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Simulación societaria: empresas fachada y triangulación financiera


Simulación societaria: empresas fachada y triangulación financiera

Las firmas detrás del traspaso millonario

Por: José Herrera
10 de julio de 2025

Para que un edificio cambie de dueño en México existen dos vías formales: la compraventa directa ante notario, inscrita en el Registro Público de la Propiedad; o la cesión de acciones de la empresa dueña, reflejada en el Registro Público del Comercio. En el caso del inmueble de Leibnitz 40, ni una ni otra ocurrió a cabalidad. No hay constancia de que Julia Abdalá haya vendido el edificio a los Weinberg. Tampoco hay rastro de que les haya cedido la empresa que lo poseía.

Y sin embargo, los 4.5 millones de dólares fueron depositados. El edificio fue ocupado por las empresas de los Weinberg. Y la empresa original —B White S Suite S de RL de CV— terminó en manos de sus familiares y socios. ¿Cómo se armó la operación? ¿Qué se buscaba ocultar?

La empresa B White S Suite

B White S Suite S de RL de CV fue constituida en 2007, el mismo año en que adquirió el inmueble de Leibnitz 40 por 6.5 millones de pesos. Según consta en el folio real del inmueble, la empresa fue titular del edificio al menos hasta diciembre de 2020.

En esos años, Julia Abdalá figuraba como socia mayoritaria. A través de esa empresa, registró también la marca Lumina Luxury Suites, bajo la cual el edificio operó supuestamente como hotel boutique. Sin embargo, entre 2012 y 2020 no se reportan ingresos, reservas ni actividad fiscal visible que indique operación comercial regular.

En 2021, la empresa vendió el edificio por solo 12.7 millones de pesos a I3 Bienes Raíces SAPI de CV, pero para entonces, Abdalá ya no figuraba como accionista.

Cesión invisible de acciones

Tras las revelaciones sobre los depósitos de los Weinberg, Abdalá sostuvo que no vendió el edificio, sino las acciones de B White. Aseguró que la operación de “cesión a título oneroso” no se inscribe en el Registro Público de la Propiedad porque no implica un traspaso directo del bien inmueble.

Pero aquí hay un vacío documentado: no existe constancia en el Registro Público del Comercio de que Abdalá haya cedido sus acciones. Tampoco aparece un contrato, aviso o acta protocolizada en la que se formalice dicha operación. Y en los archivos mercantiles de B White no hay un solo registro de modificación accionaria entre 2012 y 2020.

Lo que sí consta es que, al momento de vender el edificio en 2021, los nuevos socios eran:

  • Sylvia Pinto Mazal, esposa de Samuel Weinberg.

  • W3 Solutions, empresa cuyos socios son Samuel y Alexis Weinberg.

La ausencia de actas de cesión sugiere un posible caso de simulación societaria: una venta encubierta de acciones que no fue documentada para evitar trazabilidad legal y fiscal.

La red de empresas satélite

El flujo financiero del caso no se limitó a B White S Suite. A continuación, el esquema de empresas implicadas en el entramado:

🧩 Estructura de triangulación:

Empresa Rol Relación
B White S Suite S de RL de CV Tenedora del inmueble Fundada y operada por Julia Abdalá
Roybell International Inc Cuenta receptora Offshore vinculada a Abdalá
Nunvav Inc Emisora de transferencias Empresa fachada usada por García Luna
W3 Solutions Socio de B White Propiedad de Weinberg padre e hijo
I3 Bienes Raíces SAPI de CV Compradora final del inmueble Vinculada a familia Arellano Hernández
Digilogics Firma de Abdalá Intermediaria en respuestas oficiales

Flujo financiero estimado (USD):

  1. Nunvav Inc (Barbados)

  2. Roybell International Inc / Julia Abdalá

  3. Supuesta cesión de B White S Suite (sin registro)

  4. B White vende edificio a I3 Bienes Raíces

  5. I3 ligada a familia señalada por UIF en red de lavado

Origen del dinero: contratos públicos y desvío

Según la denuncia presentada en 2021 por el gobierno mexicano ante una corte en Florida, Nunvav Inc y Nunvav Technologies Inc fueron utilizadas por García Luna y los Weinberg para desviar más de 630 millones de dólares del presupuesto federal entre 2009 y 2018. Estos recursos provenían de contratos con el CISEN, la Policía Federal y el sistema penitenciario federal.

La empresa Nunvav Inc enviaba recursos desde el extranjero a cuentas de operadores y prestanombres. Una parte de ese dinero —según la UIF— terminó en las cuentas de Julia Abdalá y sus empresas, lo que hoy sigue sin una explicación fiscal convincente.

¿Delito o “vacío legal”?

La ley mexicana no exige que las cesiones de acciones sean registradas públicamente, lo que ha permitido durante años ocultar operaciones millonarias, transferencias de control y triangulación patrimonial sin dejar huella oficial. Pero cuando estos movimientos coinciden con uso de empresas fachada, depósitos desde paraísos fiscales y vínculos con redes de corrupción, el carácter ilícito o fraudulento se vuelve inevitablemente sospechoso.

La falta de registro de la cesión de acciones de Abdalá a los Weinberg no es solo un tecnicismo: es un mecanismo deliberado para ocultar una transferencia de activos que involucra recursos públicos desviados.

Conclusión parcial

El caso Julia Abdalá–Weinberg revela una ingeniería corporativa que elude los controles públicos, se apoya en registros deliberadamente omitidos y permite transferir millones sin obligación de rendir cuentas. Lejos de tratarse de una compraventa convencional, la operación Leibnitz 40 es una muestra de cómo las estructuras societarias en México pueden ser utilizadas para encubrir actos de corrupción de alto nivel.

En la cuarta entrega: el edificio fue vendido, el dinero se entregó, los vínculos son públicos... ¿por qué no hay consecuencias? Del caso Abdalá al pacto del silencio político-judicial en torno a Bartlett, García Luna y los Weinberg.

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