Rehabilitación de vialidades en Puebla sin concreto hidráulico
El 10 de septiembre de 2025, el alcalde de Puebla, José "Pepe"
Chedraui Budib, anunció que la rehabilitación de vialidades en la capital poblana se realizará sin el uso de concreto hidráulico debido a restricciones presupuestales. En coordinación con el gobierno estatal, liderado por el gobernador Alejandro Armenta Mier, los trabajos se llevarán a cabo utilizando cuatro módulos de maquinaria adquiridos por el estado, con un costo mensual de aproximadamente 1.3 millones de pesos para cubrir la mano de obra, que involucra a unas 100 personas (25 por módulo). Chedraui aclaró que, aunque inicialmente se contempló el uso de concreto hidráulico, el presupuesto actual no lo permite, por lo que se optará por materiales como asfalto, donado en parte por Petróleos Mexicanos (Pemex).
No se especificó el número exacto de calles a intervenir, pero se priorizarán vialidades principales y juntas auxiliares, con un mapeo en curso para identificar los puntos más críticos. El gobernador Armenta reafirmó su compromiso de apoyar al municipio con maquinaria y materiales, destacando una inversión estatal de 953 millones de pesos en obras carreteras y la donación de 3,500 toneladas de cemento asfáltico AC-20 por parte de Pemex para rehabilitar 43.55 kilómetros de vialidades, equivalentes a 436 calles de 100 metros.ContextoMarco de Infraestructura en Puebla: La rehabilitación de vialidades es una prioridad en Puebla debido al deterioro de calles y avenidas, agravado por años de mantenimiento insuficiente y el impacto de fenómenos climáticos. En agosto de 2025, Armenta y Chedraui anunciaron la intervención de 10 vialidades estratégicas, como la Avenida 24 Sur, Boulevard Valsequillo, Prolongación de la 11 Sur, Camino al Batán, Camino Real a Cholula, Carretera Puebla-Tlaxcala, Calzada Zavaleta, Calle 12 Oriente, Carretera a San Baltazar Tetela y Calle Independencia, con una inversión de 91 millones de pesos que logró un ahorro del 68.4% al evitar contrataciones externas. Estas obras se enmarcan en un esfuerzo estatal para pavimentar más calles que en los trienios anteriores, utilizando 16 módulos de maquinaria existentes y cuatro adicionales adquiridos en septiembre de 2025. La colaboración con Pemex, que ha proporcionado insumos asfálticos, refleja una estrategia para optimizar recursos y combatir la corrupción, según declaraciones de Armenta.Limitaciones Presupuestales y Materiales: El concreto hidráulico, conocido por su durabilidad y resistencia, es significativamente más costoso que el asfalto, lo que lo hace inviable para el presupuesto municipal actual, según Chedraui. En 2023, convocatorias de obra pública en Puebla incluyeron proyectos con concreto hidráulico en avenidas como la 10 y 14 Poniente-Oriente, pero la tendencia actual se inclina hacia el asfalto debido a su menor costo y la disponibilidad de insumos donados por Pemex. El municipio destinará 110 millones de pesos en 2025 para reparar más de 220,000 baches antes de la temporada de lluvias, complementando las obras de relaminado con 660 millones adicionales, lo que indica un enfoque en soluciones rápidas y de menor costo frente a las limitaciones financieras. La coordinación entre el gobierno estatal y municipal busca maximizar el impacto de estas inversiones, pero la falta de concreto hidráulico podría generar críticas por la menor durabilidad de las obras.Contexto de Inseguridad en Puebla: La necesidad de mejorar la infraestructura vial se entrelaza con los problemas de inseguridad en la región, como lo evidencian los recientes hechos violentos: el atentado contra José Luis Corrales, secretario de Seguridad Pública de Amozoc, el 10 de septiembre de 2025, el feminicidio de Cecilia Monzón en 2022, y los asesinatos en Azumiatla, Tres Cerritos y San Isidro entre el 8 y 10 de septiembre de 2025. Las vialidades en mal estado dificultan la respuesta de las autoridades a emergencias, como se vio en el operativo tras el ataque a Corrales, donde la movilización policial fue complicada por las condiciones de las calles. Además, municipios como Tlahuapan, con solo 12 policías por turno, enfrentan desafíos para garantizar seguridad, lo que resalta la importancia de una infraestructura vial eficiente para facilitar patrullajes y operativos.ImplicacionesInfraestructura y Movilidad: La decisión de prescindir del concreto hidráulico en favor del asfalto, aunque motivada por restricciones presupuestales, podría comprometer la durabilidad de las vialidades rehabilitadas, ya que el asfalto es menos resistente al desgaste y a las lluvias, un problema recurrente en Puebla. Sin embargo, el uso de módulos de maquinaria estatal y materiales donados por Pemex reduce significativamente los costos, permitiendo