Memorable Borrachera

Fauna Política

Una memorable borrachera

José Rodolfo Herrera Charolet

"La mediocridad puede hablar, pero sólo al genio le es dado observar". Disraeli

A diferencia de los funcionarios borrachitos que son motivo de nota roja en los periódicos alarmistas, en donde algunos de los requisitos es llevar preservativos o el “pomo”, cuando algún enamorado despechado o que no le tocó “compañera” filtra las fotografías de un reventón realizado en un camposanto, hubo otros (también altos dignatarios) que ya milenios llevan haciendo historia. Mientras los primeros son motivo de la comidilla política y la sorna popular, estos, son motivo de orgullo de propios y extraños. Esta es la historia.

En el corazón de la milenaria Cholollan, se encuentran congregados en torno a un ritual ancestral, mas de una veintena de dignatarios cholultecas, entre ellos algunas mujeres de avanzada edad. Estos singulares personajes se encuentran ocupados en el nada inocente entretenimiento de rendir culto al pulque, ingiriéndolo en grandes cantidades y sin mayor recato que ser fieles a la tradición, porque es bebida sagrada y con ella se logran las sensaciones paradisíacas y se logra el contacto con los dioses.

Los protagonistas sentados en diversas posiciones, ingieren el aguamiel fermentado,  extraído del maguey mediante un acocote, distribuidos a lo largo de una banca de la que cuelga un tapiz. El singular ornamento está formado con motivos alternados, rombos en líneas concéntricas, flores de cuatro pétalos y otros circulares con una atadura central semejante a los broches de los Tezcacuitlapilli, todos de variados colores, predominando el rojo, ocre, negro y azul maya.

En el recinto pintado en dos tonos de rojo, resaltan los dignatarios cholultecas de piel ocre y blanco, sus cuerpos casi desnudos y tan solos ataviados con maxtlates y complicados tocados de tela que llevan sobre la cabeza, cuyas puntadas, caen elegantemente sobre sus hombres. Algunos asiduos bebedores llevan sobre la cintura fajas de color azul, collares y orejeras circulares verdes o azules. Pareciera que llevan máscaras en forma de cabezas de animales. Pero los centzontotochtin son en verdad los numerosos conejos o borrachos, abundantes dioses del pulque, porque los ebrios lloran, otros vocean, algunos riñen o aporrean. Así se dice que cada beodo tiene su particular conejo. Aún cuando centzontotochtin significa literalmente 400 conejos, en el mural de los bebedores en cholulteca solo parecen escasamente una veintena de personajes.

Algunos de los conejos representados corresponden a la lista de Sahagun; Acolhoa, Chimapantécatl, Colhoatzíncalt, Izquitécatl, Ometochtli, Pantécatl, Papáztac, Tepoxtécatl, Texcatzoncatl, Tlaltecayohua, Tlamatzincatl, Tlihjoa, Toltécatl y Yiauhtécatl.

El mural corresponde a un tablero del clásico teotihuacano del siglo II o III de la era cristiana, se encuentra en el corazón mismo del machihualtépetl o tlachihualtépetl. Representa una ceremonia religiosa. Decorado al fresco del cual existe al menos un fragmento de 56 metros y 27 centímetros de largo, con una altura original que fue de 2 metros 50 centímetros, diseñado en tres fajas horizontales, dos de ellas con una cenefa enmarcando la central, la cual ejemplifica el ritual de beber el pulque.

Algunos de los participantes de sexo femenino se distinguen por sus arrugas en la cara y pecho saliente, así como la forma de sentarse. Según Sahagún a las mujeres viejas se les permitía concurrir a la ceremonia de la embriaguez.

Siglos después ningún historiador, cronista o antropólogo había reparado en el análisis de un utensilio que se utiliza en la ceremonia y que corresponde a un recipiente que sostiene uno de los sirvientes. Se trata de un depósito que da la impresión de que fuera de vidrio transparente. El brazo derecho del paje representa el efecto mismo de la refracción de la luz, fenómeno no registrado en otras pinturas prehispánicas. Así mismo este tipo de utensilios o sus restos, por ahora, tampoco se han encontrado entre las ruinas cholultecas.

No obstante que la embriaguez crea fama, en algunos casos con testimonios para la posteridad, creo que hay mejores formas de lograrla, esperando que no sea en la nota roja.

¿O no lo cree usted?