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Media tonelada por bache: Israel Pacheco y el arte del asfalto expansivo

Media tonelada por bache: Israel Pacheco y el arte del asfalto expansivo

Por José Herrera y doña Asfáltica
11 de julio de 2025


En Puebla los baches no se tapan, se sepultan. Al menos eso parecería si tomamos los números que dio el coordinador estatal del Programa de Mantenimiento Permanente, Israel Pacheco Velázquez, quien reveló esta mañana que el gobierno del estado ha utilizado más de media tonelada de mezcla asfáltica por bache. Sí, leyó bien: 555 kilos por cada hoyo en el pavimento.

Según explicó el funcionario, desde que inició el Programa Emergente de Bacheo el pasado 5 de junio, se han tapado 5 mil 617 baches con 3 mil 120.50 toneladas de mezcla asfáltica caliente y fría, lo que nos deja un promedio de 555.46 kilos por bache, como si cada hoyo tuviera fondo minero.

Para ponerlo en perspectiva: eso equivale a 10 bultos de cemento de 50 kilos o, si lo quiere ver con más dramatismo, a 20 bultos de asfalto en frío, como los que compró la diputada Laura Artemisa García Chávez en su cruzada personal por Amalucan.

¿Baches con sótano o con cochera?

Con estos números, la imaginación vuela. ¿Será que los baches de Puebla son más hondos de lo que parecen? ¿O será que los camiones descargan con el entusiasmo de quien no tiene que cargar el costal?

Israel Pacheco, con la seguridad que da tener “otros datos”, detalló que la ciudad ha sido dividida en cuatro cuadrantes, y que ya se taparon más de mil baches por zona. Aunque de paso aclaró, con un guiño institucional, que el mantenimiento vial es competencia del municipio. Uno tapa, pero que quede claro: el bache no era mío.

El “Bachetón” y sus proporciones épicas

Actualmente, trabajan once cuadrillas (tres nocturnas y ocho matutinas), pero se espera que pronto sean veinte. Cada una con seis elementos, listos para entrarle a los cráteres urbanos de calles como la 24 Sur, Carril de La Rosa, Circunvalación y hasta La Gran Avenida.

Y mientras tanto, algunos baches tapados por la diputada Laura Artemisa la semana pasada en Amalucan ya están creciendo de nuevo, como si hubieran sido regados con fertilizante en lugar de asfalto. Por eso, quizás la fórmula de Israel —abundante y sin escatimar— tenga algo de razón: tapar baches como quien entierra un tesoro.

Conclusión: no es que exageren... es que los baches lo piden

Quizá no se trate de derroche, sino de visión de largo plazo. Israel Pacheco no tapa baches: los blinda. Y en una ciudad donde el asfalto se agrieta con la primera lluvia o con el paso de un carrito de paletas, tal vez no esté tan errado en aplicar la técnica del “relleno abundante”.

Después de todo, un bache que no vuelve es un bache bien sepultado.

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