intervenir un mayor número de calles. La estrategia de Armenta y Chedraui, que prioriza la eficiencia y el ahorro (68.4% en las 10 vialidades iniciales), busca responder a la demanda ciudadana de mejores calles, pero podría enfrentar críticas si las reparaciones no resisten el uso prolongado. La falta de una cifra exacta de calles a intervenir sugiere una planificación en curso, lo que podría generar incertidumbre entre los ciudadanos sobre el alcance real de las obras.Seguridad Pública: Las vialidades en mal estado no solo afectan la movilidad, sino también la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad, como se observó en el operativo tras el atentado contra Corrales en Amozoc. Calles bien pavimentadas facilitarían patrullajes, traslados de emergencia y operativos contra el crimen organizado, que sigue activo en la región, como lo muestran los casos de desapariciones en Amozoc y los crímenes violentos en Puebla. La inversión en infraestructura vial, aunque limitada al asfalto, podría mejorar la logística de seguridad, pero la ausencia de concreto hidráulico podría requerir mantenimientos frecuentes, desviando recursos que podrían destinarse a reforzar la seguridad, un tema crítico en municipios con recursos limitados como Tlahuapan.Sociales y Políticas: La coordinación entre Chedraui y Armenta refleja un esfuerzo por fortalecer la relación entre los gobiernos municipal y estatal, destacada por ambos como un modelo de trabajo sin corrupción. Sin embargo, la decisión de no usar concreto hidráulico podría generar descontento entre ciudadanos que esperan soluciones duraderas, especialmente en juntas auxiliares donde las vialidades son críticas para la conectividad. La presión en redes sociales, como se vio en el caso de Cecilia Monzón, podría intensificarse si las obras no cumplen con las expectativas de calidad. Además, la inversión de 1.3 millones de pesos mensuales en mano de obra, aunque modesta, será escrutada por la ciudadanía en un contexto de alta sensibilidad por el gasto público, como el aumento salarial de 119% de la alcaldesa de Tlahuapan, Rosiceli Díaz. La transparencia en el uso de recursos y los resultados visibles serán clave para mantener la confianza ciudadana.Económicas y Ambientales: La estrategia de rehabilitación con asfalto y maquinaria estatal reduce costos significativamente (hasta un 68.4% en comparación con contrataciones externas), lo que permite atender más vialidades con el presupuesto disponible. La donación de 3,500 toneladas de asfalto por Pemex refuerza esta eficiencia, pero el uso de asfalto en lugar de concreto hidráulico podría incrementar los costos de mantenimiento a largo plazo, afectando las finanzas municipales. Además, el asfalto tiene un mayor impacto ambiental que el concreto hidráulico, ya que su producción y aplicación generan más emisiones y requieren renovaciones frecuentes. Esto podría entrar en conflicto con iniciativas de sostenibilidad, como el Ecoparque de Malitzi propuesto por Armenta, que busca un modelo de protección ambiental.Conexión con el Caso de Cecilia Monzón y el Atentado en Amozoc: La sobreexposición mediática y la presión en redes sociales, que fueron clave en el caso de Cecilia Monzón para exigir justicia, también están presentes en el contexto de las obras viales y el atentado contra José Luis Corrales. En el caso de Monzón, la presión digital obligó a las autoridades a actuar rápidamente, mientras que en el atentado de Amozoc, medios como Diario Cambio y Oro Noticias amplificaron el incidente, generando demandas de acción inmediata. De manera similar, las obras de rehabilitación vial anunciadas por Chedraui han sido objeto de atención en redes, con ciudadanos y medios cuestionando la calidad de los materiales y la planificación. La duda razonable sobre la culpabilidad de Javier López Zavala en el feminicidio de Monzón, planteada por su defensa mediante argumentos de irregularidades procesales, no tiene un paralelo directo en las obras viales o el atentado, pero resalta la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión pública, ya que cualquier percepción de opacidad podría alimentar críticas similares en estos proyectos.En resumen, la decisión de rehabilitar vialidades en Puebla sin concreto hidráulico responde a limitaciones presupuestales, pero plantea desafíos en términos de durabilidad y percepción pública. La coordinación entre Chedraui y Armenta, respaldada por Pemex, busca optimizar recursos, pero deberá enfrentar el escrutinio ciudadano y mediático en un contexto de inseguridad y demandas de transparencia, agravado por casos como el feminicidio de Cecilia Monzón y el atentado contra Corrales, que evidencian la urgencia de mejorar tanto la infraestructura como la seguridad en la región.
