¿Te están cobrando una deuda? Esto dice Profeco sobre tus derechos como consumidor
Los despachos de cobranza tienen límites legales; conoce qué pueden y qué no pueden hacer
En México, muchas personas enfrentan dificultades económicas que las llevan a retrasarse en el pago de créditos bancarios, tarjetas departamentales o financiamientos. Ante esta situación, es común que los bancos y otras entidades financieras recurran a despachos de cobranza, empresas que se encargan de contactar a los deudores para negociar el pago. Sin embargo, aunque estas firmas actúan como intermediarias, no tienen libertad total para hostigar ni amenazar: están reguladas por la ley y deben respetar los derechos de los consumidores.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha reiterado que los despachos de cobranza están obligados a cumplir una serie de reglas estrictas. Su función debe centrarse en ofrecer alternativas de pago, no en intimidar. Por ello, si estás atravesando un proceso de cobranza, es importante que sepas qué sí pueden hacer, y qué está absolutamente prohibido.
📌 ¿Qué sí pueden hacer los despachos de cobranza?
Según Profeco, estas empresas deben seguir ciertos lineamientos básicos al momento de contactar a un deudor:
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Deben acreditar la existencia del adeudo. No basta con una llamada o un mensaje; tienen que mostrar evidencia clara de que existe una deuda pendiente.
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Identificarse correctamente. Cada vez que hagan contacto contigo, están obligados a mencionar:
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El nombre completo del despacho que representa,
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La empresa o institución financiera que los contrató,
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El nombre de la persona que está haciendo la gestión,
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Y el motivo del contacto.
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Respetar los horarios establecidos. Solo pueden comunicarse de lunes a viernes entre las 7:00 y las 22:00 horas. Cualquier llamada fuera de este horario está prohibida.
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Informar con claridad el monto adeudado. Deben especificar:
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Capital (cantidad original del préstamo),
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Intereses moratorios,
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Comisiones,
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Cargos adicionales,
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Fecha del cálculo del monto total.
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Emitir carta de no adeudo. Si llegas a pagar la deuda o llegas a un acuerdo, tienes derecho a recibir un documento que acredite que ya no tienes ninguna obligación pendiente. También puedes exigir la actualización de tu historial en el buró de crédito.
❌ ¿Qué NO pueden hacer los despachos de cobranza?
Así como hay derechos, también hay límites claros para estas empresas. Si alguna de las siguientes situaciones ocurre, están violando la ley:
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No pueden comunicarse con personas ajenas al crédito. Esto incluye a menores de edad, personas adultas mayores o con discapacidad, a menos que sean los responsables legales del adeudo.
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No pueden molestar a tu familia, amigos o compañeros de trabajo. Tampoco deben presentarse en tu domicilio laboral o personal si no ha sido proporcionado por ti como contacto.
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Está prohibido el uso de lenguaje ofensivo, amenazas o intimidaciones. Esto incluye frases violentas, gritos, insultos o presión psicológica.
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No pueden hacerse pasar por autoridades. Si mandan documentos que aparenten ser notificaciones judiciales o amenazan con órdenes de arresto o embargos sin un proceso legal, están cometiendo una falta grave.
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No pueden colocar carteles en tu domicilio ni exponer públicamente tu deuda. Esto incluye exhibirte en redes sociales, portales web, medios impresos o cualquier forma de "burla pública".
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No están autorizados a recibir pagos directamente. Todo pago debe realizarse a través de la institución financiera que otorgó el crédito, no a nombre del despacho ni de sus empleados.
🛡️ ¿Qué hacer si eres víctima de acoso o prácticas indebidas?
Si un despacho de cobranza incurre en cualquiera de estas prácticas, tienes derecho a denunciarlo. Profeco pone a disposición distintos canales de atención para presentar tu queja o recibir asesoría:
📞 Teléfonos del Consumidor:
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Ciudad de México: 55 5568 8722
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Resto del país: 800 468 8722
📧 Correos electrónicos de atención:
🌐 También puedes contactar a Profeco a través de sus redes sociales oficiales o en las oficinas locales de atención.
Recuerda: tener deudas no te convierte en una persona sin derechos. Nadie puede acosarte, amenazarte ni humillarte por ello. La ley protege tu integridad y privacidad. Infórmate, actúa y defiende tus derechos.
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