Aún restos en la zona cero del helicopterazo

Desértica, así luce la ‘zona cero’ donde se impactó la aeronave AgustaWestland S109 el pasado 24 de diciembre, dejó un ‘boquete’ de más de dos metros de profundidad, en donde quedó enterrada parte de la cabina del helicóptero en el que viajaban la ex gobernadora Martha Erika Alonso y el senador Rafael Moreno Valle.

En el lugar de los hechos aún se observan partes del fuselaje, así como tornillos, tuercas, plásticos, incluso un manual a medio quemar; parte de los restos de la aeronave, cuyas piezas más importantes serán analizadas en laboratorios extranjeros.

En el lugar se pudo constatar que ninguno de los deudos de las víctimas o simpatizantes de los políticos dejaron alguna ofrenda para conmemorar el mes del desplome de la aeronave.

Por el terreno de cultivo en donde se desplomó el helicóptero con matrícula XA-BON, se pudo constatar que la zona se encuentra desolada, después de que durante al menos dos semanas permaneció fuertemente custodiada por elementos del Ejército mexicano y de la Fiscalía General del Estado (FGE).

Sin los cordones de aseguramiento, se pudo acceder hasta la zona de impacto, donde se logra observar una excavación, producto del impacto de la aeronave y las retroexcavadoras que fueron utilizadas para transportar los restos al hangar del Aeropuerto Internacional de Puebla.

La brecha cuenta con al menos seis metros de diámetro y más de dos metros de profundidad, además en los alrededores de la zona se pudieron descubrir varios objetos metálicos como rondanas, tornillos, piezas de plástico y partes del fuselaje del helicóptero; algunos de ellos consumidos por el fuego y las altas temperaturas.

Además, en la zona fue abandonada por los peritos extranjeros y la Dirección de Aeronáutica Civil, a medio quemar, parte de lo que fue el manual de la aeronave, en la que se podían observar algunos de los procedimientos de vuelo.

El pasado 24 de diciembre, tras despegar del helipuerto de Las Ánimas, la aeronave se desplomó sobre los terrenos de cultivo de Santa María Coronango, donde de acuerdo con los datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la ‘picada’ duró aproximadamente 15 segundos antes de impactarse con el suelo en un ángulo de 60 grados.

Cabe señalar que, aunque fueron diversas las muestras de cariño para las cinco víctimas durante el homenaje que se llevó a cabo en la Plaza de La Victoria, el lugar del impacto permanece ‘olvidado’, pues no se encontró ningún tipo de altar u ofrenda en memoria de los dos políticos, pilotos y asistente que viajaba a bordo del Agusta.