Chedraui Budib, anunció que la rehabilitación de vialidades en la capital poblana se realizará sin el uso de concreto hidráulico debido a restricciones presupuestales. En coordinación con el gobierno estatal, liderado por el gobernador Alejandro Armenta Mier, los trabajos se llevarán a cabo utilizando cuatro módulos de maquinaria adquiridos por el estado, con un costo mensual de aproximadamente 1.3 millones de pesos para cubrir la mano de obra, que involucra a unas 100 personas (25 por módulo). Chedraui aclaró que, aunque inicialmente se contempló el uso de concreto hidráulico, el presupuesto actual no lo permite, por lo que se optará por materiales como asfalto, donado en parte por Petróleos Mexicanos (Pemex).
No se especificó el número exacto de calles a intervenir, pero se priorizarán vialidades principales y juntas auxiliares, con un mapeo en curso para identificar los puntos más críticos. El gobernador Armenta reafirmó su compromiso de apoyar al municipio con maquinaria y materiales, destacando una inversión estatal de 953 millones de pesos en obras carreteras y la donación de 3,500 toneladas de cemento asfáltico AC-20 por parte de Pemex para rehabilitar 43.55 kilómetros de vialidades, equivalentes a 436 calles de 100 metros.ContextoMarco de Infraestructura en Puebla: La rehabilitación de vialidades es una prioridad en Puebla debido al deterioro de calles y avenidas, agravado por años de mantenimiento insuficiente y el impacto de fenómenos climáticos. En agosto de 2025, Armenta y Chedraui anunciaron la intervención de 10 vialidades estratégicas, como la Avenida 24 Sur, Boulevard Valsequillo, Prolongación de la 11 Sur, Camino al Batán, Camino Real a Cholula, Carretera Puebla-Tlaxcala, Calzada Zavaleta, Calle 12 Oriente, Carretera a San Baltazar Tetela y Calle Independencia, con una inversión de 91 millones de pesos que logró un ahorro del 68.4% al evitar contrataciones externas. Estas obras se enmarcan en un esfuerzo estatal para pavimentar más calles que en los trienios anteriores, utilizando 16 módulos de maquinaria existentes y cuatro adicionales adquiridos en septiembre de 2025. La colaboración con Pemex, que ha proporcionado insumos asfálticos, refleja una estrategia para optimizar recursos y combatir la corrupción, según declaraciones de Armenta.Limitaciones Presupuestales y Materiales: El concreto hidráulico, conocido por su durabilidad y resistencia, es significativamente más costoso que el asfalto, lo que lo hace inviable para el presupuesto municipal actual, según Chedraui. En 2023, convocatorias de obra pública en Puebla incluyeron proyectos con concreto hidráulico en avenidas como la 10 y 14 Poniente-Oriente, pero la tendencia actual se inclina hacia el asfalto debido a su menor costo y la disponibilidad de insumos donados por Pemex. El municipio destinará 110 millones de pesos en 2025 para reparar más de 220,000 baches antes de la temporada de lluvias, complementando las obras de relaminado con 660 millones adicionales, lo que indica un enfoque en soluciones rápidas y de menor costo frente a las limitaciones financieras. La coordinación entre el gobierno estatal y municipal busca maximizar el impacto de estas inversiones, pero la falta de concreto hidráulico podría generar críticas por la menor durabilidad de las obras.Contexto de Inseguridad en Puebla: La necesidad de mejorar la infraestructura vial se entrelaza con los problemas de inseguridad en la región, como lo evidencian los recientes hechos violentos: el atentado contra José Luis Corrales, secretario de Seguridad Pública de Amozoc, el 10 de septiembre de 2025, el feminicidio de Cecilia Monzón en 2022, y los asesinatos en Azumiatla, Tres Cerritos y San Isidro entre el 8 y 10 de septiembre de 2025. Las vialidades en mal estado dificultan la respuesta de las autoridades a emergencias, como se vio en el operativo tras el ataque a Corrales, donde la movilización policial fue complicada por las condiciones de las calles. Además, municipios como Tlahuapan, con solo 12 policías por turno, enfrentan desafíos para garantizar seguridad, lo que resalta la importancia de una infraestructura vial eficiente para facilitar patrullajes y operativos.ImplicacionesInfraestructura y Movilidad: La decisión de prescindir del concreto hidráulico en favor del asfalto, aunque motivada por restricciones presupuestales, podría comprometer la durabilidad de las vialidades rehabilitadas, ya que el asfalto es menos resistente al desgaste y a las lluvias, un problema recurrente en Puebla. Sin embargo, el uso de módulos de maquinaria estatal y materiales donados por Pemex reduce significativamente los costos, permitiendo intervenir un mayor número de calles. La estrategia de Armenta y Chedraui, que prioriza