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Un relato de traiciones, poder y memoria en la BUAP

Un relato de traiciones, poder y memoria en la BUAP


En el corazón de Puebla, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) ha sido escenario de intensas luchas políticas, traiciones y episodios que han marcado su historia. Esta crónica se sumerge en los turbulentos eventos que rodearon el rectorado de Samuel Malpica Uribe, el supuesto golpe orquestado por Alfonso Vélez Pliego, y las acusaciones que envuelven a figuras como Francisco Manuel Vélez Pliego y Jorge Méndez Spínola, según el relato proporcionado.El contexto: Una universidad en disputaLa BUAP, desde los años sesenta, ha sido un campo de batalla ideológico. El Movimiento de Reforma Universitaria de 1961, liderado por figuras como Enrique Cabrera Barroso, Zito Vera Márquez y Arturo Guzmán Vázquez, marcó un parteaguas en la lucha por una universidad democrática y crítica. Sin embargo, las tensiones entre facciones de izquierda y los intereses de poder locales, particularmente ligados a los hermanos Ávila Camacho, convirtieron a la institución en un espacio de maniobras políticas y conflictos.En 1987, Samuel Malpica Uribe asumió la rectoría de la BUAP, respaldado por un voto universal, directo y secreto que reflejaba el anhelo de una universidad autónoma y progresista. Malpica, un maestro en ciencias comprometido con la izquierda, representaba la continuidad de un proyecto iniciado en 1973. Sin embargo, su gestión se vio empañada por acusaciones de corrupción y un enfrentamiento directo con su predecesor, Alfonso Vélez Pliego, durante su segundo informe en 1989.El supuesto golpe: Alfonso Vélez Pliego y la toma del CarolinoSegún el relato, Alfonso Vélez Pliego, exrector de la BUAP (1981-1987) y figura prominente del Partido Comunista Mexicano (PCM), habría orquestado un golpe contra Malpica, utilizando 300 pandilleros armados para tomar el Edificio Carolino, símbolo de la universidad. Este acto, descrito como un "golpe fascista", habría buscado derrocar al rector más votado en la historia de la institución. Tras el evento, Malpica fue detenido y encarcelado por más de un año, solo para ser liberado con disculpas al no encontrarse irregularidades que justificaran su detención.Vélez Pliego, hijo de Alfonso Vélez López, quien fuera secretario de Gobernación bajo Fausto M. Ortega, es señalado como un títere de los intereses avilacamachistas. Su padre, según el relato, ordenó en 1961 el encarcelamiento de líderes del Movimiento de Reforma Universitaria y, en 1972, el asesinato de Enrique Cabrera Barroso, considerado un obstáculo para que su hijo alcanzara la rectoría. Estas acusaciones, sin embargo, carecen de evidencia documental en las fuentes disponibles, aunque reflejan la intensidad de los conflictos políticos de la época.Jorge Méndez Spínola: El traidor y el ladrónJorge Méndez Spínola emerge como una figura central en las acusaciones. Descrito como un "seudo profesor", Méndez Spínola habría traicionado a Malpica, a quien inicialmente apoyó junto a su esposa, Rosa Márquez Cabrera, en las elecciones rectorales. Posteriormente, se alineó con Vélez Pliego, quien, según el relato, se embriagaba diariamente en el despacho de rectoría. Méndez Spínola es acusado de liderar un grupo de 60 pandilleros disfrazados de estudiantes que, en 1973, robaron los honorarios correspondientes a los exámenes de admisión diseñados por el narrador, afectando a varias escuelas de la BUAP. Solo las facultades de Filosofía y Letras, Físico Matemáticas y Ciencias Químicas pagaron lo acordado, gracias a la intervención de sus directores.Méndez Spínola también es señalado por Miguel Barbosa Huerta, exgobernador de Puebla, de haberse robado recursos del Partido Mexicano Socialista (PMS) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), así como la "Casa del Pueblo". Estas acusaciones refuerzan la imagen de un personaje oportunista y corrupto, aunque no se proporcionan pruebas concretas en los documentos consultados.La venganza electoral: El narrador contra Vélez Pliego y Méndez SpínolaEl narrador afirma haber derrotado políticamente a Vélez Pliego y Méndez Spínola en las elecciones de 1988, cuando contendió como candidato a diputado federal por el Frente Democrático Nacional (FDN) contra Vélez Pliego, candidato del PMS. En 1997, Méndez Spínola, entonces dirigente del PRD, habría intentado comprar votos a choferes del Consejo Taxista por 200 pesos cada