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Despiden a funcionaria por presunta corrupción en Puebla

 El conflicto en la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a VĆ­ctimas (CEEAVI) de Puebla se hizo pĆŗblico a finales de noviembre de 2025, cuando la exasesora jurĆ­dica Carolina Botello Baltazar denunció haber sido vĆ­ctima de presiones sistemĆ”ticas para entregar “moches” y prĆ©stamos económicos forzados a cambio de mantener su empleo. La abogada relató que las exigencias comenzaron desde su primer mes de trabajo, argumentando que se le habĆ­a pagado una quincena completa pese a incorporarse a mitad de periodo, y que posteriormente le solicitaron cuotas fijas de 2 mil pesos mensuales. 

Estas revelaciones, inicialmente expuestas en una entrevista periodĆ­stica y luego ratificadas directamente, abrieron una crisis interna que cuestiona los mecanismos de integridad en una institución creada precisamente para proteger a vĆ­ctimas de delitos y de violaciones a derechos humanos. 

Lorena Medel GarcĆ­a ocupaba la Dirección de AsesorĆ­a JurĆ­dica de la CEEAVI desde el inicio de la actual administración estatal. Su cargo le otorgaba autoridad directa sobre el personal jurĆ­dico y la supervisión de los procesos de atención a vĆ­ctimas. SegĆŗn el testimonio de Botello Baltazar, Medel GarcĆ­a no solo solicitaba dinero en efectivo de manera recurrente, sino que tambiĆ©n gestionaba prĆ©stamos personales a los subordinados, creando un ambiente de coerción económica. 
AdemÔs, la exasesora señaló que la directora monitoreaba su actividad personal en la plataforma OnlyFans y utilizaba esa información como herramienta de intimidación, lo que añade una dimensión de hostigamiento laboral y violación a la privacidad.
El proceso de presión se intensificó con el tiempo. Carolina Botello reportó las irregularidades directamente a la comisionada ejecutiva Liz Gallegos; sin embargo, una semana despuĆ©s fue citada el 24 de noviembre de 2025 mediante WhatsApp para presentar su renuncia voluntaria. Al negarse, recibió mensajes que incluĆ­an amenazas veladas sobre su futuro laboral en cualquier institución gubernamental. 
Ese mismo dĆ­a fue separada del cargo bajo el argumento oficial de “pĆ©rdida de confianza”. La extrabajadora conserva capturas de pantalla, transferencias bancarias y mensajes que sustentan su versión, y anunció que presentarĆ” tanto una demanda laboral como una denuncia penal por extorsión, coacción y posible desvĆ­o de recursos. 
Tras la difusión masiva de las acusaciones, la Comisión Ejecutiva emitió un comunicado el 2 de diciembre de 2025 en el que informó que Lorena Medel GarcĆ­a habĆ­a dejado de laborar “desde la semana pasada”, alineando su separación con los principios de “Cero Tolerancia a la Corrupción”. La institución subrayó que la decisión se tomó de manera inmediata una vez que las publicaciones y seƱalamientos se hicieron pĆŗblicos, buscando proyectar una reacción rĆ”pida y contundente. 
No obstante, la coincidencia temporal genera interrogantes, pues tanto el despido de Carolina Botello como la supuesta salida de Medel GarcĆ­a se ubican en la misma semana, lo que sugiere que la medida pudo haberse adoptado como respuesta reactiva a la presión mediĆ”tica mĆ”s que como resultado de una investigación interna previa. 
Las fechas plantean dudas significativas sobre el momento real del cese. Mientras la CEEAVI afirma que Medel GarcĆ­a fue separada “la semana pasada” —es decir, entre el 24 y el 30 de noviembre—, no presenta documentación que precise el dĆ­a exacto ni el acto administrativo correspondiente. Por su parte, Carolina Botello fue notificada de su despido el 24 de noviembre, mismo periodo en que, segĆŗn la versión oficial, tambiĆ©n salió la directora seƱalada. 
Esta simultaneidad alimenta la percepción de que la institución pudo haber actuado Ćŗnicamente despuĆ©s de que el caso se volvió pĆŗblico, en lugar de haber detectado y sanc51ionado las conductas con antelación, pese a que la denuncia interna se habĆ­a presentado dĆ­as antes ante la comisionada Liz Gallegos.  
El escĆ”ndalo golpea directamente la credibilidad de la CEEAVI, un organismo creado para garantizar reparación del daƱo y acompaƱamiento a vĆ­ctimas de violencia, secuestro, feminicidio y otros delitos graves. La revelación de presuntas prĆ”cticas de extorsión interna contradice flagrantemente su misión institucional y abre la puerta a una revisión amplia de los procesos de contratación, supervisión y manejo de personal. 
Organizaciones de la sociedad civil que trabajan con víctimas han exigido una auditoría externa completa y la intervención de la Secretaría de la Función Pública estatal para determinar si los recursos destinados a la atención de víctimas fueron desviados o condicionados a estas prÔcticas ilegales.
Carolina Botello Baltazar ya interpuso una demanda laboral ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje y prepara una denuncia penal por los delitos de extorsión, abuso de autoridad y lo que corresponda. AdemĆ”s, solicitó medidas cautelares para proteger su integridad y su historial profesional. 
El caso se encuentra en etapa de integración de pruebas, entre las que destacan transferencias electrónicas, conversaciones de WhatsApp y testimonios de otros exempleados que, segĆŗn la denunciante, vivieron situaciones similares. El desarrollo de estas investigaciones determinarĆ” si el caso queda circunscrito a un conflicto laboral o si deriva en responsabilidades penales de mayor alcance dentro de la Comisión.  
Redacción

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