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Adiós al Estadio Zaragoza

Adiós al Estadio Zaragoza: comienza la demolición para construir la Universidad del Deporte

Por José Herrera
Puebla, Pue. | Domingo 13 de julio de 2025

El rugido de las máquinas reemplazó al eco de los himnos deportivos. El histórico Estadio Olímpico Ignacio Zaragoza, ubicado en la emblemática zona de Los Fuertes de Loreto, comenzó a ser demolido este fin de semana para dar paso a la Universidad del Deporte, una obra impulsada por el gobierno estatal con la promesa de inaugurarla en agosto de 2026.

La escena resulta simbólica y dolorosa para muchos: la estructura que albergó décadas de historia deportiva —eventos cívicos, juegos nacionales, memorias colectivas— fue cercada, desmontada y fragmentada sin ceremonia ni homenaje. Solo ruido, polvo, y una pala mecánica arrancando las viejas gradas como si fueran escombros sin pasado.

Según la licitación SPFA-OP-LPE-2025-076, el proyecto cuenta con un plazo de ejecución de 300 días naturales y una inversión superior a los 220 millones de pesos. La obra, ya en curso, contempla la construcción de una universidad con capacidad para mil 500 estudiantes y 40 aulas, repartida en más de 57 mil metros cuadrados. El recinto incluirá instalaciones deportivas modernas: canchas, alberca, gimnasio, auditorio, estacionamiento y zonas especializadas para deportes de combate.

¿Modernidad o borradura?

El rector designado de la universidad, José Luis Sánchez Solá, adelantó que la convocatoria de ingreso se abrirá este mismo julio. La oferta académica incluirá cinco licenciaturas enfocadas en distintas ramas de la formación deportiva: desde Gestión de Centros hasta Comunicación Deportiva. El discurso oficial promete excelencia académica y dignificación del deporte como proyecto de vida. Pero detrás del entusiasmo gubernamental persisten las dudas: ¿cuál fue el diagnóstico real que justificó la demolición de un estadio icónico? ¿Qué otros espacios pudieron haberse adaptado sin borrar el pasado?

Aunque las autoridades han señalado que se “preservarán la fachada y los elementos patrimoniales” con supervisión del INAH, la intervención ya en curso parece avanzar sin consulta pública ni discusión abierta sobre el valor histórico del espacio. Para muchos, no se trata solo de sustituir concreto, sino de una amputación simbólica del patrimonio urbano disfrazada de modernidad.

Las preguntas que no se responden

Pese a la magnitud de la inversión, no se ha hecho público el dictamen técnico que avale la demolición completa del estadio ni se han transparentado los estudios de impacto patrimonial. Tampoco se conocen detalles sobre la empresa constructora ganadora de la licitación ni sobre los mecanismos de supervisión del gasto. La opacidad habitual en los grandes proyectos de infraestructura vuelve a aparecer.

La Universidad del Deporte llega bajo una lógica de sustitución que recuerda otros episodios de “desarrollo” en Puebla, donde los megaproyectos borran el pasado para plantar un discurso de futuro limpio, brillante, pero desmemoriado. Hoy, los cimientos de la memoria deportiva de Puebla caen entre cascajo y maquinaria amarilla.

Y mientras tanto, entre los restos del concreto, aún resuena el eco de una ovación, de un gol, de una carrera… que ya nadie volverá a aplaudir.

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