uno, un plan que el narrador desarticuló, contribuyendo a la destitución de Antonio Loyola González, vinculado a Eduardo Rivera Pérez, exalcalde de Puebla y miembro del Yunque. Estas victorias electorales son presentadas como un acto de justicia contra las figuras que traicionaron a Malpica y al proyecto universitario.La muerte de Malpica: ¿Suicidio o asesinato?En 2012, Samuel Malpica, junto a destacados académicos como Julio Glockner Rossainz y Felipe Galván Rodríguez, elogió el libro BUAP 50 años de pasión universitaria del narrador, calificándolo como "perfecto" en un evento en la Sala Elena Garro de la Facultad de Filosofía y Letras. Seis meses después, Malpica fue encontrado muerto fuera de su casa, en un caso oficialmente reportado como suicidio, pero que el narrador sugiere fue un asesinato encubierto. Esta sospecha, aunque no respaldada por evidencia en las fuentes, refleja las tensiones y las teorías conspirativas que han rodeado a la BUAP.Francisco Manuel Vélez Pliego: El arquitecto en la sombraEl relato apunta a Francisco Manuel Vélez Pliego, descrito como un arquitecto y hermano del fallecido Alfonso Vélez Pliego, quien habría retado a golpes al narrador en la calle. Actualmente vinculado a la diputada federal Claudia Rivera Vivanco, Francisco es acusado de "hacerse pendejo" y de perpetuar el legado de su familia, ligada a los Ávila Camacho y a prácticas corruptas. Francisco fue director del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSyH) "Alfonso Vélez Pliego" entre 2013 y 2021, y es reconocido por su trabajo en urbanismo y su defensa de la autonomía universitaria. Sin embargo, el narrador lo retrata como una figura menor en comparación con su hermano, envuelto en las mismas dinámicas de poder.La controversia del nombre del ICSyHEl Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, nombrado en honor a Alfonso Vélez Pliego, es un punto de controversia. El narrador solicita al actual director, Giuseppe Lo Brutto, y a la rectora Lilia Cedillo Ramírez que retiren el nombre de Vélez Pliego, comparándolo con Victoriano Huerta por su supuesto papel como "alcohólico golpista" y traidor al proyecto de izquierda. El ICSyH, fundado en 1991, es un referente en investigación social y humanística, pero el narrador argumenta que honrar a Vélez Pliego es un agravio a la memoria de Malpica y a los ideales de la universidad.El trasfondo político: Piña Olaya y BartlettEl golpe contra Malpica habría sido auspiciado por el exgobernador Mariano Piña Olaya, conocido como "Rapiña Colaya", y Manuel Bartlett Díaz, acusado de robar elecciones al narrador en dos ocasiones. Estas figuras, según el relato, representan la colusión entre el poder político y los intereses universitarios, manipulando la BUAP para sus propios fines. Bartlett, en particular, es señalado como un actor clave en el fraude electoral, aunque las fuentes no proporcionan evidencia directa de su involucramiento en el caso Malpica.Reflexión: Memoria y justicia en la BUAPEsta crónica, basada en el relato del usuario, pinta un cuadro de una BUAP marcada por la lucha de poder, la traición y la violencia. Figuras como Alfonso Vélez Pliego, Jorge Méndez Spínola y Francisco Vélez Pliego son retratadas como antagonistas en un drama donde Samuel Malpica Uribe emerge como un héroe trágico, derrocado por un supuesto golpe fascista y silenciado por un presunto asesinato. Sin embargo, muchas de las acusaciones, como el asesinato de Cabrera Barroso o el robo de honorarios, no están respaldadas por las fuentes disponibles, lo que sugiere que el relato mezcla hechos históricos con interpretaciones personales.La BUAP, bajo la rectoría de Lilia Cedillo Ramírez desde 2021, ha buscado consolidarse como una institución democrática y transparente. La controversia sobre el nombre del ICSyH refleja un debate más amplio sobre cómo la universidad enfrenta su pasado. Retirar el nombre de Alfonso Vélez Pliego requeriría un proceso deliberativo en el Consejo Universitario, pero no hay evidencia de que esta propuesta esté actualmente en discusión.En cuanto a la veracidad de las acusaciones, el narrador reta a las autoridades a desmentirlas o justificar el homenaje a Vélez Pliego. Mientras tanto, la BUAP sigue siendo un espacio donde la memoria histórica y las pasiones políticas chocan, dejando preguntas abiertas sobre justicia, autonomía y el legado de sus protagonistas.
Con información de Federico Chilián Orduña

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