Alfonso Ponce de León - Porqué los Muertos Corren Rápido
Las principales investigaciones tras el hallazgo de los cadáveres de los empresarios Alejandro Calderón Pérez, de 20 años de edad, e Ibis Pedro Jiménez Ávila, de 19, secuestrados en Huajuapan de León, Oaxaca, el pasado 21 de mayo y ejecutados en la zona conocida como “La Falla Geológica” o La Fragua, ubicada a 270 metros de la carretera Cuecnopanal-Oaxaca, en el tramo de Tehuacán, con armas R15 y AK-47, además de “rematados” con .9 milímetros se centran en este mismo distrito judicial.
Y es que para los investigadores es muy difícil, casi imposible, que un grupo armado llegara procedente de Oaxaca, con dos hombres amordazados y con el rostro cubierto, además portando rifles de asalto y cruzara la caseta y los retenes militares sin que fueran descubiertos.
Por lo mismo la ciudad tehuacanera tiene como principales huéspedes a investigadores de grupos especiales tanto de la Procuraduría General de Justicia de Puebla como la de Oaxaca, que intentan buscar la casa de seguridad donde pudieran haber estado ocultos los dos empresarios mientras duraran las negociaciones entre sus familias con los secuestradores.
No sería la primera vez que en Tehuacán operen las mafias de secuestradores, un sin fin de denuncias y quejas de empresarios, comerciantes y empleados que han sido víctimas de llamadas amenazantes o chantajes, así lo indican, además de al menos dos secuestros que no fueron denunciados y donde incluso una de las víctimas tuvo que pagar la cantidad de 3 millones de pesos para que lo dejaran libre.
Tampoco se descarta que una vez que los secuestradores asesinaran a sus víctimas, tras fallar las negociaciones, éstos hayan escapado o colocado su centro de operaciones en otro sector, lejos de la región de Tehuacán.
En Oaxaca secuestran a otro empresario
Pero mientras se confirma o se descarta que los plagiarios y ejecutores de dos empresarios oriundos de Huajuapan de León pudieron haber operado desde la ciudad de Tehuacán, otro secuestro de un empresario preocupa a los vecinos del estado de Oaxaca.
Ahora se trata del secuestro de Luis Alberto Méndez Méndez, a quien la tarde del viernes sacaron por la fuerza de su negocio de venta de teléfonos celulares, que se ubica en calle Mier y Terán, cerca del periférico, como lo destacan en sus páginas principales diarios oaxaqueños.
Los secuestradores fueron ocho, se movilizaban en una Suburban blanca, todos portaban rifles de asalto, entraron al negocio y sacaron a su propietario a la fuerza, luego lo obligaron a abordar la camioneta y escaparon con dirección al parque Amor.
Justo cuando fue el secuestro las corporaciones policiacas oaxaqueñas realizaban un operativo en negocios de “giros negros”; tras enterarse del plagio organizaron una inmediata búsqueda pero fracasaron, lo que no se dijo es si la familia de la víctima de plagio ya recibió comunicación por parte de sus plagiarios.
Le comento de este segundo secuestro porque a decir de los que conocieron del “levantón” de los empresarios de Huajuapan, se trató del mismo modus operandi, aunque esto no quiere decir que al empresario lo traigan a territorio poblano, sólo le comento de la coincidencia en el modo de operar de los secuestradores.
Tal vez se trata de un patrón que todos sigan.
Nos vemos cuando nos veamos.
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