02 de noviembre de 2025 | Redacción EPrensa:
Festival de la Luz y la Vida en ChignahuapanEn el encantador pueblo de Chignahuapan, la edición 29 del Festival de la Luz y la Vida se desplegó como un tapiz luminoso de tradiciones ancestrales, atrayendo a miles de almas en busca de conexión espiritual durante el Día de Muertos.
Bajo el manto estrellado de la Sierra Norte, la laguna principal se convirtió en el epicentro de una celebración que fusiona el misticismo prehispánico con la devoción contemporánea, donde participantes de todas las edades recorrieron la Calzada de las Almas en una caminata solemne iluminada por velas y antorchas, evocando los nueve pasos míticos hacia el Mictlán.
Esta procesión no solo honra a los difuntos con un ritual de luz y fuego, sino que teje un puente entre generaciones, recordando cómo las costumbres locales, arraigadas en la fertilidad de la tierra y el ciclo eterno de la vida, transforman la noche en un escenario de esperanza y memoria colectiva, atrayendo a turistas nacionales e internacionales que se sumergen en la calidez de una comunidad unida por el respeto a lo intangible. ***
La inauguración contó con la presencia de líderes locales y estatales, quienes resaltaron el compromiso con el progreso armónico de la región, mientras la Ofrenda de las Mil Luces, obra colectiva de estudiantes del CECyTE, erigió una pirámide flotante que simboliza la intersección entre la cruz y el legado indígena, coronada por danzas ancestrales y espectáculos pirotécnicos que iluminaron el cielo con explosiones de color y sonido.
Esta ofrenda monumental, con su estructura híbrida que abraza la vida y la muerte en igual medida, no solo embellece el paisaje lacustre, sino que fomenta el diálogo cultural entre el pasado y el presente, impulsando el turismo como motor de desarrollo sostenible y fortaleciendo los lazos comunitarios en un festival que trasciende lo festivo para convertirse en un acto de preservación identitaria.
Los asistentes, desde familias poblanas hasta visitantes foráneos como una turista venezolana que describió la experiencia como un abrazo emotivo a los antepasados, vivieron momentos de introspección y alegría compartida, reafirmando que en Chignahuapan, la luz no solo guía a los vivos, sino que ilumina el camino de los que partieron, prometiendo un futuro de prosperidad y paz para esta joya serrana. ***
Bajo el manto estrellado de la Sierra Norte, la laguna principal se convirtió en el epicentro de una celebración que fusiona el misticismo prehispánico con la devoción contemporánea, donde participantes de todas las edades recorrieron la Calzada de las Almas en una caminata solemne iluminada por velas y antorchas, evocando los nueve pasos míticos hacia el Mictlán.
Esta procesión no solo honra a los difuntos con un ritual de luz y fuego, sino que teje un puente entre generaciones, recordando cómo las costumbres locales, arraigadas en la fertilidad de la tierra y el ciclo eterno de la vida, transforman la noche en un escenario de esperanza y memoria colectiva, atrayendo a turistas nacionales e internacionales que se sumergen en la calidez de una comunidad unida por el respeto a lo intangible. ***
La inauguración contó con la presencia de líderes locales y estatales, quienes resaltaron el compromiso con el progreso armónico de la región, mientras la Ofrenda de las Mil Luces, obra colectiva de estudiantes del CECyTE, erigió una pirámide flotante que simboliza la intersección entre la cruz y el legado indígena, coronada por danzas ancestrales y espectáculos pirotécnicos que iluminaron el cielo con explosiones de color y sonido.
Esta ofrenda monumental, con su estructura híbrida que abraza la vida y la muerte en igual medida, no solo embellece el paisaje lacustre, sino que fomenta el diálogo cultural entre el pasado y el presente, impulsando el turismo como motor de desarrollo sostenible y fortaleciendo los lazos comunitarios en un festival que trasciende lo festivo para convertirse en un acto de preservación identitaria.
Los asistentes, desde familias poblanas hasta visitantes foráneos como una turista venezolana que describió la experiencia como un abrazo emotivo a los antepasados, vivieron momentos de introspección y alegría compartida, reafirmando que en Chignahuapan, la luz no solo guía a los vivos, sino que ilumina el camino de los que partieron, prometiendo un futuro de prosperidad y paz para esta joya serrana. ***


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