
Su hija la encontró en el suelo, con espuma en la boca, suelta, ida, con respiración agitada. Así que la trasladarón al hospital de Huejotzingo, en donde finalmente murió. Dicen que nunca regresó, que desde su arribo se encontraba en coma, con los ojos abiertos, fijos, perdidos.
A Lupita la enterraron con música el pasado martes 23 de mayo, 13 días después de haber sido festejada por haber sido madre de cuatro, aunque días después olvidaron que alguna vez tuvieron y fueron ajenos al dolor que está viviendo. El abandono de su esposo, su infidelidad macha y sobre todo el desamor de sus hijos.
Ahora el marido y la amante podrán dar rienda suelta a sus amores, a sus encuentros, aunque de por medio, la vida de una mujer tengan que cargar por el resto de sus días. Que los perdone el demonio y los reciba entre sus llamas, son los deseos fervientes de muchos vecinos... y eso que son re quete cristianos.