UE reacciona ante amenaza arancelaria de Trump; advierte posibles represalias
El mandatario estadounidense justificó los nuevos aranceles como una respuesta a lo que calificó como relaciones comerciales “lejos de ser recíprocas”, lo que ha sido ampliamente cuestionado por líderes europeos y actores del sector privado.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró que la medida “perturbará las cadenas de suministro transatlánticas esenciales” y afectará negativamente a empresas y consumidores en ambas regiones.
“Tomaremos todas las medidas necesarias para salvaguardar los intereses de la UE, incluida la adopción de contramedidas proporcionadas si resulta necesario”, señaló Von der Leyen, reiterando el compromiso del bloque con una solución negociada.
Líderes europeos exigen respuesta coordinada
Diversos líderes políticos europeos instaron a una reacción firme y coordinada frente a lo que consideran una escalada unilateral por parte de Washington.
Bernd Lange, presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, calificó la propuesta estadounidense de “impertinente” y exhortó a iniciar las represalias comerciales a partir del lunes.
El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, advirtió que los nuevos aranceles “provocarán inflación, alimentarán la incertidumbre y frenarán el crecimiento económico”. Subrayó que la UE está “unida y dispuesta a proteger sus intereses”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó su “firme desaprobación” por la medida y llamó a preparar “contramedidas creíbles” si las negociaciones no avanzan. Por su parte, el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, calificó la acción como una “escalada innecesaria” que impactará directamente a los consumidores estadounidenses.
Desde Praga, el primer ministro checo, Petr Fiala, también se sumó al llamado a la unidad del bloque frente a lo que consideró una “decisión perjudicial para el comercio transatlántico”.
Industria europea, en estado de alerta
La comunidad empresarial europea manifestó su preocupación por las consecuencias económicas derivadas de la medida.
El principal grupo industrial de Alemania, BDI, calificó la decisión como una “señal de alarma” que podría descarrilar la recuperación económica e impactar negativamente en la innovación y el empleo.
“Los aranceles aumentan costos, ponen en riesgo empleos y socavan la competitividad global tanto de Europa como de Estados Unidos”, dijo Wolfgang Niedermark, directivo de BDI.
La presidenta de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA), Hildegard Mueller, advirtió que los costos derivados de los aranceles “ya ascienden a miles de millones y siguen aumentando cada día”.
En Eslovaquia, la ministra de Economía, Denisa Sakova, confirmó una caída significativa en los pedidos del sector automotriz para el tercer trimestre, al tiempo que descartó la posibilidad de trasladar producción a EE. UU. en el corto plazo.
En Italia, Emanuele Orsini, presidente de la confederación industrial Confindustria, consideró “desagradable” la postura estadounidense. Mientras tanto, Paolo Mascarino, presidente de la federación alimentaria Federalimentare, indicó que los aranceles “superan cualquier umbral de tolerabilidad” y podrían causar pérdidas significativas en exportaciones.
Isabel Schnabel, integrante del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo, advirtió que los aranceles podrían presionar la inflación y generar nuevas disrupciones en las cadenas de suministro globales.
El economista Dan O’Brien, del Instituto de Asuntos Internacionales y Europeos, advirtió que la medida “aumenta significativamente el riesgo de una confrontación económica más amplia” entre ambas potencias.
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