en la celebración de las misas es conocido por la feligresía.

El sacerdote de la parroquia de San Francisco Ocotlán se vio envuelto en el escándalo por llamar “rameras” a las mujeres que usan faldas cortas o vestidos pegados al asistir a misa maquilladas, perfumadas y peinadas, además de recomendar a los padres de familia que cuiden a sus hijas porque parecen “totolitas”, insinuando que se embarazan sin llegar a la mayoría de edad.

Ahora, el misógino ministro religioso Álvaro Áca fue exhibido por una joven menor de edad, que se armó de valor y reveló el intento de violación del que fue víctima hace unos meses por parte del cura de origen sanandreseño.

La menor de 16 años de edad, a la que llamaremos Laura, relató a CAMBIO Regionales que los hechos ocurrieron hace unos meses, pero por su seguridad se omitirán fechas y algunos datos, pues teme que el párroco utilice las influencias que presume en la Arquidiócesis de Puebla para hacerle daño a ella o a su familia.


“Mi familia lo conocía, nos llevábamos bien, en cierto momento le llegué a tener el cariño de un padre que me hacía falta y yo siento que él abusó de ese cariño (…). Yo estuve de monaguilla durante dos años en la parroquia de Ocotlán”, señaló Laura y relató que “los hechos ocurrieron en casa de un familiar, habíamos llegado de un viaje y mi familiar lo mandó a traer porque le trajo unas cosas (unos recuerdos) pero los olvidó en otra casa y me dijo que ella iba por ellos”, relata la joven que se cubre repetidamente con su suéter.

De acuerdo con lo relatado por la menor, Álvaro Áca aprovechó que la persona adulta a cargo de ella no estaba en casa para acosarla, por lo que salió huyendo despavorida hasta su alcoba, en donde éste le dio alcance y la manoseó en su propia cama.

 “Me dijo dame un abrazo, pero yo sentí que eran otras sus intenciones. Me pidió un segundo abrazo de una manera morbosa y lo rechacé, porque me sentí muy incómoda. Corrí a mi cuarto, pero él me siguió (…), se sentó en mi cama y me comenzó a tocar las piernas morbosamente y yo lo quité y me salí llorando”, agrega la menor de edad.

Afortunadamente en ese momento llegó la familiar de la joven, justo cuando Laura salía llorando de la habitación, tras huir de los tocamientos lascivos del sacerdote que lleva siete años a cargo de la parroquia de San Francisco Ocotlán, junta auxiliar de Coronango.

Laura es una joven inocente y alegre como todas las de su edad, proviene de una familia muy humilde pero sumamente religiosa, quienes abrieron las puertas de su casa al párroco que a base de obsequios y salidas se ganó su confianza.

Tal es la confianza que logró el cura, que pudo manipular a la mujer que está a cargo de Laura para que ésta no lo denunciara inmediatamente después de que ocurrieron los hechos, argumentando que con ello dañaría su “honra en el pueblo”.

¿Por qué no ha denunciado al cura?
Laura relata que se reservó por algunos meses por temor y manipulación de las personas que están a cargo de ella; sin embargo, hace poco leyó una nota donde se exhibe la conducta misógina del sacerdote y se armó de valor para evitar que ataque sexualmente a otras pequeñas, ya que la mayoría de monaguillos en esa iglesia son mujeres menores de edad.

“Hace poco vi a otras niñas, me dio mucho coraje pensar que puedan ser víctimas (…). Yo quisiera que lo metieran a la cárcel, en donde esté lejos y no pueda dañar a nadie. Pediría que lo sacaran de la parroquia o que le quitaran el cargo para que no ejerza y deje de usarlo como gancho de niñas”, agregó la víctima de Álvaro Áca.

“Pasé varios meses sin dormir y con pesadillas”

La ex monaguilla de la parroquia de San Francisco Ocotlán comentó que aunque sus familiares han minimizado el intento de violación del sacerdote, ella tardó varios meses con traumas psicológicos que le impedían conciliar el sueño y constantemente tenía pesadillas en las que estaba el cura católico.

 “No podía dormir, todo el tiempo despertaba llorando, no quería salir, dejé de ir a misa porque no quiero verlo, no me lo quiero volver a encontrar”, relata Laura.

Señaló que algunas amistades en común con el sacerdote le han dicho que no tiene elementos para denunciarlo, pues no le hizo nada; pero ella está convencida de que si no hubiera llegado su tutora se hubiera convertido en una víctima de violación.

El cura la acosaba y la acusó de “ofrecérsele”

Cuando su tutora encaró al sacerdote por el intento de violación a Laura, éste le respondió que la menor fue la que se le “ofrecía” y la que lo busca constantemente a través de su celular.

