Fauna Política
La vacuna es un instrumento de propaganda
Por Rodolfo Herrera Charolet
Como
lo afirmó el 2 de abril de 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró
que la crisis de salud y económica provocada por el coronavirus es
“transitoria”, y que incluso le viene “como anillo al dedo” a su gobierno, con
el objeto de afianzar el propósito de la transformación que quiere concretar en
el país.
“Ayer usé por primera vez el
término crisis transitoria, esto no va a tardar y vamos a salir fortalecidos, y
vamos a salir fortalecidos porque no nos van a hacer cambiar en nuestro
propósito de acabar con la corrupción y que haya justicia en el país. Por eso
vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para
afianzar el propósito de la transformación”.
10
meses después, la crisis transitoria se ha convertido en el motivo de
justificación, para culpar a la pandemia de todos los males que aquejan al
país; aumento de la pobreza, reducción del Producto Interno Bruto, aumento en los
índices de mortalidad y polarización del país, entre otros. Pero el mayor de
los problemas es la necedad y deficiencias del propio gobernante en turno.
Efectivamente
el enemigo común que representa la corrupción, fue el motivo de lucha por el
cual millones de mexicanos votaron por un cambio radical, sin embargo en ese
cambio olvidaron la elección o designación de personas capaces, para enfrentar
los retos nacionales.
El
cambio era tan necesario como impostergable, la comodidad de la complicidad
llevaron al país al extremismo, que ahora se sabe, se encuentra militarizando
la seguridad pública y destruyendo las instituciones, todo justificado por la
corrupción. Lejos de enjuiciar a los culpables, la destrucción de las instituciones
se justifica. Así que si el paciente tiene cáncer en el brazo, se le corta. Si
el cáncer es en un ojo se le deja ciego. Salvar el brazo o el ojo para un
criterio obtuso, no es una alternativa.
Utilizando
el criterio extremista y respaldado por la aclamación popular (no siendo
instruida es manipulable). El presidente López tiene la razón al asegurar que
la pandemia le vino “como anillo al dedo”, puesto que de esta manera se pueden
ocultar las deficiencias y distraer la atención pública. Enfocando en su caso
la propaganda, entonando la frase repetitiva de que el gobierno hace lo
posible, pero la corrupción dejó al sector salud en ruinas.
La
propaganda tan vieja como la política misma, ofrece en la vacuna contra
Covid-19, una oportunidad de fortalecer la imagen favorable hacia el gobierno
en turno. Así que fieles al principio de la simplificación o enemigo único, es
la corrupción del anterior régimen, el culpable de la muerte de miles. Cuando
en los hechos, esas muertes se derivan de un mal manejo de la pandemia, en
donde el gobierno en turno fue blandengue en la aplicación de las medidas
sanitarias.
Debe
saberse que los estados de sitio se asumen en circunstancias extremas, con el
fin de combatir disidentes o en situaciones de guerras. La crisis provocada por
el coronavirus presenta una situación de emergencia extrema: no vencer al
virus, sino cuando menos romper la cadena de contagios. Sabemos que la
expansión del virus ocurre de manera geométrica, en donde uno infecta a varios
y cada uno de ellos a su vez a muchos. Así que la propaganda de culpar al viejo
régimen de la oleada de la muerte no funcionará, porque cada familia que
recuerde a un ser querido muerto, será un motivo para reprocharle al actual
gobierno su irresponsabilidad, su descaro o ineptitud.
Por lo
pronto mientras los números de la muerte no sean motivo de reproche, la vacuna
es un instrumento de propaganda.
¿O no lo cree usted?
Transcribo desde un laboratorio
de ratones 30 de enero de 2021
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