Aquixtla: un punto ciego con rutas clave
Pese a su tamaño reducido y baja densidad poblacional, el municipio de Aquixtla se ha convertido en un nodo funcional en el tráfico de hidrocarburos robados en la Sierra Norte. Su ubicación estratégica, como conexión entre Chignahuapan, Tetela de Ocampo e Ixtacamaxtitlán, lo coloca dentro de una ruta secundaria empleada por bandas huachicoleras para evadir retenes y controles militares.
En los últimos años, se han registrado al menos tres aseguramientos de vehÃculos con gasolina robada, todos con caracterÃsticas similares: unidades con placas foráneas, cargamentos superiores a los mil litros, y conductores que, al detectar patrullas, abandonan el vehÃculo y huyen a pie por brechas serranas.
El caso más reciente se documentó el 21 de febrero de 2021, cuando fueron detenidos Juan Carlos M. y MarÃa M., originarios del estado de Veracruz, con cuatro garrafones llenos de gasolina a bordo de una Nissan Pick Up. La SecretarÃa de Seguridad Pública estatal los vinculó con la célula liderada por Juan y Guadalupe L., alias “El Moco” y “Z46”, quienes mantienen operaciones en la zona alta de Chignahuapan, Aquixtla y Tetela de Ocampo.
En diciembre de 2020, en la comunidad de Tlatempa, también en Aquixtla, fueron capturados Francisco F. y Fernando F., integrantes de la célula de “El Oso”, quienes transportaban mil 600 litros de combustible robado en una camioneta con placas de la Ciudad de México.
Pero quizá el operativo más representativo fue el del 6 de febrero de 2018, cuando tras una persecución sobre la carretera Chignahuapan-Aquixtla, una Suburban verde con placas de Veracruz fue abandonada. En su interior, se encontraron 20 garrafones de 55 litros cada uno, llenos al 90% de gasolina robada. La unidad tenÃa reporte de robo y fue puesta a disposición del Ministerio Público Federal en Huauchinango. Nadie fue detenido.
Estos eventos, aunque reportados de forma aislada, muestran un patrón claro: Aquixtla es un punto logÃstico menor pero funcional, ideal para el trasiego entre zonas de extracción —como Venustiano Carranza o Xicotepec— y zonas de almacenamiento o distribución más alejadas. El hecho de que las unidades aseguradas porten placas de Veracruz, Ciudad de México o Hidalgo, confirma el carácter interestatal del negocio.
Además, las autoridades municipales han guardado un silencio sospechoso, sin emitir comunicados oficiales ni impulsar acciones preventivas. No hay registros públicos de colaboración con la Guardia Nacional o con la SSP estatal, lo que ha convertido a Aquixtla en una suerte de “zona gris” donde el delito se mueve sin mayores contratiempos.
0 Comentarios