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Hablando de Empresas Fantasma

 


Hablando de Empresas Fantasma

Crónica de un Gobierno y el Juego Sucio de los Contratos

Rodolfo Herrera Charolet

En las calles atiborradas de tianguistas y baches de San Martín Texmelucan, donde el aire huele a promesas recicladas y la política se cocina en fogones de opacidad, el gobierno municipal ha decidido tirar los dados con una jugada arriesgada: un contrato de $2,000,000.00, servido en bandeja por adjudicación directa a RAIKO Productos y Servicios S.A. de C.V. (RFC: RPS150216FL3).

Esta empresa, con un pie en Perote, Veracruz, en una dirección que suena más a fachada que a realidad (Calle Guadalupe Victoria No. 31, C.P. 91270), parece sacada de un sueño febril de un burócrata ambicioso. Constituida el 16 de febrero de 2015 en Tlatlauquitepec, Puebla, ante un notario que probablemente ya olvidó el trámite, RAIKO es una sociedad anónima de capital variable con un mínimo capital social invertido de $50,000.00, repartido entre Marcial Enrique Báez Carmona y Georgina Ramírez Lino, dos nombres que resuenan como ecos en un pueblo donde todos se conocen.

Marcial, el administrador único, tiene poderes casi divinos para firmar contratos y representar a la empresa, pero las decisiones grandes, como vender el alma o pedir prestado, las guarda la asamblea de accionistas. Rosario Soto Salomé, la comisaria, vigila desde las sombras, pero aquí nadie parece estar mirando demasiado.

Un Menú de Negocios para Todos los Gustos

El objeto social de RAIKO es un poema caótico, como si alguien hubiera volcado un cajón de ideas en un escritorio lleno de copas vacías. Restaurantes, cafeterías, bares, comida y bebida de cualquier rincón del mundo; luego, un salto a la rotulación computarizada, serigrafía, bordado textil, anuncios publicitarios, y hasta tarjetas de descuento para estudiantes. No contentos con eso, se meten en bienes raíces, boutiques, plazas comerciales, papelerías, lavanderías, floristerías, gimnasios, y hasta cibercafés. ¿Materiales de construcción? Claro. ¿Refacciones automotrices, medicamentos, muebles de oficina, electrodomésticos? También.

Esta empresa es un cuchillo suizo sin filo, lista para cualquier cosa, pero sin garantía de cortar nada bien. Que te pinten una cancha, que te configuren un sistema de catastro, que te sirvan un café o que te vendan un tornillo: RAIKO lo hace todo, o al menos eso dice. Pero cuando intentas encontrar sus oficinas, ya sea en el Boulevard Atlixcoayotl de Puebla en 2022 o en esa calle de Perote en 2024, te topas con paredes vacías y silencios que gritan más que cualquier explicación oficial.

Contratos con Sabor a Polvo y Dudas

RAIKO no es nueva en el juego de los contratos públicos, pero su historial huele a problemas mal resueltos. En 2019, la Auditoría Superior de Puebla puso el dedo en la llaga: un contrato de $240,000.00 en Zacapoaxtla por mantenimiento de computadoras, difusión de propaganda gubernamental y consultoría administrativa.

¿Documentación? Escasa. ¿Comprobantes fiscales? Desaparecidos. ¿Planeación, adjudicación transparente, dictámenes técnicos? Ni en sueños. Todo apuntaba a un desorden administrativo, o algo peor.

Aunque al final presentaron papeles que calmaron a los auditores, el olor a irregularidad no se disipa con un par de firmas. En 2022, el Instituto Tecnológico Superior de Teziutlán les dio $254,078.98 para pintar líneas en canchas deportivas, como si fueran expertos en pintura de asfalto. Y en 2024, Veracruz les soltó $5,448,926.73, más IVA, en una licitación simplificada (LS-008001-013-2024) para mobiliario escolar, con oficios que volaron de la Secretaría de Finanzas como palomas mensajeras (DGA/1890/2024 al DGA/1897/2024).

Cada contrato parece un trago más en una noche que no termina bien, y el gobierno municipal de San Martín Texmelucan sigue sirviendo copas sin revisar la botella.

Sombras de Nepotismo en un Pueblo sin Luces

En San Martín Texmelucan, donde las acusaciones de nepotismo y corrupción son el pan de cada día, RAIKO parece el comodín perfecto para un juego amañado. Con un capital de $50,000.00, esta empresa multipropósito como troca 4x4, se pasea por contratos millonarios como si fuera una noche de francachela en bares de mala muerte, sin dejar rastro en los domicilios que declara.

En 2022, el Boulevard Atlixcoayotl en Puebla estaba vacío de cualquier señal de RAIKO; en 2024, la calle de Perote es solo un eco de una empresa que no aparece.

La adjudicación directa de $2,000,000.00 por servicios informáticos huele a favor pagado bajo la mesa, y la falta de infraestructura o especialización solo aviva el fuego de las sospechas.

En un pueblo donde las instituciones parecen jugar a ciegas, RAIKO es la viva imagen de una empresa de papel: lista para todo, pero sin raíces en nada. Mientras los ciudadanos mastican la amargura de la opacidad, el gobierno municipal sigue brindando con contratos que nadie entiende, y la transparencia queda como un día de cruda tras la borrachera que nadie quiere enfrentar.

¿O no lo cree usted?

Septiembre 2025

 

 

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