“Después de que pasaron los hechos, yo lo bloqueé de mi celular y después me llamaban cada rato de un número que yo desconozco (…). Un día, que regreso la llamada porque me ganó la curiosidad de saber quién era el que insistía tanto (…), pero no me contestó la primera vez. Y en una segunda  llamada (que) la hicimos mi mamá y yo, él contestó y dijo que yo lo andaba buscando, pero no es así”, explica la joven.

La víctima de intento de violación del sacerdote católico y párroco de la parroquia de San Francisco Ocotlán, Álvaro Áca, insiste que hay más casos de acoso sexual entre las monaguillas.

Defienden al cura pederasta de Coronango y desacreditan a su víctima, una acólita
Jueves, 28 Noviembre 2019 03:03
Defienden al cura pederasta de Coronango y desacreditan a su víctima, una acólita
Acólitos de Álvaro Áca, sacerdote católico de la parroquia de San Francisco Ocotlán señalado por Laura de intentar violarla, defendieron las actitudes del acusado y advirtieron que investigarán los “chismes”

Luisa Tirzo / Coronango
@Diario_Cambio

Luego de que CAMBIO Regionales exhibiera un video con el relato de una menor de 16 años de edad en el que acusa al cura de la parroquia de San Francisco Ocotlán, Álvaro Áca, de intentar violarla, consejeros, coordinadores de la junta auxiliar menospreciaron la denuncia y amagaron con llegar hasta las últimas consecuencias legales contra quien desprestigie al sacerdote católico.

La tarde del miércoles, consejeras y ‘brazos derechos’ del párroco sostuvieron una reunión a puerta cerrada en las inmediaciones del Santuario del Señor de las Misericordias, aseguraron que la iniciativa fue de ellas y que Álvaro Áca no les pidió defenderlo.

El mensaje de las organizadoras del cónclave fue el de intimidar a todos los que se pongan en contra del ministro católico, amagando con que serán investigados por “gente contratada” para ver de dónde salió el supuesto “chisme” del intento de violación de Laura.

Pese a que es mujer y la denuncia la hace una de su mismo sexo, una de las coordinadoras aseguró que la reputación del padre era “intachable” y que sería incapaz de propasarse con una niña.

En tanto, durante el transcurso del miércoles, el sacerdote sanandreseño realizó dos misas por la tarde-noche y no abordó el tema durante su sermón.


Laura no se callará y procederá contra cómplices del pederasta
Durante el transcurso del miércoles, este medio trató de contactar nuevamente a Laura, sin embargo no fue posible, pero ella mandó a decir con terceros que no se quedará callada y que continuará con su denuncia contra el sacerdote católico Álvaro Áca y sus cómplices, todas las acólitas que encubren al cura.

“Ella dice que no se quedará callada, que una vez que esto ya se hizo público, va a seguir su lucha. Va a denunciar, aunque sigue teniendo temor por la reacción de la gente de la iglesia, que es manipulada por el sacerdote y sus allegadas”, comentó la fuente a CAMBIO Regionales.

La denuncia

De acuerdo con lo relatado por la menor, el sacerdote católico Álvaro Áca aprovechó que su tutora no estaba en casa para acosarla, lo que la obligó a salir huyendo hasta su alcoba, donde éste le dio alcance y la manoseó en la cama.

La menor de 16 años de edad, a la que llamamos Laura para proteger su identidad, relató a CAMBIO Regionales que los hechos ocurrieron hace unos meses, pero por su seguridad se omiten fechas y algunos datos, pues teme que el cura utilice las influencias que presume en la Arquidiócesis de Puebla para hacerle daño a ella o a los miembros de su familia.

“Mi familia lo conocía, nos llevábamos bien, en cierto momento le llegué a tener el cariño de un padre que me hacía falta y yo siento que él abusó de ese cariño (…). Yo estuve de monaguilla durante dos años en la parroquia de Ocotlán (…), los hechos ocurrieron en casa de un familiar, habíamos llegado de un viaje y mi familiar lo mandó a traer porque ella le traía unas cosas (unos recuerdos) pero los olvidó en otra casa y me dijo que ella iba por ellos”, relató.

 “Me dijo dame un abrazo, pero yo sentí que eran otras sus intenciones. Me pidió un segundo abrazo de una manera morbosa y lo rechacé porque me sentí muy incómoda. Corrí a mi cuarto, pero él me siguió (…), se sentó en mi cama y me comenzó a tocar las piernas morbosamente y yo lo quité y me salí llorando”, agregó.

Afortunadamente en ese momento llegó la familiar de la joven, cuando ésta salía llorando de la habitación tras huir de los tocamientos lascivos del párroco que lleva siete años a cargo de la parroquia de San Francisco Ocotlán, junta auxiliar de Coronango.