Atrapan a "El Choco" por matar a un juez de paz

 José Martín, alias ‘El Choco’, presunto capo ‘huachigasero’ del Triángulo Rojo que mantenía  el control de la venta de gas LP en localidades del municipio de Palmar de Bravo como Cuesta Blanca, Encrucijada y Los Ranchitos, al grado de que las empresas gaseras no se atrevían a entrar a la zona.

La detención del ‘El Choco’ se efectuó la mañana del pasado jueves en Veracruz y fue confirmada por la Fiscalía General del Estado de Puebla el pasado viernes, la dependencia señaló que se mantendrá en prisión preventiva por los delitos de homicidio calificado en agravio de un juez de paz y lesiones calificadas.

Es por ello que el delincuente fue trasladado al penal de mediana seguridad de Tepexi de Rodríguez, en donde se mantendrá para continuar su proceso legal, ya que se le podrían imputar más delitos.

El Choco heredó la plaza de El Bukanas que huyó a refugiarse en Veracruz

José Martín forma parte del grupo criminal de ‘El Bukanas’, quien huyó a Veracruz y le heredó la plaza delincuencial para continuar con los robos a transporte de carga que circulan por la zona, según detallaron las fuentes, quienes también precisaron que en realidad es conocido por sus cercanos como ‘Xoco’ y no ‘Choco’ como se le ha multicitado, incluso en los boletines de la Fiscalía de Puebla.

Pero el delito por el que se le busca a ‘El Choco’ es por el asesinato del juez de paz de la localidad de Guadalupe Piletas en Palmar de Bravo, sin embargo, en la zona también se le atribuye haber matado a dos policías ministeriales, quienes fueron aventados en Cañada Morelos en 2018.

De acuerdo con información periodística, ‘El Choco’ era el líder de la banda de Cuesta Blanca, teniendo como principal actividad el robo del gas LP a los ductos de Pemex y teniendo el control de dicho negocio ilícito.

Las principales comunidades que el antes mencionado tenía a su merced eran Cuesta Blanca, Los Ranchitos y la Encrucijada. El poder que el delincuente mantenía en la zona era tal que los elementos  del ejército tampoco se atrevían a entrar, a menos que lo hicieran en un convoy para poder tener mayor seguridad.