Fauna Política
¿Debe hacer el presidente su chamba?
Por Rodolfo
Herrera Charolet
Realizar una encuesta nacional para
contestar “Si” o “No” con un costo superior a 500 millones de pesos, es sin
duda un ejercicio democrático como método para recabar la opinión que sustituye
a la representación popular. Sin embargo, este ejercicio democrático también es
una forma de distraer la opinión pública en asuntos que no son medulares para
la solución de los grandes problemas nacionales. Someter a consulta, la
aplicación o no de la ley, es una forma de darle al pueblo “pan y circo” pero
no es un medio para solucionar sus carencias.
En primer lugar no sirve saber una
opinión en donde el resultado no podría tener mayor efecto que aplicar
simplemente la ley. Si los ex presidentes hicieron algo incorrecto y pueden ser
enjuiciados, simplemente debe aplicarse el mandamiento legal y no preguntarle a
los neófitos mexicanos si creen correcto hacerlo o no. Los presidentes de la
república únicamente pueden ser enjuiciados, durante su mandato, por traición a
la patria. Si ya no lo son, simplemente deben ser enjuiciados si cometieron en
su ejercicio un delito que sea sancionado. Pero si el enjuiciamiento, en su
caso, parte de ordenamientos legales creados después de haber cometido el
delito, no resulta aplicable en virtud de que la Constitución lo prohíbe. A
ninguna ley se le puede dar efecto retroactivo.
Así que mi pregunta persiste. ¿Para
qué preguntar lo que se debe aplicar por ley?
La respuesta sigue siendo la misma,
para distraer la atención pública y en su caso realizar simplemente un
linchamiento mediático.
La encuesta es utilizada por Morena
para conocer una opinión pero no para aplicar su posible resultado, al menos,
eso se observó a las encuestas para seleccionar candidatos en varias entidades,
distritos y municipios en las pasadas elecciones de 2021. En donde conociéndose
la encuesta se decidió el dedazo, por lo que, se designaron candidatos a modo y
ligados con la amistad o lazos familiares de los dirigentes, por encima de la
voluntad de sus militantes.
La propaganda que ahora se difunde
en torno a la consulta popular, no sólo es engañosa, es lamentablemente mentirosa.
No hay tal consulta para juzgar expresidentes, la SCJN ordenó la modificación a
la pregunta que se realizará para satisfacer al actual presidente de la
república y que por su parte él, respete las decisiones del poder judicial
especialmente en cuanto sus sueldo y prestaciones. Así que los expertos
juzgadores, en su rango de señoría colmaron el interés del Ejecutivo rehaciendo
la pregunta para convertirla en un enunciado intrascendente, confuso y
manipulable.
Si bien es cierto que el interés
del presidente de la república es realizar una amplia difusión del juicio
necesario a ex presidentes, también lo es, un linchamiento mediático a modo,
como una estrategia publicitaria que condené al pasado y de paso distraiga la
opinión pública de los asuntos medulares, cuestionables del actual gobierno.
Responsabilizar del desastre actual
a los anteriores, es un método para garantizar una posible mayoría en el referendo
presidencial a realizarse en el 2022.
La pregunta que se realizará no se
refiere a que si deben enjuiciar a los ex presidentes, sino a que si la
autoridad debe o no investigar los presuntos delitos. Como si deba preguntarse
al pueblo, si debe o no aplicarse la ley, cuando el gobernante está obligado a
ello. Así que la pregunta está dirigida a que “si la fiscalía debe investigar
presuntos delitos vinculados a decisiones políticas de años anteriores para
brindar justicia a las víctimas”. Así que dicha pregunta no es estrictamente
vinculante, pues en la hipótesis de que gane la negativa no se puede eximir de
sus responsabilidades al fiscal y si fuera positiva, tampoco.
La pregunta que se realizará
equivale a pensar en crear otra encuesta y preguntarles a los ciudadanos si
“¿el presidente debe hacer su chamba?”; la respuesta de la mayoría, por no
decir todos los encuestados, sería “Sí”. Entonces el resultado, tampoco
vinculante, se le informa al titular del ejecutivo; “Señor… dicen los mexicanos
que debe hacer su chamba”. ¿De qué sirve esto? De nada, porque la ley obliga a
los funcionarios públicos, desde el presidente de la república hasta el más
modesto de los empleados, a hacer su chamba.
¿O no lo cree usted?