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Inseguridad sin freno en la IzĂșcar

Inseguridad sin freno en la IzĂșcar de Eliseo Morales: crece 6% la incidencia en un mes y reina el silencio oficial

Por José Herrera | 10 de julio de 2025

La inseguridad en IzĂșcar de Matamoros se ha vuelto una constante que ya ni la presencia de la Marina logra contener. De mayo a junio de este año, la incidencia delictiva en este municipio del sur poblano se incrementĂł un 6.1 por ciento, segĂșn datos de la FiscalĂ­a General del Estado de Puebla. El alcalde Eliseo Morales guarda silencio. No hay datos oficiales sobre el estado de fuerza de la policĂ­a municipal, y las calles siguen sin cĂĄmaras de videovigilancia.

La situaciĂłn es crĂ­tica. Tan solo entre abril y mayo, el alza fue de 9.3%, y pese al refuerzo de seguridad federal en la zona, los delitos siguen al alza. IzĂșcar, con menos de 100 mil habitantes, enfrenta niveles de violencia urbana mĂĄs cercanos a los de una capital que a los de un municipio rural.

Una estadĂ­stica que refleja abandono

El informe mensual de la FiscalĂ­a documenta un repunte en delitos de alto impacto:

  • Robo de motocicletas, que se ha vuelto casi cotidiano y que ha saturado las redes sociales con denuncias y llamados de ayuda.

  • Robo con violencia a negocios, particularmente tiendas de conveniencia, farmacias y papelerĂ­as, cuyas propias cĂĄmaras han sido las Ășnicas testigos de los atracos.

  • Narcomenudeo, amenazas y desapariciĂłn de personas, que se incrementan sin que existan mecanismos de prevenciĂłn o reacciĂłn por parte del gobierno local.

A pesar de esta realidad, IzĂșcar no cuenta con un sistema municipal de videovigilancia, lo que ha obligado a los propios comerciantes a instalar cĂĄmaras privadas para proteger sus negocios. Sin embargo, ante la ausencia de un sistema de respuesta efectiva, las grabaciones suelen quedar archivadas en la frustraciĂłn.

El misterio de la policĂ­a municipal

Uno de los aspectos mĂĄs alarmantes es la opacidad con la que el edil Eliseo Morales maneja el tema de la seguridad. Cada vez que se le pregunta cuĂĄntos elementos policiales tiene IzĂșcar, evita responder y esgrime que "por seguridad no se puede revelar el dato". Sin embargo, fuentes al interior del ayuntamiento han señalado que la corporaciĂłn local opera con menos de 80 efectivos activos, para una poblaciĂłn que, segĂșn el Ășltimo censo del INEGI, supera los 95 mil habitantes.

Una comunidad sitiada, sin estrategia clara

Ni el refuerzo federal ni los silencios municipales han contenido la ola de inseguridad. La Marina patrulla, pero no previene. La policía municipal, sin recursos ni transparencia, es percibida mås como una presencia simbólica que como una fuerza efectiva. Mientras tanto, las denuncias por robo se acumulan y las víctimas enfrentan un doble castigo: la impunidad y el desinterés institucional.

El problema no es nuevo, pero se agrava ante la falta de voluntad polĂ­tica. Morales ha optado por el hermetismo y la evasiĂłn. Y aunque en sus discursos habla de "coordinaciĂłn interinstitucional", los hechos revelan una gestiĂłn reactiva, sin planes de prevenciĂłn, sin cifras abiertas, sin diĂĄlogo con la ciudadanĂ­a.

La normalizaciĂłn del miedo

En las colonias populares y las comunidades perifĂ©ricas de IzĂșcar, ya no se pregunta si habrĂĄ un asalto, sino cuĂĄndo ocurrirĂĄ. Comerciantes han modificado horarios, motociclistas usan rutas alternas, y los vecinos han comenzado a organizarse en grupos de vigilancia vecinal, sin respaldo oficial.

La inseguridad, en IzĂșcar de Matamoros, no es solo una cifra: es una sensaciĂłn diaria de vulnerabilidad. Y mientras el gobierno municipal calla, la realidad sigue hablando en cada moto robada, en cada tienda saqueada, en cada mensaje de auxilio en redes sociales.

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