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Defensa de las Declaraciones de Armenta desde la Perspectiva de Russell y Lagarde

 


Defensa de las Declaraciones de Armenta desde la Perspectiva de Russell y Lagarde

Un Enfoque de Autocuidado en el Contexto del Feminicidio

Rodolfo Herrera Charolet

Puebla, Pue., 6 de septiembre de 2025

Las declaraciones del gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, pronunciadas el 2 de septiembre de 2025, han desatado un intenso debate tras ser criticadas por el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

En su conferencia de prensa, Armenta afirmó: “Hay que cuidar con quién convivimos, hay que cuidar de quién nos hacemos pareja. Hay que cuidar a quién tenemos en casa. Hay que cuidar las amistades que nos hacemos. Hay que cuidar cuánto alcohol ingerimos en una fiesta para evitar una acción de esta naturaleza”.

Aunque estas palabras fueron señaladas por revictimizantes, un análisis desde las perspectivas de Diana Russell y Marcela Lagarde, quienes han moldeado el concepto de feminicidio, permite argumentar que promover el autocuidado entre las mujeres, como sugiere Armenta, puede ser una medida complementaria y válida en la lucha contra la violencia de género, sin eximir la responsabilidad estructural del Estado ni de los agresores.

La Visión de Diana Russell: Contexto Estructural y Prevención Individual

Diana Russell, quien acuñó el término “feminicidio” en 1976, lo definió como “el asesinato de mujeres por hombres porque son mujeres”, enfatizando que estos crímenes son producto de una estructura patriarcal que normaliza la violencia de género. Russell abogó por un enfoque multidimensional para combatir el feminicidio, que incluye no solo sanciones a los agresores y políticas estatales, sino también estrategias de empoderamiento y prevención para las mujeres. Desde esta óptica, las declaraciones de Armenta pueden interpretarse como un llamado al autocuidado dentro de un entorno donde la violencia es una realidad estructural.

Russell argumentaba que, en un sistema patriarcal, las mujeres enfrentan riesgos específicos debido a su género, especialmente en espacios privados y sociales donde las relaciones interpersonales pueden volverse peligrosas. En este sentido, cuidar “con quién convivimos” o “cuánto alcohol ingerimos” no implica culpar a las mujeres, sino reconocer que, mientras el sistema no garantice seguridad plena, las mujeres deben adoptar medidas de autoprotección. Por ejemplo, Russell señalaba que la educación sobre los riesgos de ciertas dinámicas sociales (como relaciones abusivas o entornos inseguros) es una herramienta de supervivencia en contextos donde el Estado falla en prevenir la violencia.

Las palabras de Armenta, aunque fueron malinterpretadas, podrían alinearse con esta idea al sugerir que las mujeres evalúen su entorno para reducir riesgos, sin que esto signifique que son responsables de las agresiones.

Marcela Lagarde: El Feminicidio y la Responsabilidad Compartida

Marcela Lagarde, antropóloga mexicana que adaptó el concepto de feminicidio al contexto latinoamericano, subraya que este fenómeno es el resultado de la impunidad, la desigualdad de género y la inacción estatal. Sin embargo, Lagarde también destaca la importancia del empoderamiento femenino y la construcción de redes de apoyo comunitarias para prevenir la violencia. En su obra, enfatiza que las mujeres deben desarrollar herramientas de agencia personal, como la toma de decisiones informadas y el fortalecimiento de su autonomía, para navegar en un entorno estructuralmente hostil.

Desde la perspectiva de Lagarde, el consejo de Armenta sobre elegir con cuidado las relaciones personales y evitar situaciones de riesgo, como el consumo excesivo de alcohol, puede leerse como una invitación a las mujeres a ejercer su agencia en contextos donde el peligro es real. Lagarde argumenta que, mientras se transforman las estructuras patriarcales, las mujeres deben protegerse activamente, lo que incluye evaluar sus círculos sociales y comportamientos que puedan exponerlas a la violencia.

Por ejemplo, en su análisis de la violencia en Ciudad Juárez, Lagarde señalaba cómo las mujeres, ante la falta de protección estatal, desarrollaban estrategias de supervivencia, como evitar ciertos lugares o compañías de riesgo. En este sentido, las declaraciones de Armenta podrían interpretarse como un reconocimiento de estas estrategias, aunque su formulación careció de claridad para evitar malentendidos.

Contexto de las Declaraciones: Un Llamado a la Prevención Complementaria

En la conferencia del 2 de septiembre, Armenta también destacó acciones de su gobierno, como el fortalecimiento de fiscalías especializadas y programas de seguridad, lo que sugiere que su mensaje no buscaba eximir al Estado de su responsabilidad, sino complementarla con un enfoque preventivo.

Desde las teorías de Russell y Lagarde, esto es coherente: la lucha contra el feminicidio requiere un enfoque múltiple que combine políticas públicas con acciones individuales. En México, donde el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó 3,408 asesinatos de mujeres en 2023, y con 27,323 mujeres desaparecidas según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, la urgencia de medidas integrales es evidente.

El consejo de “cuidar con quién convivimos” o “controlar el consumo de alcohol” no niega la responsabilidad de los agresores, sino que reconoce una realidad donde las mujeres enfrentan riesgos cotidianos. Russell y Lagarde coinciden en que, mientras las estructuras patriarcales persisten, las mujeres deben ser agentes activas de su seguridad. Por ejemplo, evitar relaciones con personas que muestren patrones de violencia o reducir la vulnerabilidad en entornos sociales no equivale a culpar a las víctimas, sino a empoderarlas para tomar decisiones informadas en un sistema que aún no las protege adecuadamente.

Respuesta a las Críticas del OCNF

El OCNF calificó las declaraciones de Armenta como “desafortunadas y peligrosas” por revictimizantes, argumentando que desvían la responsabilidad de los agresores. Sin embargo, desde la perspectiva de Russell y Lagarde, este señalamiento podría considerarse limitado, ya que ignora la importancia de la prevención individual como complemento a las políticas estatales. Russell abogaba por educar a las mujeres sobre los riesgos estructurales del patriarcado, mientras Lagarde promovía la creación de redes de autocuidado. Las palabras de Armenta, aunque mal interpretadas, podrían encajar en este marco si se interpretan como un intento de fomentar la conciencia situacional, no como una asignación de culpa.

Además, el contexto de Puebla, con 11 feminicidios reportados en los primeros meses de 2025 según datos preliminares, evidencia la necesidad de estrategias urgentes. Criticar las declaraciones sin proponer alternativas concretas, como lo hizo el OCNF, podría perder la oportunidad de dialogar sobre cómo combinar el autocuidado con políticas públicas más efectivas, un enfoque que tanto Russell como Lagarde respaldarían.

Conclusión

Desde las teorías de Diana Russell y Marcela Lagarde, las declaraciones de Alejandro Armenta pueden defenderse como un llamado al autocuidado y la agencia femenina en un contexto donde el feminicidio sigue siendo una amenaza estructural. Aunque el tono y la formulación del mensaje fueron imprecisos, la idea de que las mujeres evalúen sus relaciones y entornos no contradice la lucha contra el patriarcado, sino que la complementa. Russell y Lagarde enfatizan que, mientras el Estado y la sociedad no erradiquen las causas del feminicidio, las mujeres deben adoptar estrategias de prevención para sobrevivir en un sistema desigual. La controversia en Puebla refleja la necesidad de un diálogo más amplio, donde el autocuidado y la responsabilidad estatal no se vean como opuestos, sino como partes de una misma batalla.

 

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