Tipos del poder: El burócrata eterno
Por Carlos Charis
Julio 2025
El burócrata eterno no nació: fue archivado. Es una criatura del sistema, moldeada por los sellos, los oficios en triplicado y las tazas de café frío. Lleva tanto tiempo en la oficina que ya no se sabe si es parte de la plantilla o del mobiliario. No tiene ambiciones políticas ni sueños revolucionarios. Su misión es sobrevivir al sexenio, al trienio y a los nuevos jefes con sus ridículos lemas.
Lo ves llegar temprano, pero nunca apurado. Siempre con cara de que algo sabe y nadie entiende. Es el que te avisa que falta una firma, que ese trámite va para “el área correspondiente” (que en realidad es él mismo), y que todo se va a resolver… algún día.
El burócrata eterno no pone obstáculos: los esculpe con paciencia. Ha visto pasar partidos, gobiernos, promesas, y sabe que lo único permanente es la papelería y la simulación.
Sabe exactamente cuánto esfuerzo es necesario para no hacer nada sin que se note, y lo ejecuta con arte zen. No tiene ideología, pero sí horario fijo. No tiene poder formal, pero puede hacerte la vida imposible.
Y cuando todo se incendia allá afuera —protestas, medios, renuncias— él sigue sentado, con su credencial al cuello y su computadora con Windows 7.
El burócrata eterno es la garantía de que, pase lo que pase, nada va a cambiar demasiado.
0 Comentarios