la eficiencia y el ahorro (68.4% en las 10 vialidades iniciales), busca responder a la demanda ciudadana de mejores calles, pero podría enfrentar críticas si las reparaciones no resisten el uso prolongado. La falta de una cifra exacta de calles a intervenir sugiere una planificación en curso, lo que podría generar incertidumbre entre los ciudadanos sobre el alcance real de las obras.Seguridad Pública: Las vialidades en mal estado no solo afectan la movilidad, sino también la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad, como se observó en el operativo tras el atentado contra Corrales en Amozoc. Calles bien pavimentadas facilitarían patrullajes, traslados de emergencia y operativos contra el crimen organizado, que sigue activo en la región, como lo muestran los casos de desapariciones en Amozoc y los crímenes violentos en Puebla. La inversión en infraestructura vial, aunque limitada al asfalto, podría mejorar la logística de seguridad, pero la ausencia de concreto hidráulico podría requerir mantenimientos frecuentes, desviando recursos que podrían destinarse a reforzar la seguridad, un tema crítico en municipios con recursos limitados como Tlahuapan.Sociales y Políticas: La coordinación entre Chedraui y Armenta refleja un esfuerzo por fortalecer la relación entre los gobiernos municipal y estatal, destacada por ambos como un modelo de trabajo sin corrupción. Sin embargo, la decisión de no usar concreto hidráulico podría generar descontento entre ciudadanos que esperan soluciones duraderas, especialmente en juntas auxiliares donde las vialidades son críticas para la conectividad. La presión en redes sociales, como se vio en el caso de Cecilia Monzón, podría intensificarse si las obras no cumplen con las expectativas de calidad. Además, la inversión de 1.3 millones de pesos mensuales en mano de obra, aunque modesta, será escrutada por la ciudadanía en un contexto de alta sensibilidad por el gasto público, como el aumento salarial de 119% de la alcaldesa de Tlahuapan, Rosiceli Díaz. La transparencia en el uso de recursos y los resultados visibles serán clave para mantener la confianza ciudadana.Económicas y Ambientales: La estrategia de rehabilitación con asfalto y maquinaria estatal reduce costos significativamente (hasta un 68.4% en comparación con contrataciones externas), lo que permite atender más vialidades con el presupuesto disponible. La donación de 3,500 toneladas de asfalto por Pemex refuerza esta eficiencia, pero el uso de asfalto en lugar de concreto hidráulico podría incrementar los costos de mantenimiento a largo plazo, afectando las finanzas municipales. Además, el asfalto tiene un mayor impacto ambiental que el concreto hidráulico, ya que su producción y aplicación generan más emisiones y requieren renovaciones frecuentes. Esto podría entrar en conflicto con iniciativas de sostenibilidad, como el Ecoparque de Malitzi propuesto por Armenta, que busca un modelo de protección ambiental.Conexión con el Caso de Cecilia Monzón y el Atentado en Amozoc: La sobreexposición mediática y la presión en redes sociales, que fueron clave en el caso de Cecilia Monzón para exigir justicia, también están presentes en el contexto de las obras viales y el atentado contra José Luis Corrales. En el caso de Monzón, la presión digital obligó a las autoridades a actuar rápidamente, mientras que en el atentado de Amozoc, medios como Diario Cambio y Oro Noticias amplificaron el incidente, generando demandas de acción inmediata. De manera similar, las obras de rehabilitación vial anunciadas por Chedraui han sido objeto de atención en redes, con ciudadanos y medios cuestionando la calidad de los materiales y la planificación. La duda razonable sobre la culpabilidad de Javier López Zavala en el feminicidio de Monzón, planteada por su defensa mediante argumentos de irregularidades procesales, no tiene un paralelo directo en las obras viales o el atentado, pero resalta la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión pública, ya que cualquier percepción de opacidad podría alimentar críticas similares en estos proyectos.En resumen, la decisión de rehabilitar vialidades en Puebla sin concreto hidráulico responde a limitaciones presupuestales, pero plantea desafíos en términos de durabilidad y percepción pública. La coordinación entre Chedraui y Armenta, respaldada por Pemex, busca optimizar recursos, pero deberá enfrentar el escrutinio ciudadano y mediático en un contexto de inseguridad y demandas de transparencia, agravado por casos como el feminicidio de Cecilia Monzón y el atentado contra Corrales, que evidencian la urgencia de mejorar tanto la infraestructura como la seguridad en la región.
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