Carlos Charis responde
En un bar de jueces, donde la lĂ¡mpara parpadea como si el parĂ¡metro de su luz estuviera ebrio, Ă©l pide otra cerveza. La vida es una tragaperras con el parĂ¡metro jodido, sin premios. Ella, con un cigarro a medio morir, gruñe: "Cambia el parĂ¡metro, algo que corte como navaja". El parĂ¡metro de siempre es un clavo en la lengua. Legislar con parĂ¡metros, con o sin justicia, serĂ¡ dependiendo del parĂ¡metro desde que lo veas. Cambia el parĂ¡metro del aire, de la cara, del rumbo. O quĂ©date en este bar de jueces, chupando espuma rancia, con el parĂ¡metro del tiempo escupiĂ©ndote en la nuca.
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